Coronavirus
Una desesperada carrera por la vacuna
Un inusual despliegue científico global da pasos agigantados en la elaboración de vacunas que frenen el pernicioso coronavirus. En Estados Unidos, China, Rusia y Gran Bretaña hay esperanzas de que esas vacunas se apliquen con éxito en las próximas semanas.Un inusual despliegue científico global da pasos agigantados en la elaboración de vacunas que frenen el pernicioso coronavirus, cuyas víctimas mortales suman casi 1.4 millones en el mundo. En Estados Unidos, China, Rusia y Gran Bretaña hay esperanzas de que esas vacunas se apliquen con éxito en las próximas semanas. Pablo Sarobe, investigador del Programa de Inmunología e Inmunoterapia del Centro de Investigación Médica Aplicada de la Universidad de Navarra, se muestra confiado, pero pide a la comunidad científica y a los organismos gubernamentales transmitir información correcta sobre los proyectos en marcha y exhorta a tener “cautela y paciencia” hasta probar su eficacia.
MADRID (proceso).– Miles de científicos trabajan tiempo récord para conseguir la vacuna segura y eficaz contra el covid-19. La expansión de la pandemia del coronavirus –cuyos efectos epidemiológicos, sociales y económicos son devastadores para el planeta– han llevado a gobiernos, centros de investigación de todo el mundo y las principales farmacéuticas a condensar en meses los procesos que en tiempos normales llevarían años.
Esta carrera por la vacuna, convertida en una suerte de búsqueda del Santo Grial de la medicina, pretende encontrar la salida médica a esta crisis sanitaria global.
“Nunca antes se había puesto en marcha un esfuerzo de este nivel como con el coronavirus. Es la primera vez que se ve este despliegue desde la ciencia. Y se ve no solamente en el desarrollo de una vacuna, sino en la producción científica en conjunto”, afirma Pablo Sarobe, investigador del Programa de Inmunología e Inmunoterapia del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra.
“Desde enero que se empezaron los primeros trabajos se tienen alrededor de 60 mil publicaciones hasta octubre pasado, con decenas de miles de artículos de divulgación científica sobre la pandemia”, explica el experto a Proceso.
Aparte de la producción de estudios sobre este virus, la Organización Mundial de la Salud (OMS) registra más de 160 prototipos de vacuna en fase preclínica; es decir, que aún no habían sido administrados a humanos, y decenas en fase clínica.
De estas últimas, nueve se encuentran en fase 3, la última etapa de ensayos clínicos antes de buscar la autorización de los organismos reguladores internacionales.
Muy notoriamente entre los proyectos más avanzados hay cuatro vacunas cuyos desarrolladores principales están en China, tres en Estados Unidos, una en Reino Unido y otra en Rusia.
En la Navidad de 2019 empezaron a conocerse las primeras noticias de China sobre una nueva neumonía. Después se supo que se trataba de un nuevo coronavirus. En febrero las noticias se centraron en Europa, con la expansión de la pandemia en Italia, y en marzo los contagios se multiplicaron en España. El desconcierto y la incredulidad se apoderó de la población.
En enero pasado, se descifró el genoma del SARS-CoV-2, con el que trabaja la ciencia para enfrentar al virus, que ha infectado a más de 50 millones de personas alrededor del orbe y con cerca de 1.4 millones de fallecidos.
Algunas de esas iniciativas han estado apoyadas por los gobiernos de Estados Unidos, China, Rusia y Reino Unido, entre otros, y no pocos fondos de inversión provenientes de las principales farmacéuticas; todos inmersos en esa carrera por la vacuna.
Fragmento del reportaje publicado en la edición 2300 del semanario Proceso cuya versión digital puedes adquirir aquí.