Sin reforma fiscal, imposible enfrentar la etapa poscovid-19
Salvo la de eliminar el fuero al presidente de la República, la llamada Cuarta Transformación ha cumplido con todas las reformas constitucionales que se propuso en los dos primeros años de la actual legislatura, pero el problema es a futuro, advierte el coordinador de la bancada de Morena en el Senado, Ricardo Monreal Ávila. Si no se aprueba una política fiscal progresiva y posteriormente el ingreso básico universal, no se podrá enfrentar la etapa poscovid-19
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).– Dos reformas constitucionales de las nueve alcanzadas durante los primeros 19 meses del llamado gobierno de la Cuarta Transformación son especialmente presumidas por el presidente Andrés Manuel López Obrador: la que considera como delito grave la corrupción y la creación del Sistema Nacional para el Bienestar, que incluye el derecho universal a la salud, las pensiones a adultos mayores y menores de edad con discapacidad, así como becas para estudiantes de escasos recursos económicos.
De hecho, para López Obrador las modificaciones a la Carta Magna concretadas durante los casi dos años de su administración ya pueden considerarse como “una nueva Constitución dentro de la Constitución de 1917”.
En orden cronológico, conforme a su publicación en el Diario Oficial de la Federación, el 14 de marzo de 2019 inició la vigencia de la reforma constitucional sobre extinción de dominio que permite recuperar el patrimonio público que ilegalmente se pierde por delitos atribuidos a servidores públicos y a la delincuencia organizada.
Unos días después, el 26 de marzo, se aprobó la creación de la Guardia Nacional y, el 12 de abril se avaló agregar al catálogo de delitos que merecen prisión preventiva de oficio, entre otros, el fraude electoral, el robo de hidrocarburos y el abuso o violencia sexual contra menores de edad.
El 15 de marzo, a cuatro meses de iniciada la administración lopezobradorista se cumplió con una de las más destacadas promesas de su campaña: poner fin a la reforma educativa aprobada durante el sexenio de Enrique Peña Nieto y crear otra que pretende garantizar el derecho a la educación pública gratuita y universal en todos los niveles de educación y acabar con los elementos punitivos contra los maestros.
A mitad de año, el 6 de junio del 2019, se aprobó establecer la paridad de género en cargos públicos de los tres órdenes de gobierno y el 9 de agosto se elevó a rango constitucional reconocer a los pueblos y comunidades afromexicanas, como parte de la composición pluricultural de la nación.
Y para cerrar el 2019, el 20 de diciembre se avaló la revocación de mandato que permite a la ciudadanía decidir si los funcionarios públicos, incluido el presidente de la República, deben continuar o ser relevados de sus cargos. De hecho, en el 2022 se pondrá a prueba esta reforma cuando se someta a votación si López Obrador se queda o se va.
El 6 de marzo de este año quedó vigente la reforma que elimina las condonaciones de impuestos injustificadas de las que de beneficiaban sobre todo los grandes empresarios y se tipificó como delito el fraude con facturas falsas; el 8 de mayo, en plena pandemia del covid-19 se creó el Sistema Nacional para el Bienestar, al que, lo remarca cotidianamente López Obrador, se opusieron los diputados federales del Partido Acción Nacional.
Además de esas nueve reformas constitucionales, el presidente ha destacado la firma del nuevo Tratado de Libre Comercio firmado con Estados Unidos y Canadá en el que se logró que el proyecto original que “contemplaba comprometer el petróleo y los recursos energéticos de México en una especie de un manejo conjunto de los países de América del Norte, se eliminó y quedaron dos o tres renglones en donde se reafirma la soberanía de nuestro país y el dominio de la nación sobre nuestros recursos naturales, en particular del petróleo”.
A todo esto, el presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), del Senado, el morenista Ricardo Monreal Ávila presume que de las metas planteadas por la Cuarta Transformación durante los dos primeros años de la actual legislatura sólo una no se ha logrado: eliminar el fuero para el presidente de la República.
“Se ha intentado aprobarlo dos veces y no se ha podido. López Obrador planteó sólo la eliminación del fuero presidencial y el Senado agregó a los gobernadores y legisladores pero no pasó en la Cámara de Diputados”, recuerda el senador.
El tema, de acuerdo con la agenda de Morena en el Congreso, será el primer punto a debatir en el periodo ordinario que inicia este martes 1 de septiembre.