Pocas veces visto, el Barcelona naufraga entre el bajo rendimiento deportivo, las lesiones de sus jugadores y un enfrentamiento en redes sociales protagonizado por su estrella, Lionel Messi, y el director deportivo del club, Eric Abidal. Producto de esa inestabilidad, el jueves 6 el conjunto blaugrana fue echado de la Copa del Rey por el Athletic de Bilbao. Analistas deportivos consultados debaten sobre la crisis de uno de los equipos más queridos y poderosos del mundo.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Aseguran que es callado, discreto y sin el carisma que sí tienen el portugués Cristiano Ronaldo y el astro argentino Diego Armando Maradona. Pero quien conoce de futbol y ha apreciado el olor rústico del sudor mezclado con el vapor de las duchas del vestuario sabe que el talento futbolístico habla por sí solo y alimenta el aura.
El martes 4, Lionel Messi demostró esa teoría. De manera peculiar y pocas veces vista, la joya más preciada del Futbol Club Barcelona reaccionó con carácter y temple a los señalamientos del director deportivo de la entidad culé, Eric Abidal.
Al rosarino no le gustó para nada la entrevista de Abidal con el medio catalán Sport, en la que acusó que “varios jugadores no estaban satisfechos y no estaban trabajando”. En referencia al cesado entrenador Ernesto Valverde, confesó que “hay cosas que, como exjugador, puedo oler. Comuniqué al club lo que pensaba y había que tomar una decisión”.
Unas horas después de las declaraciones del exdefensa blaugrana, Messi explotó en la red social Instagram. Refiriéndose al mal paso del equipo en este invierno dijo: “Cada uno tiene que ser responsable de sus tareas y hacerse cargo de sus decisiones. Los jugadores, de lo que pasa en la cancha. Además, somos los primeros en reconocer cuando no estuvimos bien.
“Los responsables del área de la dirección deportiva también deben asumir sus responsabilidades y, sobre todo, hacerse cargo de las decisiones que toman”, escribió al no querer estar relacionado con la despedida del técnico Valverde.
El argentino también acusó a su superior de no tener suficiente valentía: “Por último, creo que cuando se habla de jugadores habría que dar nombres porque si no, se nos está ensuciando a todos y se alimentan cosas que se dicen y no son ciertas”.
Fuera de lugar
Inicialmente la entrevista de Abidal concedida a Sport tenía el objetivo de restaurar la imagen del equipo blaugrana. El inicio de la década fue caótico y marcado por el despido de Valverde, una medida ya exigida por gran parte de la afición.
Recientemente el Barça ha sido el espejo de un juego poco atractivo y de dos dolorosas derrotas: una ante el Atlético de Madrid en la Super Copa y la otra contra el Valencia en la liga; además, enero terminó con una ventana de transferencias sin refuerzos para el equipo, pese a la carencia de delanteros debida a las bajas, por lesión, del ariete uruguayo Luis Suárez y del extremo francés Ousmane Dembélé.
Sin embargo, las palabras de Abidal no tuvieron el efecto deseado y las declaraciones del secretario técnico del conjunto catalán provocaron la ira del capitán argentino.
Ver tantos remolinos en la institución catalana no es extraño. “Una de las particularidades del Barcelona es que es un club propiedad de los socios”, comenta Jordi Batalla, periodista del diario Mundo Deportivo y referente sobre la actualidad blaugrana.
Explica que al interior del equipo cada figura y personaje tiene su visión y opinión de cualquier problema o éxito de la entidad, y que por ello “todo se magnifica más en el Barça que en el resto de los clubes. Todo el mundo dice la suya y es complicado ir todos a una”.
Minutos después de la bronca entre la estrella y el directivo se prendieron las redes sociales. La prensa deportiva española, un tanto amarillista, y la de otros países de Europa no dudó en poner esta pelea verbal en primer plano y en asegurar que el puesto de Eric Abidal está amenazado o que Messi planea su marcha del equipo al final de la temporada.
Josep Maria Bartomeu, presidente del club, regresó de urgencia a Barcelona mientras acudía al foro Barcelona Futur para promocionar la capital catalana en el Parlamento Europeo, situado en Bruselas, Bélgica. Primero se reunió con la Pulga Messi y el recién nombrado entrenador, Quique Setién; luego recibió a Eric Abidal para calmar los ardores.
Consentido
Sergi Solé, redactor en jefe del periódico Mundo Deportivo, escribió que en esta junta improvisada “Messi ha querido dejar claro a Bartomeu que él y otros jugadores importantes no tenían nada que ver con la decisión de prescindir de Valverde”.
Durante el día, incluso, hubo rumores del despido o de la dimisión por parte del secretario deportivo.
–¿Realmente el francés estuvo cerca de ser cesado?
–Creo que sí, ya que el presidente Josep Maria Bartomeu tuvo que volver de urgencia a Barcelona para apagar el fuego –dice el periodista Jordi Batalla.
“Las palabras de Eric Abidal no sentaron bien a los jugadores y ya se sabe que cuando la plantilla no está a gusto es un problema muy grande.”
La relación entre el directivo francés y la plantilla había sido tersa. De hecho, la llegada del exdefensa del equipo como secretario técnico en junio de 2018 se entendió como una medida para acercar a los futbolistas y a la directiva.
“Quizá en los últimos meses y ante la falta de fichajes sí que ha podido haber más falta de entendimiento”, considera Batalla. Sin embargo, ese fue el primer choque entre él y el plantel.
Pese a que el fuego se haya apagado es probable que la institución culé, de seguir las tensiones, tendrá que cobijar a su Balón de Oro 2019. Si es cierto que Abidal estuvo cerca de ser cesado, Jordi Batalla proyecta que el secretario deportivo “aguantará hasta el final de la temporada y después dimitirá”.
En cambio, el nuevo entrenador, Quique Setién, no quiso echarle gasolina al fuego previo al partido de la Copa del Rey contra el Athletic de Bilbao, este jueves 6.
“Lo que me interesa es el futbol. Todo lo demás son situaciones que entiendo y que no podré controlar, así que no me voy a cansar con eso. (...) Hablamos sobre este tema por un minuto con el grupo. No entraré en la vida de Messi ni en la de nadie más.”
El entrenador del cuadro catalán mencionó que parte de su trabajo es asegurarse de que los jugadores estén contentos. “El resto no depende de mí.”
Sobre la Pulga, Setién sólo agregó que lo ve “con ánimo, lo vi sonreír, lo vi bien, le gusta venir a entrenar. Le gusta estar aquí y lo vi como ayer o anteayer.”
La situación del Barcelona es un problema complicado porque la directiva debe hacer concesiones cuando tiene en su plantilla al mejor futbolista del planeta. Desde que es referente del equipo (2006), Messi ha llevado al conjunto a ganar tres Ligas de Campeones y 10 campeonatos de liga.
Frente a ese monstruo del balompié, el presidente del club tiende a perder peso.
“Es obvio que Messi tiene poder, pero lo tiene porque se lo ha ganado con el paso de los años. Sin Messi el Barcelona no hubiera tenido los éxitos de los últimos años y es lógico que su opinión se tenga en cuenta en decisiones importantes”, considera Jordi Batalla, de Mundo Deportivo.
Este es el duro aprieto de la institución blaugrana: tener al mejor jugador del planeta implica aceptar sus caprichos. Un dilema al que muchos equipos quisieran enfrentarse.
En 2013 Messi fue quien pidió que llegara Gerardo El Tata Martino –actual director técnico de la Selección Mexicana– a la cabeza del equipo blaugrana. Además, es público que cuando se elige a un nuevo entrenador para la escuadra siempre se pide la bendición del rosarino para su nominación.
Por el contrario, para la afición catalana no es del todo cierto que Messi tenga tanto peso en las decisiones del club; un ejemplo de ello puede ser el caso de Neymar. De todos es conocido la relación entre ambas estrellas y que el argentino quería el regreso del brasileño que hoy juega para el París Saint-Germain. Sin embargo, eso no ocurrió.
Retos inmediatos
La crisis extracancha del Barcelona casi eclipsa la cruda realidad del club en el campo. Tambalea su situación deportiva: el jueves 6 los aficionados blaugranas no pudieron gozar la eliminación del odiado rival, Real Madrid, en los cuartos de final de la Copa del Rey porque los catalanes también fueron echados del mismo torneo al caer 1-0 ante el Athletic de Bilbao.
Para ese partido Bartomeu y Abidal viajaron al País Vasco a acompañar a los jugadores y demostrar que los nubarrones se alejaron de la casa blaugrana.
Tras al desastre copero, el Barcelona sigue con posibilidades de llevarse la liga al estar a tres puntos del gran rival madrileño.
En la Liga de Campeones los blaugranas y su ataque diezmado enfrentarán el 25 de febrero próximo al Nápoles, donde milita el mexicano Hirving Lozano. El conjunto italiano también padece una crisis extracancha y deportiva.
Este reportaje se publicó el 9 de febrero de 2020 en la edición 2258 de la revista Proceso