Molesto por las “noticias falsas” que ha generado el proyecto de recuperación del bosque, el artista aclara que el acto de presentación del 9 de agosto fue simbólico, no el plan maestro, y que el relativo al ambiental estará terminado en dos semanas. Promete hacer públicos los diagnósticos y anticipa que pronto se darán a conocer más avances, algunos de los cuales bosqueja aquí. Para principios de noviembre mostrar los planos y maquetas, y abrir a la visita pública la Cuarta Sección.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Gabriel Orozco no cede un ápice: Chapultepec avanza, si bien admite que las crisis económica, social y cultural provocadas por la pandemia han modificado el escenario y colocado en las prioridades del país los temas de salud y el impulso urgente a un plan de recuperación.
En ese contexto considera que el proyecto “Bosque de Chapultepec: naturaleza y cultura” está lejos de ser un gasto superfluo pues en la época poscovid será esencial la restauración ambiental, social, cultural y urbana de este lugar de la Ciudad de México. Por eso es uno de los proyectos prioritarios del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Desde Tokio, con visible entusiasmo por la apertura de su exposición de 8 temples de gran formato el 11 de septiembre en la galería Marian Goodman de Nueva York, el artista se da tiempo para una entrevista con Proceso, a través de una videoconferencia con el apoyo técnico de Jesús Corona Uribe.
La sesión se alarga casi hora y media. Ahí responde a cuestionamientos desatados desde el origen del proyecto, y acusa de “infodemia” y “falsas noticias” varias de las informaciones publicadas, como la destrucción del Jardín Botánico, donde estaría el pabellón contemporáneo mexicano, o el desvío de recursos de instituciones culturales para este programa.
Aunque admite también fallas en la comunicación y en el cumplimiento de los tiempos de presentación del plan maestro, planeada originalmente para el pasado abril. Entonces anticipa que en unas tres o cuatro semanas se darán a conocer avances, y hacia finales de octubre o principios de noviembre presentarán en diversos espacios del bosque los planos y maquetas, al tiempo que se abrirá a la visita pública la Cuarta Sección de Chapultepec. Y si en la anterior entrevista con Proceso (2257) pidió “déjenme trabajar”, promete, ahora sí, hacer públicos los diagnósticos que tanto se le han demandado.
En este sentido aclara sobre el acto que la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum y la titular de la Secretaría de Cultura (SC), Alejandra Frausto, realizaron el 9 de agosto, en Los Pinos:
“Lo que se presentó fue un plan general, no un plan maestro con detalles. Fue un acto simbólico con un resumen que más o menos cuenta lo que haremos, pero no presenta todos los diagnósticos, que son 600 páginas sólo de lo que hemos trabajado: planos y planos, ustedes los vieron en mi casa en la entrevista anterior, son páginas y páginas con estudios y análisis.”
Destaca la participación de diversas instituciones, como la SC y las de Obras y Servicios, de Movilidad y la del Medio Ambiente, estas últimas del Gobierno de la CDMX, los institutos nacionales de Antropología e Historia (INAH) y de Bellas Artes (INBA), así como de distintos especialistas, por lo cual considera que el debate al que muchos convocan ha sido en realidad la descalificación de ese equipo de trabajo multidisciplinario.
Da a conocer entonces que en él participan al menos 70 personas, y como ejemplo menciona a Roberto Lindig, especialista en ecología de restauración de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien formó parte del equipo del exsecretario del Medio Ambiente, Víctor Manuel Toledo. Él lleva ya avanzado el plan maestro ambiental “que estará terminado con bastante exactitud y precisión en dos semanas”. En materia de movilidad, cita a Alberto Marín, del grupo Medio Ambiente y Comunidad Cedo, A.C., quien colabora con el secretario de Movilidad, Andrés Lajous.
Entre el grupo de arquitectos nombra a Benjamín Romano (responsable de las llamadas calzadas flotantes que unirán las secciones del bosque), a Mauricio Rocha (quien desarrollará el proyecto de la Cineteca Nacional en una exnave militar de la Cuarta Sección), y a Rozana Montiel, cada uno con su propio equipo. Todos trabajan en conjunto con Ana Laura Martínez y Jesús Esteva, de la Secretaría de Obras. Además, el arquitecto Óscar Hagerman, designado para el museo del maíz en el antiguo Molino del Rey:
“Estamos hablando de un proyecto bastante grande, entonces trabajamos en conjunto, le llamamos Taller Chapultepec a nuestro espacio que es muchas veces virtual, otras en terreno, en mi casa, en la oficina, nos vemos cotidianamente con Claudia Sheinbaum, con el equipo de Cultura, somos bastantes.”
Con base en los trabajos y diagnósticos, dice, se zonificó Chapultepec para tener una zona de amortiguamiento, pegada a las colindancias con la mancha urbana, calles y avenidas; así como la de conservación ambiental; y se contempla lo relativo a los servicios culturales. En ese sentido afirma que la Primera Sección, que “está bastante bien en el sentido forestal” integra lo cultural. Se le pregunta entonces por qué la intención de poner justo ahí el pabellón contemporáneo mexicano:
“No sabría cómo contestarte. Si piensan que debe estar en un lado o en otro, podemos entrar en una discusión viendo el mapa general y el plan integral, pero créanme, lo estudiamos con bastante cuidado.”
En su opinión la discusión sobre este pabellón (al cual prefiere llamar de arte multidisciplinario), cuando además habrá varios más sobre otros temas en las diferentes secciones del bosque, podría ser interminable. Insiste en que tienen su diagnóstico y se hará público, y la idea es “enriquecer, completar y restaurar la oferta cultural y ambiental” del “circuito histórico de museos”.
https://www.proceso.com.mx/644866/proyecto-chapultepec-incapacidad-profesional-columna-blanca-gonzalez-rosas
Ajustes poscovid
Recientemente el pintor oaxaqueño Luis Zárate, fundador con Francisco Toledo del Patronato Pro-Defensa y Conservación del Patrimonio Cultural y Natural del Estado de Oaxaca, divulgó una carta en la cual pide a Orozco no seguir con el polémico proyecto, dado que el país tiene en este momento retos más importantes, como la pandemia y la violencia (ver recuadro). Orozco prefiere no entrar en confrontaciones y recuerda, en cambio, que en la última conversación que tuvo con Toledo, él le ofreció unas rejas para Chapultepec. Ahora está hablando con su hija Natalia para ver qué rejas dejó su papá y poder colocarlas.
Acusa que, en lo concerniente por ejemplo al Jardín Botánico en la Primera Sección, hay un problema de “infodemia”, falsas noticias y falta de comunicación, agravados por el confinamiento debido al covid-19. Por lo cual pide:
“Por favor, que quede claro: no se va a destruir el Jardín Botánico de Chapultepec. Al contrario, se va a rehabilitar. Hay un tanque de agua viva en pésimo estado, se va a restaurar, se va a ampliar el predio, hay mucho trabajo por hacer en la cuestión hídrica. Tenemos las plantas perfectamente catalogadas, sabemos cuándo y cómo se pusieron, las condiciones en las que están. El análisis ambiental y el programa del manejo de Chapultepec es muy claro y estamos trabajando bajo sus premisas.”
–¿Dónde se pondrá, entonces, el pabellón contemporáneo?
–La propuesta es donde está la plancha de cemento, ya impactada, no hay un solo árbol.
Describe que la zona (ubicada en Paseo de la Reforma, frente al museo Rufino Tamayo y a un lado del de Arte Moderno) está impactada porque ahí ubicaron el invernadero que estaba anteriormente en el área para adultos mayores, pero apenas van a proyectar los planes conceptuales y ejecutivos específicos. Añade que poner espacios destinados al arte en los parques públicos, es una práctica común en otros países. Cita la Serpentine Gallery en Londres y el Palacio de Cristal del Parque del Retiro, en Madrid.
Se le insiste en la preocupación real, no sólo de personajes reconocidos, sino de la ciudadanía que cuestiona si vale continuar con un proyecto tan costoso (más de mil 100 millones, y 187 millones para el primero de tres puentes peatonales) e “innecesario” o postergable, cuando hay otras urgencias en el país:
“Es muy comprensible porque, en efecto, el plan maestro y la calendarización de restauración ambiental se planearon en un momento precovid. Conforme se generó la crisis global, todos los museos del mundo y todos los estratos del planeta comenzaron a sufrir esta crisis. Todos estamos realizando reajustes, pertinencias, reorientaciones.
“A mí me toca desde varios ángulos, porque estando en Japón lo he vivido de una manera, en Nueva York de otra. Y tener esa perspectiva global ayuda muchísimo a entender cómo cada país ha resuelto o no la pandemia misma. Y todavía no acabamos de salir de ella y sus planes económicos y culturales y del intercambio global.”
Considera que al ser Chapultepec un proyecto sustentable, de restauración hídrica y ambiental, con proyección hacia el futuro, “no es un gasto, es una inversión”, una forma de reactivar la vida cotidiana, cultural, de salud, de intercambio al aire libre:
“Tenemos el plan maestro para inyectarle más verde a Chapultepec, nos ha dado resultados que siguen siendo bastante pertinentes y por supuesto haremos lo que se pueda hacer. Evidentemente los ajustes vendrán de una manera o de otra, pero es interesante que no se haya desbalanceado el plan en el sentido integral, evidentemente hay áreas donde tendremos que hacer rescates que no teníamos contemplados antes del covid.”
Respecto a la inversión, se le expone que una de las inquietudes es la transparencia en el ejercicio de los recursos públicos. Ha dicho que no está cobrando por su trabajo, no es funcionario público, pero es la cabeza del proyecto. ¿Quién está al frente del control del gasto?, es la pregunta.
Le llama la atención, expresa, que en el campo cultural haya “una fijación por el aspecto económico”, y asegura que, en esta administración, desde el presidente hasta la jefa de gobierno, tienen un gran interés por la transparencia.
“No estoy metiéndome en esos problemas administrativos, como lo llamas, ‘responsabilidades’. Asumo la responsabilidad teórica, conceptual del planteamiento de una obra de arte público o una obra en el espacio público, que como plan maestro esté lo mejor diseñado posible para que su ejecución, implementación e inversión sea beneficiosa, no sea un gasto, no haya desperdicio. Eso es lo que estamos planificando con los administradores de Cultura, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Ellos saben cómo van a aplicar esos recursos.”
En este punto introduce nuevamente la idea de las fake news, para asegurar que es falso que se quitaran recursos a Cultura para Chapultepec. Se le asigna el presupuesto como a cualquiera de los otros proyecto prioritarios del presidente: el rescate del Lago de Texcoco (donde se construía el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México), el Tren Maya, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles en Santa Lucía:
“Chapultepec es uno de esos proyectos. ¿De dónde o cómo viene ese dinero de parte del presidente de la República, de Hacienda, del erario? Son cosas de las que no tengo conocimiento. Pensar que se le quitó dinero a Cultura, a museos para Chapultepec, se llama noticia falsa.”
https://www.proceso.com.mx/643435/senalan-contradicciones-en-el-proyecto-bosque-de-chapultepec-naturaleza-y-cultura
Una obra de arte
Asegura comprender los “sobrentendidos y malentendidos” y por eso anuncia, sin precisar fechas, que en unas semanas darán a conocer el plan maestro con mayor detalle. Anticipa que el proyecto pone el acento en la restauración de espacios elementales, captación de agua, desarrollo cultural sustentable, y acceso al espacio público verde, que considera tan importante como el acceso a la salud.
Menciona como ejemplo que su propósito es beneficiar a la población del lado de la avenida Constituyentes, que ya desde antes del covid carece de la posibilidad de disfrutar Chapultepec. En este punto su propuesta coincide con la del arquitecto Alberto Kalach (Proceso, 2285) en el sentido de desviar el tráfico pesado hacia la zona de Lechería pero con unos carriles por debajo (“no necesariamente un túnel”), y se dejarían otros carriles restringidos a ciertos vehículos para convertir la avenida en peatonal.
–Habla de fallas de comunicación, pero tanto la Secretaría de Cultura como el gobierno de la ciudad abrieron páginas en internet para dar a conocer el proyecto global y no hay nada ahí, apenas un párrafo para cada idea. Dice tener 600 páginas de diagnósticos, ¿por qué no se van publicando en esos sitios?
–Porque todavía no hay un plan maestro general. Primero se presentan los términos generales y lo que se dio a conocer hace tras semanas no es un plan maestro.
Según él los sitios web ayudarán a ir publicando los planes ejecutivos de cada “nodo” del proyecto: ambiental, de movilidad, accesibilidad, cultural, que se han trabajado con el INAH y el INBA. Habrá, por ejemplo, un “bonito recorrido arqueológico” que “va un poquito retrasado”, pero partirá de la Ermita Vasco de Quiroga y el manantial de Santa Fe, hasta la Primera Sección del bosque”.
–¿Vendrá a la próxima presentación?
–Sí, pero lo más importante es que seguimos trabajando (…) El plan integral sigue desarrollándose. Ahora a nivel más detallado y ejecutivo. En tres semanas tendremos mucha más información de cada uno de los nodos del plan de restauración hídrica, los planes de Constituyentes, del corredor Chivatito-Molino del Rey, los accesos a la Cuarta Sección, cómo se van a implementar para que la gente empiece a disfrutar. Tenemos todo un calendario de trabajo y hay que ajustar muchas cosas a las nuevas situaciones económicas y de salud, pero el proyecto va.
El 12 de agosto, unos días después de la presentación en Los Pinos a la que Orozco no asistió, se anunció que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y la UNAM elaborarán el diagnóstico biofísico del bosque, con un presupuesto de 12 millones de pesos. Para el Frente Ciudadano para la Defensa y Mejora de Chapultepec, ese estudio tendría que estar listo antes de continuar con todo el proyecto.
Interrogado al respecto, Orozco dice que no se trata de subir un cúmulo de datos, sino de hacer los estudios legibles para todos. Indica asimismo que desde el inicio se ha trabajado con biólogos que llevan a cabo la catalogación de los árboles desde hace por lo menos tres décadas:
“Ahí está toda la información, nosotros la consultamos y estuvimos trabajando con muchos de ellos y con el Conacyt en consultorías especializadas, con los estudios del aspecto hídrico, ya con sus mapas y planos, que compilamos. Los planos maestros del arquitecto Mario Schjetnan, del cruce de Periférico, el de Teodoro González de León para el estacionamiento del Auditorio Nacional, con todo lo del subsuelo… tenemos estudios bastante avanzados de las descargas residuales, porque se tenía un programa para entubarlas, etcétera.”
–Ahora que menciona todos esos planes específicos (urbanista, hidráulico, ecológico, científico), ¿por qué cree que siendo un artista se le entregó el proyecto y no a un urbanista o arquitecto, por ejemplo?
–No es que se me entregó este proyecto, se me invitó a participar, a coordinarlo. A lo mejor no era mala idea que si es cultural lo hiciera alguien que conociera mucho de producción artística, desde el punto de vista de un artista, de un usuario normal, de un ciudadano, una visión integral. Evidentemente fue para invitar y coordinar a especialistas en cada ramo y yo poder trabajar en conjunto y colaborar con cada uno.
“Ahora, si me preguntas qué sé yo o no sobre ecología, arquitectura, urbanismo, espacio público, museos, cuáles conozco, pues sí podría decir casi de todo, pero el método de trabajo para este tipo de proyectos es invitar a participar, convocar a los especialistas para hacerlo (…) No dudo que haya especialistas que sepan más que yo en cada una de sus ramas, probablemente hay pocas gentes que puedan tener interdisciplinariedad en su trabajo, en los diferentes aspectos que conlleva hacer una obra o un espacio público en términos de tiempo, espacio, realización, diseño, concepción… por eso hemos invitado en mi equipo de trabajo a un gran número de expertos en cada uno de los rubros.”
–Cuando habla de su próxima exposición en Nueva York, de su actividad artística, lo hace con mucho gusto. ¿Qué tanto le ha molestado este enfrentamiento que señala como fake news en el proyecto de Chapultepec? ¿Cómo vive esta confrontación social ahora que está teniendo este proyecto de Chapultepec en contraposición a su actividad artística?
–Me encanta la pregunta, gracias. Mi trabajo siempre ha sido polémico. Desde que presenté la Caja de zapatos en la Bienal de Venecia.
Añade entonces que incluso le siguen diciendo en México “el de la caja de zapatos”, pues según él, el diálogo con el gremio de la crítica de arte se ha erosionado. No es que no sea pintor, aclara, pero rechaza que se le catalogue como artista conceptual, “soy un híbrido entre diferentes disciplinas, también he hecho arquitectura, paisajismo, un poco de todo”. Y está la parte además del arte en relación con los espacios públicos y con el poder que a los artistas les toca “torear”, y concreta:
“Este proyecto de Chapultepec lo veo como un trabajo artístico. En todas mis exposiciones, mis trabajos, un jardín en Londres o haciendo una obra de arte público aquí o allá, como la ballena (Mátrix Móvil, en la Biblioteca Vasconcelos), o sea la parte creativa, de investigación y de ejecución de una obra que antes no existía, genera muchas dudas, pero finalmente las dudas también las tengo yo. Y trato de responderme, generar y plantear la obra de arte como una pregunta en donde uno piensa: ¿qué pasa si hago esto? Obviamente con conocimiento de causa de lo que estamos planteando porque evidentemente se trata de llevar a cabo la mejor opción, dentro de todas las posibilidades y opciones que se presentan en el transcurso de una obra de arte.”
–No había dicho que ve a Chapultepec como una obra de arte.
–Porque si lo digo dirán que es el Orozco Park o que voy a poner mis esculturas. Ya lo han dicho, y no lo voy a hacer.
“Obviamente es una obra de urbanismo, una obra que va más allá del arte… No es la primera vez que trabajo con un proyecto complejo, con un equipo grande, que estoy en contacto con arquitectos, urbanistas, científicos, ecólogos para hacer mi trabajo. Esa multidisciplinariedad que he tenido en mi trabajo me ha dado una variedad de opciones y recursos, y ha servido para concebir un proyecto en la escala del paisaje y el espacio público.”