Artes visuales: Supervivencia, desencanto, imaginación

viernes, 22 de mayo de 2020 · 19:53
Además del zarpazo económico, que ha obligado a los galeristas a abrir sus páginas web de compras y a los creadores a luchar por la supervivencia, una reflexión acentuada por la pandemia evidencia que el arte no se considera indispensable. En este recorrido, representantes de galerías, artistas y un coleccionista exponen –en medio del estupor– sus alternativas para conectarse con el público a distancia. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Pintura, escultura, dibujo, grabado, instalación, fotografía, perfomance art, en fin, el área entera de las artes visuales no escapa al duro golpe de la covid-19, que paralizó las exposiciones y disminuyó las ventas. Aunque primero es la salud, la situación perjudica sobre todo económicamente a los artistas, por lo cual las galerías que los representan, al cerrar sus espacios físicos, buscaron, contra viento y marea, reinventarse para mantener sus equipos de oficina y retener a sus creadores. Así llegaron a la apuesta de ventas por línea, exposiciones virtuales, catálogos digitales, y talleres y conferencias por Facebook Live e Instagram, y tratan de lanzar un plan de marketing en todas las redes. En tanto, los artistas, en medio de un complicado entorno, aprovechan para meditar, crear si se puede –no todos lo consiguen–, y concluir que “en México se considera al arte como algo inútil”, no primordial. Representantes de galerías, así como creadores y un coleccionista, el director de Operaciones de Morton Subastas, Manuel González, externan a Proceso, desde su confinamiento, preocupaciones, retos y experiencias ante la pandemia. Las galerías de arte son: Aguafuerte, Casa Equis, Machete, Nina Menocal y OMR. Los hacedores: Magali Lara, Marisa Lara-Arturo Guerrero, Juan Pablo Rulfo, Maru Vázquez y Niña Yhared. *   *   * Aguafuerte Galería, que desde 2005 se ha convertido en un espacio para artistas nacionales y extranjeros consagrados y emergentes, cerró a finales de marzo sus tres sedes: en la colonia Roma de la Ciudad de México, en el pueblo de Val’Quirico (entre los límites de Tlaxcala y Puebla), y Tequisquiapan, Querétaro. Su titular, Israel Alvarado, platica vía telefónica que en abril inaugurarían la muestra colectiva De lo abstracto a lo figurativo: “Decidimos montarla a pesar de que cerramos, y realicé un recorrido en video para darle difusión en todas las redes sociales, e igual mostramos cada una de las obras con su ficha técnica. Pero si alguien desea ver la muestra o está interesado en comprar una pieza, efectuamos citas para visitar la galería, cumpliendo con todos los protocolos de salud: cubrebocas, gel antibacterial y se guarda la sana distancia, en fin.” Para evitar que la gente salga de su hogar, puede visitar el sitio www.aguafuertegaleria.mx y todas las redes de la galería. Músico, fotógrafo, escritor y promotor cultural, relata: “Desde hace mucho todas las exposiciones que ofrecemos las promocionamos todo el tiempo en las redes, pero ahora se incrementaron los ‘Me gusta’ y los comentarios de la gente porque está más pegada a su celular y la computadora. Sí ha habido algunas personas atraídas en algunas piezas, pero el mercado de la venta del arte se cayó en marzo 90%, y en abril hubo un poco más interés, pero al día de hoy no hemos concretado alguna venta de una obra. Eso nos afecta porque debemos pagar sueldos de la gente que labora con nosotros, incluyendo mi sueldo, y no tengo otro ingreso. ¡Y si no vendemos, igual se afecta a los artistas!” Sin embargo, Alvarado es positivo: “Sí, se cayeron las ventas, pero pensamos que es una gran oportunidad ahora que la gente frecuenta más las redes, proporcionar información de que las obras de arte son una buena inversión, porque generalmente su precio no baja, al contrario. En México no hay una cultura del consumo del arte y se entiende, porque hay muchas otras carencias, existen más de 50 millones de pobres, 20 millones más en pobreza extrema, y la clase media va muy al día.” Aguafuerte incita en sus redes que visiten su catálogo en línea, donde hay obras de Leonora Carrington, Francisco Toledo, Rafael Coronel, José Luis Cuevas, Manuel Felguérez, Pedro Freideberg, entre otros, con descuento hasta 50% y de tres a 12 meses sin intereses. Por su parte, el argentino Diego Beyró, director de Casa Equis fundada en marzo de 2018, expresa que la suspensión de actividades “nos afecta muchísimo”, pues debieron detener cuatro exhibiciones “aunque probablemente sean ocho o más, dependiendo cuánto se detenga todo”. En su página www.casaequis.com promueve una tienda para ver y adquirir obra.  Para el también creador visual, “la caída de las ventas fue dramática y rotunda”: “Somos un espacio que vende obra accesible y normalmente contábamos con un buen flujo, porque apuntamos a un público más amplio que la mayoría de las galerías clásicas. Eso también nos abre ahora un espacio de oportunidad con la venta online y pago digital. También se venden prints (láminas para decoración), el cual es un formato más accesible. Durante la contingencia estamos con una promoción de envíos gratuitos dentro de la Ciudad de México.” En Instagram ofrecen entrevistas con sus artistas “porque es una manera de entretener y de no cortar el vínculo entre el público y los creadores”. Redondea: “Ojalá que funcione la venta en internet y pronto volvamos con más exposiciones y eventos”. En tanto, Domitila Bedel, igual argentina, responsable de Galería Machete, creada en noviembre de 2012, clama en el mismo sentido: “Para nosotros es un golpe durísimo porque somos una galería de arte emergente, entonces no contamos con un respaldo financiero propio. Dentro de la galería creamos un proyecto que se llama Trastienda Machete, donde vendemos obras de artistas aún más emergentes que los nuestros y con precios muy accesibles. Los gastos de la galería se pagaban con las visitas a la galería, inédito. No somos dealers (distribuidoras) de arte justamente porque queremos crear una comunidad y porque creemos que los espacios crean comunidades. Entonces nos sentimos muy mal de que tengamos cerrado. Ha habido pérdidas económicas fuertes, y creo que lo peor está por venir. Suspendimos una exposición.” También el espacio abrió su página web de compras www.macheteart.com: “Estamos en contacto permanente con nuestra clientela mandándoles videos y links para que sigan informados sobre el quehacer de nuestros artistas, cómo están pensando el futuro. Los pintores se encuentran muy preocupados, incluso, por los fideicomisos. No nos olvidemos de que el arte salva al mundo, ¿qué sería de nuestro confinamiento sin las artes?”  La periodista cubana Nina Menocal, cuya galería lleva su nombre, erigida en 1990, es concreta al señalar: “Nosotros hemos seguido trabajando en la oficina. La galería tendrá una exhi­bición en septiembre y espero que los coleccionistas, amigos y amigas del arte asistan. No vamos a reprogramar, sencillamente vamos a tener una exhibición de varios artistas, y tengo que ver con ellos qué están produciendo. “También la galería manda Art of the Day por correo electrónico, internet e Instagram, y hay algunas personas que se han interesado en esas obras.” De los artistas, enfatiza: “Son intelectuales al mismo tiempo y están preocupados con entender qué es lo que ha pasado con la covid-19, de dónde viene y hasta cuándo va a durar. Casi todos están tratando de analizar la época en la que estamos viviendo, el 2020.” La curadora mexicana Ana Paula De Haro, directora de Ventas de la Galería OMR, creada en 1983 por Patricia Ortiz Monasterio y Jaime Riestra, subraya que desde el 16 de marzo el recinto cerró: “Nos traslados a trabajar en casa. Estamos empezando a hablar del regreso, pero no será para el 30 de mayo. El retorno será paulatino durante el verano, para abrir al público a mediados o finales de septiembre. Claro, nos adaptaremos a la situación. Suspendimos dos exposiciones: una del artista brasileño Christian Rosa, que inaugurábamos en abril, y otra del artista mexicano Jorge Méndez Blake, que inaugurábamos en junio. La idea es que en septiembre abra la de éste; y la de aquél, por su forma de trabajar –es que son pinturas de gran formato que no han podido avanzar en estos meses–, se recorra a 2021.” Para ella, el mercado del arte se está moviendo lento: “Se han concretado algunas ventas tanto a mexicanos como a extranjeros, no son los resultados que esperábamos y que normalmente tenemos al mes, pero funciona para poder mantener al equipo y poder subsistir. Entonces, vamos lentamente, pero lo estamos logrando. El resultado de marzo y abril nos permite seguir. Estamos apostando mucho por la venta online, algo que ya se veía venir sobre todo en el mercado internacional, hay plataformas como por ejemplo Arce, de la que somos socios desde hace muchos años, pero esto nos empujó a cambiar nuestro marketing y estamos revaluando nuestra estrategia digital.” Asegura que ello cambiará la forma de vender las obras plásticas. A sus clientes más cercanos les ofrecen mensualidades “y un descuento elevado, lo que jamás habíamos hecho”.
Ánimos y desánimos 
Con una reconocida trayectoria, Magali Lara, nacida en la Ciudad de México en 1956, relata que la pandemia “es una experiencia que nos une a nivel mundial y es una radiografía de lo lejos que están los gobiernos de sus ciudadanos”. Confiesa que le ha costado concentrarse para trabajar: “Hay una sensación de estar flotando. He estado muy pendiente de mis estudiantes para que sigan con sus proyectos. Creo que la disciplina en estos momentos es una herramienta básica para no entrar en un estado de angustia y ansiedad, porque el regreso no se ve nada fácil”. Tenía en puerta la apertura de una individual en la Waldengallery de Buenos Aires, Argentina, se quedó con el boleto de avión en la mano y varios proyectos se cancelaron. –¿Su venta de arte fue afectada? –Sí. Se hizo una subasta en apoyo de un proyecto independiente para los artistas de Morelos llamado Palmera Ardiente, con la esperanza de garantizar un presupuesto para su funcionamiento, y no tuvo éxito. Es grave porque necesitamos que esas instancias independientes puedan fortalecerse, especialmente dentro de los estados, porque representan  y promueven mejor a los artistas locales. Le preocupa “el poco respeto con que se refieren a los artistas la gente de la 4T, cuando han recibido tanto apoyo de nosotros. ¿Por qué no se hace un diagnóstico que nos permita tener un panorama de las necesidades de cada gremio, de cada región? Tenemos un momento de creatividad enorme en este momento que está en peligro por mirar sólo en una sola dirección.” Con más 35 años trabajando juntos, Marisa Lara y Arturo Guerrero, Siameses Company, revelan que pasan por todos los estados de ánimo en un solo día. Relata ella: “Desde un optimismo esperanzador que quiere creer que vendrá una nueva y mejor realidad hasta pensamientos lúgubres realmente tristes de lo que está sucediendo. La única certeza es la certeza de la incertidumbre, y eso es fuerte, nos obliga a pensar: ¿hay futuro?, ¿qué clase de futuro? y ¿qué tipo de futuro sería?” Guerreo interviene: “Nos agarramos del arte ante todo este sunami biológico, lo que nos da como artistas esa rayita de luz. Todo este caos lo creó el mismo desarrollo, la ambición de volver todo dinero.” Su anterior exposición, Retablos de asombros y metamorfosis, tuvo una duración inédita de ocho meses en Casa Lamm hasta el cierre del lugar por la emergencia.Ambos creadores chilangos (que siempre omiten sus datos individuales pues “nacimos el mismo día como artistas”) perciben el futuro muy complejo: “Se va a poner la cosa durísima para todos los gremios, para la pintura también. Consideran al pintor privilegiado y la compra de arte un lujo, y no es así. Con todo esto se junta una epidemia económica. Mucha gente va a agarrarse con toda la fuerza de lo que cree.” El pintor Juan Pablo Rulfo, nacido el 18 de abril de 1955 en la Ciudad de México y cuya obra se encuentra en museos como el  de la Basílica de Guadalupe, de Artes Gráficas de Oaxaca, el Carrillo Gil y la Colección Bancomer, entre otras instituciones culturales, expresa que el momento lo impulsó a pensar en ¿qué es lo importante? y ¿qué rayos hace uno?, y en lo que está mal: “Todo ha sido acentuado por una cantidad de pésimas decisiones a nivel de economía, de abandono. Esto nos traza cosas que se deben replantear y establecer como pautas inviolables, por ejemplo, los servicios de salud. Lo importante que son las ciencias médicas así como la educación en paralelo. Deben de ser entes incuestionables para que estas cosas no sean tan graves. ¡Se ha privilegiado la tontería y se ha olvidado lo importante y lo sustancial!” Su opción ha sido una sola: Encerrarse a pintar: “Además no tengo otra cosa que hacer. Yo soy también diseñador gráfico, y muchos de los proyectos que elaboraba se cancelaron, se pospusieron, desaparecieron, y por lo tanto toda la parte económica se ha ido al traste. Ahorita tengo que vivir así, como a cuentagotas. Pedí prestado. Afortunadamente unos amigos me compraron un cuadrito y yo les regalé otro porque cumplían años de casados. Iba a exponer junto con un amigo escultor, Paul Nevin, en el Museo de la Ciudad de México, el 16 de abril, dos días antes de mi cumpleaños, pero se postergó. Quién sabe si se va a efectuar o no.” Indica, inquieto: “En México se consideran a las artes como algo inútil, pero dignas para algún tipo de presunción internacional. Cuando se hizo el Tratado de Libre Comercio se mandó una exposición a Nueva York y se hizo todo un arguende para presumir. Internamente no importa. En otros países hay maneras de promover la compra y el coleccionismo, y el apoyo a las artes en muchos niveles, por ejemplo, a nivel fiscal, en el sentido de que sea deducible la compra de arte. En este país se considera que es algo ligado al narco o que es lavado de dinero, piden de dónde sacarte ese monto.”  Pide que se promueva el coleccionismo: “Que la compra de arte y la promoción de arte sean deducibles.” Para Maru Vázquez, nacida en 1960 en la el Distrito Federal, “el arte se vuelve mucho más apreciado en tiempos de crisis, porque lo que se produce en una crisis como ésta no se va a poder vivir en mucho tiempo”. Anexa la presidenta del grupo Hombres y Mujeres en el Arte: “Todos tenemos que aprender cosas nuevas y debemos instruirnos para mostrar nuestro trabajo a través de nuestras redes. Si tengo que bajarle un porcentaje al cuadro, no importa, lo que se quiere es que la obra se quede en un lugar donde sea apreciada.” Y Niña Yhared, nacida en 1977 en la capital del país, que ha incursionado en performance, literatura, dibujo y pintura y estudió el doctorado en artes visuales por la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, comenta que la pandemia “sin duda transformó mi manera de trabajar, pues generalmente viajo y presento mis obras de performance art en el extranjero, en festivales, ferias de arte, galerías y ante el público”.  Ahora lo que desea es implementar en su obra una visión humanitaria. Y sus proyectos fueron totalmente afectados. En este mes participó en un conversatorio virtual y en la subasta de arte contemporáneo Esto es ahora que se llevó a cabo a puerta cerrada en Morton Subastas, con la fotografía titulada El mapa de mi piel, un registro de un performance de 2015 que presentó en el encuentro Poéticas de la Acción, organizado por la investigadora Josefina Alcázar del CITRU en el Centro Nacional de las Artes, y que llevó a otras naciones. Intranquila, finaliza: “El recorte a la cultura significa no apoyar a la raíz más latente, el corazón de nuestro México que crea sin percibir ingresos o apoyos. Creo que se debe debatir a fondo el tema por el sector cultural, y el compromiso de los artistas es enfatizar la importancia de que seamos apoyados, más en estos tiempos de pandemia y emergencia internacional.”

Comentarios