CDMX
Atención en casa, otro intento de evitar el colapso de hospitales
La creciente ocupación hospitalaria en la CDMX por el incremento de contagios de covid-19 y la limitada infraestructura de salud hacen que en algunos casos la atención a pacientes sea precaria e insuficiente. El gobierno sigue apostando a la atención en casa para tener camas para pacientes graves.La creciente ocupación hospitalaria en la Ciudad de México por el incremento de contagios de covid-19 y la limitada infraestructura de salud hacen que en algunos casos la atención a los pacientes aún sea precaria e insuficiente. Sin embargo, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, sigue apostándole a programas como Atención Especializada Covid en Casa a fin de mantener camas disponibles para los enfermos más graves.
CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- La mañana del jueves 31 de diciembre de 2020, en la zona de Triage de Covid-19 de la Clínica 8 del IMSS, Silvia, de 29 años, esperaba junto a otras cinco personas una cama de hospitalización. Llevaba menos de 85% de oxigenación, con alto nivel de glucosa por su diabetes tipo 2, y su placa pulmonar marcaba 40% de daño por neumonía. Cuando un joven médico la revisó, le dijo: “Tú estás joven, tú sí la libras, depende mucho de que estés boca abajo… pero aquí no hay camas y te tienes que ir a tu casa”.
Esa noche perdió el conocimiento. Silvia, como pide que se le llame para resguardar su identidad, no recuerda lo que pasó en los siguientes siete días. Su esposo Juan cuenta que el glucómetro llegó a marcar 599 miligramos por decilitro –el puntaje máximo del dispositivo– cuando el nivel normal de una persona es de 140. No comía ni tomaba líquidos. Nada.
Una médica particular que la atendía le dijo a su esposo: “Ya dale todo lo que ella pida porque está en situación crítica, no creo que sobreviva”. Su oxigenación ya estaba en 58%.
Él llamó incontables veces al número de emergencia 911 para pedir una ambulancia. Aunque le contestaron y le dijeron que enviarían una unidad, ésta nunca llegó. Su hijo de seis años estaba en la casa de su tía, una de las pocas integrantes de la familia que no se contagió del virus. Para el pequeño, el tiempo no pasó tan lento como para su madre, quien reaccionó hasta el 7 de enero.
Aquel día, a Silvia la llevaron a una revaloración médica al Módulo de Atención Respiratoria del Seguro Social (MARSS) de la Clínica 22 del IMSS, en la alcaldía Magdalena Contreras. El doctor en turno autorizó que le hicieran un contrato para tener un concentrador de oxígeno que le ayudara a seguir su recuperación en casa, pues ya no tenían dinero para rellenar los tanques que les prestaron y por lo que ya habían pagado miles de pesos; pero hasta el miércoles 20 éste no había llegado.
Ese día, luego de formarse junto con su pequeño tanque más de siete horas en la fila del mismo MARSS para otra valoración, el doctor le dijo que ya no es paciente covid, pues “ya cursó” la enfermedad y pasó su fase infecciosa. La envió a sacar cita con su médico familiar para que le atienda la neumonía atípica que le dejó el virus como secuela y que le extienda su incapacidad laboral, ya que por la dificultad de ese trámite tampoco ha podido cobrar.
Silvia no tuvo la suerte de ser atendida con la estrategia que el IMSS puso en marcha el 26 de diciembre de 2020 en 26 unidades de Medicina Familiar en la Ciudad de México, para dar atención ambulatoria las 24 horas del día, los siete días de la semana a personas con sospecha de covid-19, aun sin ser derechohabientes.
Fragmento del reportaje publicado en la edición 2308 del semanario Proceso, cuya versión digital puedes adquirir aquí.