El mexicano Julio Chavezmontes habla de su regreso al Festival de Cine Berlinale como coproductor de las películas: Siberia –inspirada en El libro rojo del psicoanalista suizo Carl G. Jung– y el thriller psicológico El prófugo –basado en El mal menor del argentino C. E. Feiling–. A su vez, el tapatío Samuel Kishi Leopo aborda la migración infantil en su segunda cinta, Los lobos, partícipe en la sección Generación Kplus del concurso alemán.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).-
Siberia, nuevo filme del prestigioso estadunidense Abel Ferrara, y El prófugo, segundo filme de la argentina Natalia Meta, de las cuales el mexicano Julio Chavezmontes es uno de los productores, concursan por el Oso de Oro o el de Plata en la 70 edición del Festival Internacional de Cine de Berlín.
“Estamos muy agradecidos con este destacado certamen germano porque siempre nos ha brindado un gran apoyo, desde la primera vez que fui en 2013 con un cortometraje que compitió ahí. Luego con Eco de la montaña, de Nicolás Echeverría, también con Land, de Babak Jalali, que ahora se encuentra en la cartelera mexicana y se estrenó en la sección de Panorama en Berlín 2018. Entonces ha sido un festival muy generoso con nosotros”, expresa en entrevista Chavezmontes, quien ha producido alrededor de 18 títulos (como Halley y Tiempo compartido, de Sebastián Hofmann, y Love Me Not, de Lluís Miñarro, que se estrenó en la República Mexicana el pasado 21 de febrero). Sigue el también guionista:
“No me siento nervioso. Cuando uno va a competir a un lugar así, ya no se puede pedir más, lo que venga es maravilloso. Sí estoy ansioso por ver a las personas que estimo y quiero tanto, porque he sido privilegiado de realizar con ellas dos estupendas películas y poder celebrar que tengan un estreno así, y es un enorme orgullo representar a México en el cine.”
Además, en Generation Kplus (otra división de la Berlinale) compite Los lobos, la segunda cinta de Samuel Kishi Leopo, un proyecto totalmente mexicano. Este cineasta manifiesta a Proceso:
“Me siento muy orgulloso de poder mostrar el largometraje. Es el trabajo de todo el maravilloso grupo con el que tuve la oportunidad de crear esta cinta, además de contar un relato que creo es universal pero que también es muy latino, muy mexicano, por hablar con nuestra dramática, dolencias e idiosincrasia. Para mí es muy importante representar a México y contar nuestras historias, y es una oportunidad muy padre porque la Berlinale es una ventanota.”
Par de ases
Con Siberia, es la quinta vez que Willem Dafoe trabaja con Ferrara (quien nació en Nueva York en 1951), actuando además Cristina Chiriac, Daniel Giménez Cacho, Simon McBurney y Dounia Sichov, entre otros.
La trama, basada en Rotes Buch (“El libro rojo”), del psicoterapeuta suizo Carl Gustav Jung (1875-1961), trata sobre Clint (Dafoe) quien se va a una cabaña en la montaña para hallar serenidad. Es un hombre destrozado que quiere estar solo; sin embargo, el aislamiento no le aporta paz interior. Una vez más viaja, esta vez a su propio ser: explora sus sueños, confronta recuerdos y busca visiones; pero encontrarse a sí mismo se convierte en una danza con demonios. Chavezmontes explica cómo intervino en Siberia:
“Surge de mi relación con Dafoe. Nos hicimos muy amigos al filmar Opus Zero, de Daniel Graham, y siempre hemos visto oportunidades de laborar juntos y él sabe que soy admirador de la obra de Abel Ferrara. Me comentó que Ferrara estaba desarrollando este proyecto y me conecté con mi coproductora italiana Marta Donzelli y con mi coproductor alemán Philipp Kreuzer, mi socio también en Opus Zero. Este largometraje es muy hermoso.”
En 2011, Chavezmontes y Hofmann crearon Piano, un estudio para producir “obras originales y arriesgadas en distintas disciplinas artísticas”, como se lee en su página de internet.
–Ferrara posee una destacada trayectoria, ¿cómo fue rodar con él?
–Genial, lo quiero muchísimo, es una persona muy sensible. Por supuesto también exigente, como cualquier director de esa envergadura, y al mismo tiempo puede ser muy cariñoso con su equipo de producción. Luchó mucho porque hubiera gente joven y también personas con mucha experiencia, y que existiera equidad de género en el crew (equipo). De los productores principales somos dos varones y dos mujeres. Casi todo el personal de rodaje en México fueron mujeres.
De la historia despliega que “el público se va a sorprender al ver una propuesta con imaginación y libertad, porque muchas de las películas rehúyen de los riesgos por las dificultades que representa conseguir financiamiento, y ésta es muy libre”. El resultado es una película completamente diferente a lo que ha hecho Abel en toda su filmografía, pues “está experimentando otros caminos”. En el caso de El prófugo, un thriller psicológico basado en el volumen sobre el terror del argentino C. E. Feiling (1961-1997), El mal menor (1996), narra:
“Existe una gran amistad con la empresa productora argentina Rei Cine. Ya es la segunda colaboración con ellos. Trabajamos Acusada, de Gonzalo Tobal; pero realmente nos conocíamos desde hace ocho años, cuando su primer proyecto, Villegas, igual de Tobal, se presentó en Cine en Construcción, del Festival de San Sebastián y los Rencontres Cinémas d’Amérique Latine en Toulouse, igual que Halley, y ahí conocí a Benjamín Domenech. Estamos muy orgullosos de El prófugo.”
En la cinta, Inés es artista de doblaje y canta en un coro de Buenos Aires. Sufre una experiencia traumática en vacaciones, padece de insomnio y es perseguida por violentas pesadillas. En el estudio de doblaje, los micrófonos graban sonidos extraños que parecen provenir de sus cuerdas vocales interrumpiendo el doblaje y también amenazando su lugar en el coro. Gradualmente, Inés cae en un estado paranoico donde la realidad y el engaño se vuelven cada vez más borrosos. Ella siente un peligro: los personajes que pueblan sus sueños están tratando de tomar posesión de su cuerpo. El elenco lo conforman Guillermo Arengo, Mirta Busnelli, Daniel Hendler, Nahuel Pérez, Agustín Rittano, Érica Rivas y Cecilia Roth.
–¿Qué opina de la cinta de Natalia Meta?
–Más allá de que es un buen thriller y una gran premisa en un género que ha estado dominado históricamente por la mirada masculina, Natalia aborda varias temáticas, como la sexualidad y el erotismo. Estamos gratificados que Berlín haya respaldado así El prófugo. Con Natalia fue fácil producir. Tenía muy claro lo que deseaba realizar, fue una delicia.
–¿Es difícil coproducir con otros países?
–Siempre ha sido una experiencia enriquecedora para nosotros porque han sido sociedades muy generosas, muy recíprocas. Han sido como auténticas colaboraciones más allá del aspecto financiero, y eso nos ha permitido no solo contar historias de diferentes partes del mundo, sino además que las que contamos aquí en México, adquieren más recursos, más apoyo. Por supuesto representa un reto de logística filmar en tres países, con gente de diferentes culturas y formas de trabajo. Las dinámicas son distintas, pero siempre prevalece la buena voluntad y las ganas de realizar los proyectos.
Los lobos no lloran
Samuel Kishi Leopo menciona que Los lobos es una anécdota que contaba su mamá a su hermano y a él cuando eran pequeños:
“Nos fuimos a Estados Unidos con la promesa de que mi mamá nos iba a llevar a Disneylandia y no, en realidad es que se había separado de mi papá y quiso buscar suerte en un nuevo lugar. Nos lanzamos indocumentados y mi mamá rentó un departamento en un lugar medio violento, medio pesado, y nos dejaba encerrados mientras ella iba a trabajar. Pero para que no nos saliéramos, nos daba una grabadora especial para escuchar cuentos, historias, las reglas de la casa, lecciones de inglés, y nosotros empezamos a construir un imaginario con nuestra mamá humana y nuestra ‘mamá grabadora’. De ahí parte la idea; ya luego nace la ficción y empieza a generarse el proyecto.”
–¿Cómo es que Inna Payán se convirtió en la productora?
–Estaba escribiendo el argumento de la película y entonces Inna me escribió por Facebook, comentó que quería trabajar conmigo porque acababa de ver mi película Somos Mari Pepa y me propuso un guion; pero sentí que no era el director adecuado para ese relato. Le propuse mi argumento, fui a su oficina en la Ciudad de México (pues soy de Guadalajara), y salí con luz verde para comenzar a preparar Los lobos [con los actores Leonardo y Maximiliano Nájar Márquez y Martha Reyes Arias].
Aquí, Max y Leo, de 8 y 5 años de edad, parten de México para radicar en Albuquerque, Estados Unidos, debido a que su mamá, Lucía, busca una vida mejor. Mientras esperan que ella regrese de laborar, los infantes exploran a través de la ventana de su departamento el barrio inseguro, habitado por latinos y asiáticos, y escuchan en una vieja grabadora la voz de Lucía relatando cuentos, dictando reglas y las lecciones de inglés. Les enfatiza: “Ustedes son lobos fuertes. Los lobos no lloran. Los lobos muerden. Ellos aúllan y protegen su hogar”. Remata:
“Deseaba hablar de la migración, pero no del viaje, sino qué ocurre cuando llegamos y nos quedamos en otra nación, en una casa vacía y fría. Y me interesaba mucho la visión de los niños ante la migración.”
La Berlinale inició el pasado 20 de febrero y finalizará el 1 de marzo. Siberia (2020, Italia, Alemania y México) se proyectará el 24, 25, 26 y 27 de este mes y el 1 de marzo. El prófugo (2020, Argentina y México) se exhibirá el 22 y 23 de febrero y el 1 de marzo. Los lobos (2020, México), se mostrará los mismos días que Siberia.
Este reportaje se publicó el 23 de febrero de 2020 en la edición 2260 de la revista Proceso