Ambriz, por la revancha de su vida

domingo, 26 de mayo de 2019 · 08:37
De ganar la final del futbol mexicano, este domingo, se coronará su lucha personal y deportiva. Ignacio Ambriz, quien fue el capitán del Necaxa, el “Equipo de la década” en los noventa, tiene la oportunidad de cerrar un torneo casi perfecto. Si bien en el marcador global va abajo por un gol ante Tigres, el técnico de los Panzas Verdes está acostumbrado a remontar dentro y fuera de la cancha. “No tengo empacho en reconocer que tuve problemas con el alcohol y las drogas (…) me superé y ahora soy feliz”, ha dicho el originario de Iztapalapa. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Ignacio Ambriz Espinoza, figura del futbol mexicano –en la cancha y en el banquillo–, nació en el barrio de Culhuacán, alcaldía de Iztapalapa, donde la inseguridad no da tregua. Creció entre carencias y en un entorno difícil y propicio para toda clase de tentaciones. Nacho, como le gusta que le llamen, comenzó a practicar futbol en su colonia, de la que nunca reniega; tampoco olvida a los amigos de la infancia. “De ahí soy, de ahí vengo. Ahí nací. Sigo manteniendo muchas raíces, amigos de la calle. Es algo muy padre recordar a tu Iztapalapa”, contó a Univisión Deportes en enero de 2018. “Normalmente cuando vienes de un barrio te cuesta, porque hay mucho alcoholismo y drogadicción. Es algo curioso, porque todo eso no me pasó en el barrio sino siendo jugador”, reconoció. Pero antes, las horas de sacrificio, de preparación y perseverancia tuvieron su recompensa en los Rayos del Necaxa de la Primera División del futbol mexicano, en 1983, a los 18 años. No obstante, su carrera deportiva en ese entonces fue un enigma. En tres años y medio como jugador rojiblanco apenas participó en 19 encuentros, por lo que dejó el club en busca de oportunidades: primero lo intentó en el Salamanca de la Segunda División –ya desaparecido– y más tarde en el León, al que hoy tiene en la final de la Liga Mx. Pero en ese entonces ninguno de esos equipos le dio siquiera la posibilidad de disputar un minuto en la cancha. En 1989, cuando tenía 23 años, regresó al Necaxa, con el que alcanzó a forjar su gloria. De la mano del entrenador Manuel Lapuente formó parte del llamado “Equipo de la década” en los noventa. De férreo carácter, intrépido con el balón y potente pegada de larga distancia. Como capitán de este conjunto levantó dos títulos de Liga, una Copa México y dos de la Concacaf. A la par se hicieron frecuentes los llamados a la Selección Mexicana, con la que también portó el gafete de capitán por su liderazgo y entrega. Integró el representativo tricolor que ganó el subcampeonato de la Copa América Paraguay 1993 y jugó la Copa del Mundo de Estados Unidos 1994. No obstante, lo peor estaba por venir para Ambriz: en el momento de mayor gloria, rodeado de lujos y dinero, extravió el camino y, con ello, la disciplina. Tan grave fue su situación que el mismo entrenador Lapuente le recomendó internarse en una clínica de rehabilitación. “Manolo se acercó como amigo antes que como entrenador. Ahora no tengo empacho en reconocer que tuve problemas con el alcohol y las drogas. Esa vez (Lapuente) me dijo en el vestidor: ‘A ver, Nacho, yo te quiero ayudar. Tú tienes problemas; si quieres, te llevo a una granja’”, relató Ambriz en octubre de 2015 al suplemento Cancha. En otra entrevista, dijo a Univisión Deportes: “Cuando tienes el problema de tomar mucho, de haber probado las drogas, culpas a todos y no te culpas a ti”. Ambriz tomó “la mano de Dios”, dijo, y fue así como logró superar sus problemas. “Siempre he creído que los futbolistas vivimos en una burbuja, somos egoístas, somos locos, pensamos en uno mismo. De repente te cuesta entender que estás equivocando. Cuando estás en un momento de tu vida en esa soledad, dices: ¡en la torre! Llega un momento en esa reflexión de que Dios te toca la cabeza y te avisa de que no vas por el camino correcto”. Actualmente Ambriz se considera un hombre feliz y dice que busca transmitirle a los jugadores jóvenes el mensaje de que no deben perder el piso. “Si me toca dar un buen consejo, siempre lo daré. Soy feliz de lo que soy, feliz de lo que tengo y de ver a mis hijos”. Vida a contracorriente Ambriz se retiró como futbolista en 2001 para convertirse en entrenador. Debutó oficialmente con el Puebla en 2003. Sus posteriores pasos profesionales fueron un largo periodo de aprendizaje: se incorporó como auxiliar técnico de Javier Aguirre en los equipos españoles Osasuna (2003-2006) y Atlético de Madrid (2006-2009). Luego de seis años en España regresó a México como entrenador del San Luis, con el que tuvo su estreno en el torneo Clausura 2009. Antes sostuvo un último diálogo como auxiliar técnico con el hombre que le brindó la confianza en su aventura española: “Siempre hablamos de ti y del equipo, pero, ¿te has puesto a pensar qué es lo que quiero?”, relató el actual entrenador del León al periódico Excélsior en septiembre de 2010. “No hay enojo ni reclamos. Sé que dicen que hasta nuestras mujeres se pelearon. ¡Es mentira! Lo que pasa es que corría el riesgo de volverme cómodo si seguía como auxiliar de Javier. No sabía de presiones ni de responsabilidades, y las quería sentir. Se lo dije (a Aguirre): ‘A mí no me mientan la madre, a mí no me gritan que me vaya, y eso, desde mi posición, es sencillo de sobrellevar’.” Ambriz también fue auxiliar de Javier Aguirre en la Copa del Mundo Japón/Corea 2002. En 2012 dirigió al Guadalajara y luego de un breve periodo de inactividad fue fichado por el Querétaro en la fecha 6 del torneo Clausura 2013. Sin embargo, fue cesado después de dos años al frente de la dirección técnica, en la jornada 7 del torneo Clausura 2015, a consecuencia de un mal arranque del equipo. Enseguida fue contratado por América, en mayo de 2015, para ocupar el cargo del uruguayo Gustavo Matosas. Con este club celebró su primer título: la Liga de Campeones de la Concacaf, pero lo despidieron en septiembre de 2016 tras una campaña irregular. En mayo de 2017 firmó para el Necaxa, el equipo en el que inició y puso fin a su carrera dentro de la cancha. Con los Rayos sumó su segundo logro como entrenador: la Copa México en 2018. En septiembre de ese año fue contratado por el León. “Normalmente mis equipos tienen mucho equilibrio. Por ahí me tachan de defensivo, pero tengo que buscar equilibrio tanto en la parte ofensiva como en la defensiva, intentar que el equipo juegue en 40 metros a lo largo y ancho del campo”, refirió el entrenador durante su presentación. Ambriz se ha asumido como un especialista acostumbrado a ir a contracorriente, soportando toda clase de críticas. Dice entender la posición de los seguidores del equipo: “Lo que pueda decir la afición está en todo su derecho. A lo mejor para mucha gente no soy de su agrado, pero lo único que sé es trabajar. Llevo 35 años en el futbol, ha habido cosas buenas, malas, muy malas y al final la piel está curtida; no pasa nada. Entiendo que se me va a exigir. Cuando jugué aquí me exigieron y hoy más, pero me comprometo a trabajar para que este equipo vuelva a ser de garra y de lucha”. En León se propuso la encomienda de encontrarle una identidad como equipo y buscar un lugar preponderante en la misma Liga Mx, después del bicampeonato obtenido por Gustavo Matosas. Con ese ADN que supo transmitir a lo largo de su ciclo como futbolista, Ambriz es el mentor detrás de los éxitos del actual León. Con el conjunto felino ha impuesto hasta el momento un par de marcas: el liderato absoluto con 41 puntos en torneos cortos (17 jornadas) y 12 triunfos consecutivos, superando el récord del Cruz Azul en la temporada 1971-1972 (cuando había torneos largos). El entrenador hizo posible que la ausencia del histórico goleador del conjunto guanajuatense, Mauro Boselli (tres veces campeón de goleo), fuera recompensada con otro artillero, el ecuatoriano Ángel Mena, quien reencontró en La Fiera su mejor versión después de una campaña inestable en Cruz Azul. Con 14 anotaciones, Mena se erigió como el séptimo campeón goleador del León. Para redondear la buena campaña del equipo en su fase regular, Ambriz accedió a la instancia final de la liguilla de la Liga Mx con dos datos adicionales: mejor ofensiva de la competencia, con 41 goles en 17 jornadas, y mejor defensiva, con 14 anotaciones en contra. En el último semestre, Rodolfo Cota se consolidó como un portero netamente efectivo desde su paso por las Chivas de Guadalajara. Y eso ofreció en parte las oportunidades del conjunto del Bajío para buscar el campeonato de la Liga Mx este domingo 26. La salida de Boselli A los 54 años, Ambriz busca su primer campeonato en la Primera División del futbol mexicano. Sobre el armado del León cuando asumió la dirección ­técnica, cuenta que la directiva de los Panzas Verdes entendió que se necesitaba un recambio. Detalló que estaban preparados con planes B y C para solucionar la salida de su goleador Mauro Boselli. “Al final acertamos en traer a jugadores: Ángel Mena, Rubens Sambueza y al mismo José Juan Macías, quien parecía que por ahí no pintaba, pero el chico hoy está dando de qué hablar, además de Jean Meneses”. La definición del título del torneo Clausura 2019 de la Liga Mx inició el jueves 23. En el juego de ida Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León se impuso por la mínima diferencia ante el equipo dirigido por Ambriz, con gol del francés André-Pierre Gignac. Ambriz no tiene dudas: el récord de puntos en un torneo corto en su fase regular y la marca de más victorias seguidas los cambiaría por una estrella para su equipo. “Esa sí es parte de la historia de un club” que por ahora suma siete títulos, contra seis de los Tigres. Con siete campeonatos de liga en sus vitrinas, León aún está lejos de alcanzar al más ganador de todos los tiempos: América, con 13 campeonatos; seguido de los 12 de Chivas y los 10 de Toluca. Pero está a un campeonato de igualar a Cruz Azul, que no ha sido capaz de levantar otro título desde que en diciembre de 1997 venció al León en el estadio Nou Camp, gracias a un penal que el portero argentino Ángel Comizzo regaló a los cementeros.

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