Fernanda Valadez y Rodrigo Ruiz Patterson concursarán por México este año con sus óperas primas de ficción durante el prestigiado evento comandado por el actor Robert Redford; la primera llevando Sin señas particulares en torno a las desapariciones que sacuden nuestro país; y el segundo, con Blanco de verano sobre las redes endebles en los matrimonios actuales. Se complementan con la voz de Juan Pablo Ramírez, director de fotografía de Te llevo conmigo, de la documentalista estadunidense Heidi Ewing.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- En la sección World Cinema Dramatic Competition, del Festival de Cine de Sundance 2020, competirán los largometrajes mexicanos Sin señas particulares, de Fernanda Valadez (Corpulenta Producciones), y Blanco de verano, de Rodrigo Ruiz Patterson, la ópera prima número 26 producida por el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC).
Además, Juan Pablo Ramírez es el director de fotografía de la película Te llevo conmigo (I Carry You With Me), de Heidi Ewing, una coproducción de México y Estados Unidos que forma parte de NEXT, otra sección de dicho festival internacional a efectuarse del 23 de enero al 2 de febrero.
Los tres realizadores revelan en entrevista gratitud y júbilo por intervenir en dicho encuentro cinematográfico independiente, creado por Robert Redford hacia 1983 en Utah (https://www.sundance.org/).
Interrogantes de Valadez
Sin señas particulares es la primera película de ficción de Fernanda Valadez, egresada del CCC, quien logró levantarla con 5 millones de pesos e invirtió 8 años de trabajo:
“Retrata la ola de violencia en México, que nos llegó desde hace más de diez años, la cual no distingue clase ni géneros. Atraviesa todo tipo de comunidades. Entonces, el título se refiere a eso, que puede ser cualquier rostro, y los rostros son reconocibles para la gente que busca a sus desaparecidos seres queridos.”
Sobre la participación del filme, escrito por Astrid Rondero y ella misma, comunica:
“Al ser parte de un festival de este tamaño, quiere decir que el largometraje ya es bien recibido independientemente de lo que pase después. El destino de los largometrajes es azaroso y depende de que a alguien les guste, los vea y decida programarlos en un festival. Me siento muy afortunada porque esto podría no haber sucedido.”
Evoca cómo surgió Sin señas particulares, a proyectarse el 25, 26, 27 y 31 de este enero y el 1 de febrero:
“Tengo un buen rato con el proyecto. Hice un cortometraje de tesis con la misma temática de la desaparición forzada, 400 maletas, se estrenó en el 2014, y desde entonces poseía la inquietud de convertirlo en largometraje. En ese momento, por supuesto, no era viable, aunque fue paralelo: Mientras hacía el corto, estaba escribiendo el largometraje, y con este último fue un proceso de financiamiento complicado en el gobierno de Enrique Peña Nieto. Realmente tardamos un buen rato consolidando el presupuesto.”
La historia se centra en Magdalena (Mercedes Hernández) que emprende una travesía para buscar a su hijo (Juan Jesús Varela), desaparecido cuando viajaba a la frontera con Estados Unidos. En el trayecto, ella conoce a Miguel (David Illescas), un joven deportado precisamente de Estados Unidos, quien trata de regresar a su pueblo, pero se da cuenta que el crimen organizado oprime a las personas con la violencia.
“El filme surgió originalmente del pasmo desde la primera oleada de violencia que se publicaba mucho en los medios por ahí del 2011 y 2012. Intenté verla desde la perspectiva de las víctimas de la violencia, pero tratando de no efectuar una distinción muy rotunda entre las víctimas y los victimarios, porque creo que la premisa, desde que sale la película, es que la injusticia social provoca la violencia. Entonces, en esa licuadora de injusticia y de disparidad, las líneas entre víctimas y victimarios pueden ser muy frágiles.”
–Con la cinta, ¿su finalidad era denunciar?
–Más que denunciar, porque para eso el documental se ha masificado porque puede utilizar situaciones concretas y nombres reales, es levantar una pregunta. Creo que lo que podemos realizar desde la ficción es lanzar interrogantes y si la película sale bien, empezar un diálogo y una reflexión sobre cómo funciona la espiral de la violencia.
Valadez nació en 1981; pertenece al Sistema Nacional de Creadores de Arte, y ha sido productora de varios largometrajes. Detalla que filmó Sin señas particulares hacia 2018:
“Decidimos quedarnos sólo con el Fondo para la Producción de Cine de Calidad (Foprocine). Fuimos un grupo chico. Filmamos en Guanajuato, de donde soy. Ahí estuvimos cinco semanas en forma, más otras tres semanas solo con la productora Rondero, la fotógrafa Claudia Becerril, algunos de los actores y yo. Sin señas particulares llegó a Sundance por la buena fortuna de haber sido seleccionada en Cine en Construcción del Festival de San Sebastián, que es un foro para cintas en proceso muy importante. Ahí la vio una de las programadoras de Sundance y a partir de ahí aplicamos.”
También es productora del nuevo proyecto de Rondero, llamado Sujo, que formará parte de Talent Forum (“Foro de talentos”) de Sundance, e igual intervendrán en algunos paneles sobre cine mexicano.
“Blanco de verano”
Rodrigo Ruiz Patterson resalta sobre Blanco de verano, que asiste al festival:
“Nos hallamos muy agradecidos por formar parte en la competencia de Sundance, un encuentro fílmico muy grande, con mucha historia y que posee mucha industria. Es una grandísima oportunidad para que se estrene ahí la película.”
Rodó en cinco semanas y media el filme, de noviembre a diciembre de 2018 y narra:
“En algún momento empezó el relato inspirado en ciertos elementos autobiográficos. Luego, con el otro guionista, Raúl Sebastián Quintanilla, descubrimos que mi vida no era tan interesante; entonces, decidimos ficcionar. Tratamos de efectuar una historia de personajes complejos y con dinámicas de una familia moderna, como cada vez hay más. Queríamos un largometraje donde la trama estuviera guiada por los personajes y sus acciones, sin juzgarlos. No creemos en los personajes buenos y malos, creemos en los seres humanos complejos y esa era siempre nuestra aproximación al filme.”
Es la historia de Rodrigo (Adrián Rossi), un adolescente de 14 años, cuya vida cambia radicalmente cuando su madre (Sophie Alexander-Katz) lleva a su nuevo novio (Fabían Corres) a vivir con ella. El chico se debate entre aceptarlo o recuperar ser el primero en la vida de su progenitora, a pesar de la felicidad que a ella le produce su reciente amor.
–¿Qué incita a reflexionar su proyecto?
–No creo que las películas deban ser didácticas. Creo que cada quien debe de reflexionar con libertad lo que quiera del largometraje. Uno trata de poner elementos y conflictos reales y que la gente saque sus propias conclusiones. No nos gusta dar una moraleja y evidentemente al final hay una reflexión en torno al amor, el final de la infancia, la familia moderna y los nuevos lazos que ahora se establecen en el matrimonio, el cual es cada vez más endeble.
–¿Cómo encontró al protagonista del papel principal?
–Nos ayudó la directora de casting, Miriam Blanco, y vimos aproximadamente a 400 chicos a lo largo de unos ocho meses. Efectuamos un taller donde un coach actoral, Marco Aguilar, laboró con cuatro chicos, todos muy talentosos y al final seleccionamos a Adrián.
Ruiz Patterson nació en la Ciudad de México en 1987. Se graduó en el CCC con la tesis de ficción Australia y escribió y filmó los cortos Paradiso y Arreglo napolitano, presentados en más de 20 festivales nacionales e internacionales. Creó Todos queremos dormir, uno de los seis cortos que componen el largometraje La danza de las fieras, producido por Kaptura Projects AC y Bala Films.
Aún no sabe el camino que tomará Blanco de verano, a mostrarse en Sundance el 26, 27, 28, 30 y 31 de enero y 1 de febrero:
“Es un misterio, dependerá de qué pase en el festival. Por ahora arranca con el pie derecho. Estamos eligiendo a un agente de ventas. Hemos recibido muchas propuestas. También buscaremos proyectarla en más festivales. Al final, todos los que la realizamos queremos que se vea mucho. Sin duda la distribución y la exhibición son lo más complicado del cine mexicano. Ahora se producen muchas películas y cada vez de mejor calidad, lo cual me hace sentir muy orgulloso. Sin embargo, ahí en la parte de la exhibición y la distribución se atoran muchas.”
“Te llevo conmigo”
También egresado del CCC, Juan Pablo Ramírez es el director de fotografía de Te llevo conmigo (I Carry You With Me), de Heidi Ewing (quien después de dirigir un sinnúmero de documentales galardonados, muchos de los cuales se han proyectado en Sundance, ahora debuta en la ficción).
Aquí, como joven aspirante a chef en México, Iván trabaja en un restaurante, con la esperanza de conseguir un lugar en la cocina mientras apoya a la madre de su hijo. Una noche conoce a Gerardo y su química es instantánea. Sin embargo, el descubrimiento de su romance le causa problemas, pues le dicen que ya no puede ver a su hijo. Desesperado, Iván toma la ardua decisión de cruzar la frontera para avanzar en su carrera culinaria, prometiéndole a su hijo y a Gerardo que regresará. Los actores son Ángeles Cruz, Armando Espitia, Michelle González, Arcelia Ramírez, Michelle Rodríguez y Christian Vázquez.
Ramírez rememora cómo se integró a este proyecto, que se mostrará el 26, 27, 28 y 31 de enero y 1 de febrero:
“Ewing estaba levantando un documental sobre unos personajes cercanos a ella en Nueva York y empezó a descubrir que mucho de lo que sucedía en sus historias personales estaba en el pasado y no había material para contarlo; entonces, decidió escribir la ficción. Y cuando empezó a buscar fotógrafo empecé a hablar con ella por Skype, y me integré a su equipo.”
–¿Cuál era el reto principal del filme?
–Generar una realidad, tanto técnica como narrativa que favoreciera el uso discursivo al que ella estaba acostumbrada. Básicamente crear herramientas y espacios donde ella se sintiera como cuando trabajaba en el documental, pero ahora en ficción. Se trataba de jugar con una especie de iluminación casi de 360 grados y con una cámara suelta donde los personajes se pudieran desenvolver naturalmente.
“Es una historia de amor que comienza en los ochenta en Puebla, con todo este movimiento bastante mocho, digamos, con respecto a la homosexualidad. Es un romance homosexual que va trascendiendo las décadas, hasta que la economía hace que un personaje deba irse a Nueva York ilegalmente, y a partir de ahí empieza una serie de peripecias que aparentan que esta relación va a romperse; pero al contrario, como que de alguna manera los vuelve más fuertes. Es básicamente un camino de sanación y autodescubrimiento basado en el amor.”
Para él, la directora es una persona maravillosa:
“Fue súper divertido empezar a pensar con ella imágenes, ir a locaciones y repensarlas de nuevo, estar en el set y repensarlos de nuevo. Es una persona abierta, te escucha al cien por ciento; muy generosa, y lo disfruté muchísimo. En términos del sello fotográfico te diría que es una película naturalista, pero que juega con la memoria y las emociones más que con la narrativa cronológica. La narrativa va más condicionada a lo que les pasa a los personajes.”
–¿Cómo empezó en la foto cinematográfica?
–Primero estudié comunicación en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO,) y en el camino descubrí la foto con clases muy básicas y me voló la cabeza. Empecé a buscar talleres hasta que terminé mi carrera, inmediatamente apliqué al CCC e hice la especialidad como cinefotógrafo. Me gradué con dos largometrajes, cuando normalmente te titulas con cortometrajes, y antes de salir, de la escuela efectué un tercer largo, González: Falsos profetas, y de ahí vinieron muchos más.
Fue el fotógrafo de 7:19, de Jorge Michel Grau; Huachicolero, de Edgar Nito; y Chicuarotes, de Gael García Bernal. Al final, habla de su sentir sobre la cinta de Ewing, hablada en español, como parte del encuentro de Sundance:
“No me pone nervioso, porque yo sé que es una directora fantástica. A mí me fascinan sus documentales. Me emociona mucho lo que va a pasar con el público. Los personajes reales, en los que está basada la historia, estarán en la función. Es el tópico de la migración, que en la relación México-Estados Unidos sabemos que hay ahí un tema fuerte e importante.”
Te llevo conmigo es una película hablada en español.
Este reportaje se publicó el 5 de enero de 2020 en la edición 2253 de la revista Proceso