Revista Proceso
Una moneda en el aire
En la antesala de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de este martes 3, Joe Biden se perfila como favorito para ganarlas, pero hasta sus asesores optan por la prudencia: no descartan una sorpresiva reelección de Donald Trump.En vísperas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos las encuestas perfilan a Joe Biden como ganador. Sin embargo, nadie –ni los demócratas– está seguro del resultado. Los expertos vislumbran escenarios extremos: o Biden se impone de manera contundente con base en una tendencia que está en marcha o Donald Trump cierra los resultados apoyado en el triunfo de un puñado de estados clave. Así, la noche del martes 3 puede ser corta y llena de certezas… o el inicio de un periodo de incertidumbre que Trump capitalizaría para denunciar un “fraude”.
Washington (Proceso).– En la antesala de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de este martes 3, Joe Biden se perfila como favorito para ganarlas, pero hasta sus asesores optan por la prudencia: no descartan una sorpresiva reelección de Donald Trump.
“Las encuestas favorecen a nuestro candidato, pero no olvidamos que, en las elecciones de 2016, Hillary Clinton estaba en las encuestas en la misma situación en la que hoy está Biden y perdió”, dice a Proceso Jennifer Molina, directora para medios hispanos de la campaña del candidato demócrata.
En entrevista, Molina reconoce que las encuestas no son fiables, pero esta ocasión podría darse el caso de que tengan razón.
“El candidato está muy optimista, sobre todo porque ya son unos 80 millones de electores los que han votado antes del martes, aunque no descartamos que el mero día de los comicios mucha gente que apoya al presidente Trump salga a votar para reelegirlo”, agrega Molina.
Al cierre de esta edición (29 de octubre) las encuestas sobre la tendencia electoral que hicieron medios de comunicación estadunidenses daban a Biden una ventaja sobre Trump de 10 puntos porcentuales en promedio, mismo margen que hace cuatro años mantenía Clinton sobre el actual presidente.
Se calcula que unos 80 millones de electores ya votaron de manera adelantada mediante el servicio postal y en persona, respetando los protocolos de salud por covid-19. Esa cifra rebasaba la mitad de los que se registraron el martes 7 de noviembre de 2016, en cuyos comicios resultó ganador Trump. Los demócratas interpretan esto como una buena señal en favor de su candidato.
“En varios estados la gente que ha votado en persona tiende a decir que quieren un cambio. Eso lo interpretamos como algo muy favorable para el exvicepresidente Biden, pero no definitivo”, aclara Molina.
Precisa que un porcentaje elevado de estos votos adelantados pertenece a jóvenes y a mujeres que en los comicios de hace cuatro años se abstuvieron de participar.
Para contrastar lo señalado por la campaña de Biden, Proceso solicitó de manera infructuosa una entrevista con algún funcionario de la campaña del presidente Trump, pero la oficina de prensa del Partido Republicano respondió que no era oportuno hablar con la prensa extranjera.
Mapa electoral
A horas de que se lleven a cabo las votaciones, la lucha central entre Biden y Trump por 270 de los 538 votos del Colegio Electoral repartidos proporcionalmente por el número de distritos entre los 50 estados, territorios y la capital de Estados Unidos, se concentraba en entidades clave.
En orden de mayoría de votos del Colegio Electoral, la disputa presidencial se enfocaba en Texas, Florida, Pensilvania, Ohio, Georgia, Carolina del Norte y Arizona, entidades en las que sus electores pueden definir el destino de la presidencia para los próximos cuatro años.
En Texas, que cuenta con 38 votos del Colegio Electoral, Political Polls, una organización que promedia los resultados de las encuestas que hacen los medios de comunicación sobre la tendencia del voto, marcaba 48% de apoyo para Trump, frente a 47% para Biden.
En Florida –donde se disputan 29 votos del Colegio Electoral– el presidente tenía un respaldo de 50% en comparación con 45% para Biden; mientras en Pensilvania –con 20 sufragios– los sondeos estaban 51% contra 44% en favor del candidato demócrata.
Con 18 votos del Colegio Electoral, en Ohio el respaldo al presidente se ubicaba en 44% frente a 43% del exvicepresidente, y en Georgia, con sus 16 sufragios, el panorama de la tendencia de los electores establecía 48% para Biden y 44% para Trump.
En Carolina del Norte y Arizona, con 15 y 11 votos del Colegio Electoral, respectivamente, el promedio de los sondeos recogidos y analizados por Political Polls indicaba un empate de 48% en la primera entidad; en el segunda, 49% de apoyo para Trump y 45% para Biden.
Political Polls expone que las encuestas tienen un margen de error de entre más-menos tres y cinco puntos porcentuales.
En esos estados clave los candidatos realizarán actos proselitistas en vísperas de los comicios del martes 3.
Pese a las tendencias en esos lugares, analistas políticos y expertos en materia electoral ya manejan la teoría de un triunfo para Biden.
Sobre el resto de los estados, y con base en los sufragios emitidos por adelantado, los expertos barajan un resultado que, incluso, dificultaría la disputa de Trump en caso de perder y alegar fraude.
Tomando en cuenta los estados considerados seguros para uno y otro candidato –así como los posibles y los clave–, el mapa con el resultado de los votos del Colegio Electoral marcaba una tendencia muy optimista para que Biden resulte vencedor.
Molina, quien admite haber revisado el mapa de los posibles resultados del Colegio Electoral, dice que Biden lo considera como hoja de ruta importante para cerrar su campaña en entidades cuyos electores podrían tener la última palabra en los resultados.
“El exvicepresidente Biden está dispuesto a buscar todos los votos de la gente que aún no se decide entre él y Trump, confiando en que sus propuestas económicas, sociales y de salud marcarán la diferencia en las elecciones”, dice la encargada de medios hispanos de los demócratas.
De acuerdo con sus proyecciones, con los estados que tiene asegurados Biden sumaría 183 votos del Colegio Electoral, pero tendría en total 290 sufragios con otros 29 posibles y 78 que le tienden a ser favorables.
Trump contaría con 77 votos asegurados del Colegio Electoral, 48 posibles y 38 que tienden a favorecerlo, lo que en total suman 163 sufragios… 107 por debajo de los que requiere para obtener un segundo periodo presidencial.
Este mapa de posibilidades del Colegio Electoral, elaborado con los resultados de las encuestas y las perspectivas de analistas políticos y expertos en materia electoral, no toma en cuenta los 85 votos de los estados que no tienen una tendencia marcada y que saldrían sobrando.
En otras palabras, y con el riesgo de que se repita el fiasco de 2016 con las proyecciones sustentadas en encuestas, Biden le arrebataría a Trump el poder ejecutivo y al presidente le restarían argumentos para hacerse la víctima de irregularidades y de un fraude.
El factor covid-19
Molina considera que la buena aceptación de Biden se debe a que los electores están cansados de las irresponsabilidades de Trump en asuntos como la pandemia.
“El presidente Trump ha estado contra las recomendaciones que han hecho los médicos y los científicos sobre cómo prevenir el contagio de covid-19, por lo que el resultado ha sido más gente enferma; de eso se cansó la gente y busca un cambio”, dice la asesora de prensa de Biden.
Es claro que los efectos de la pandemia en Estados Unidos han marcado un antes y un después con respecto de las perspectivas electorales. En marzo pasado, cuando empezaron a adoptarse los protocolos de salubridad, nadie apostaba contra la reelección de Trump.
El cierre de negocios, la bancarrota de empresas pequeñas, medianas y grandes, el alza en el desempleo, pero sobre todo las cifras de contagios y decesos por covid-19, poco a poco fracturaron la idea de una segura reelección de Trump.
Al cierre de esta edición (jueves 29) y de acuerdo con el registro que minuto a minuto actualiza la Universidad de Johns Hopkins sobre el azote del coronavirus en Estados Unidos, en este país había unos 9 millones de infectados y más de 230 mil decesos a causa del virus.
Trump se quedó corto en su promesa de tener lista una vacuna segura y garantizada contra el coronavirus para antes de las elecciones presidenciales, e igual le ocurrió al afirmar que bajaría el número de contagios y muertes, pues ya hay un rebrote de la letal enfermedad.
Los comicios, como lo afirman expertos electorales y analistas políticos, son de manera irrefutable un referéndum al manejo que Trump le ha dado a la pandemia, cuya magnitud sigue minimizando.
El pasado jueves 29 el Departamento de Comercio estadunidense dio a conocer que durante el tercer trimestre de 2020 el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos creció 7.4% respecto de los tres meses anteriores.
La buena noticia en materia macroeconómica llegó tal vez demasiado tarde para las aspiraciones políticas de Trump, tomando en cuenta que, antes de que se conociera, ya habían sufragado unos 80 millones de electores mediante los comicios anticipados.
Biden y Trump ofrecen trabajar con el Congreso federal en la aprobación de un nuevo paquete de subsidios para paliar los efectos económicos negativos de la pandemia, lo cual se materializaría hasta principios del próximo año.
En el verano que recién terminó, en medio del auge de los efectos negativos en materia económica y de salud por el covid-19, el Congreso aprobó un paquete de subsidios económicos. En virtud de estos se entregaron mil 200 dólares a personas solteras y 2 mil 400 dólares a matrimonios.
Los aportes de dinero del gobierno federal a su ciudadanía no fueron suficientes. Creció el trajín de las campañas electorales y eso se interpuso para que los demócratas accedieran a las exigencias de Trump de aprobar otro paquete de subsidios antes de los comicios.
Por encima de los vaticinios sobre los resultados de la elección presidencial, y tomando en cuenta la experiencia de hace cuatro años, pocos se atreven a garantizar que Biden será el vencedor.
Ocurre lo mismo con los tiempos para conocer el resultado final de la elección presidencial, debido a la diferencia de 180 minutos entre el horario de los estados de la Costa Este con respecto de los de la Costa Oeste, a menos que con los votos adelantados la tendencia sea clara para uno u otro aspirante.
Así, la del 3 de noviembre puede ser una noche corta y una madrugada larga la del día 4… Pero en el peor de los escenarios la incertidumbre puede durar días, semanas y hasta meses si Trump pierde en unas elecciones cerradas.
De lo que sí se declaran seguros varios analistas políticos es que el presidente Trump difícilmente aceptaría que su país se cansó de él y lo reemplazo por Biden, y para rebatirlo embrollaría a Estados Unidos en una crisis democrática argumentando que hubo fraude en las elecciones.
Reportaje publicado en el número 2296 de la edición impresa de Proceso, en circulación desde el 1 de noviembre de 2020.