Gurrola: José José en ”Gavilán o paloma”, desde dentro

miércoles, 9 de octubre de 2019 · 11:08
La muerte del ídolo José José consternó a Hispanoamérica, si bien se esperaba a consecuencia de sus excesos juveniles. Hacia 1984, El Príncipe de la Canción pidió llevar su vida a la pantalla grande y él mismo protagonizó sus triunfos y caídas en la cinta Gavilán o paloma, cuyo director Alfredo Gurrola rememora las vicisitudes de la filmación, y las adicciones del cantante surgidas en sus matrimonios con Kiki y Anel, encarnadas en la película por Gina Romand y Christian Bach, respectivamente. El cineasta Alfredo Gurrola, quien en los años ochenta se encontraba de moda entre los productores privados, fue llamado por el empresario de la industria cinematográfica Carlos Amador para dirigir la película Gavilán o paloma (1985), donde el cantante popular José José –fallecido el pasado 28 de septiembre–, se interpretó a sí mismo narrando cómo al principio de su fama cayó en el alcohol y las drogas. Al inicio del filme sale a cuadro El Príncipe de la Canción (cuyo nombre verdadero era José Rómulo Sosa Ortiz) y dice: “Esta es la historia de mi vida, con todos sus pecados. Ojalá y sirva para que alguien que haya caído pueda encontrar una forma de levantarse. Esta es mi verdad.” Gurrola rememora en entrevista: “Entonces llegó la recomendación por parte de la Asociación de Productores de que yo era confiable para entregar un producto en tiempo y presupuesto, lo que les interesaba mucho, y así es como me contactó Carlos Amador. Yo no lo conocía personalmente y me propuso el proyecto. Todavía no estaba escrito nada, era apenas la idea.” En la cinta se ve al padre del cantante, un tenor de ópera alcohólico, y su madre pianista. Pero su papá abandona a la familia cuando José José estaba pequeño, quien al pasar los años inicia su carrera de intérprete y vuelve a ver a su papá enfermo y a punto de fallecer. Luego José José empieza a tener éxito e inicia una relación con la actriz Anel Noreña (Christian Bach); pero debido a su dipsomanía e infidelidades, ella lo abandona y José José se casa con la actriz Natalia Kiki Herrera (Gina Romand), 20 años mayor que él. Tras varias peleas y diferencias, la deja. El artista enferma de neumonía y casi pierde su carrera. Anel regresa a su lado y el cantor firma con una empresa discográfica recuperando su fama artística. “El guion lo estaba trabajando Fernando Galiana”, platica el también argumentista, actor y profesor de cine y televisión Gurrola, quien prosigue: “Fue Christian Bach quien recreó a Anel –la segunda no estaba como para presentarse en esos momentos como la galana de película–, quien ayudó mucho en la cuestión de los diálogos pues conocía muy bien el estilo de Fernando Galiana de crear una cinta muy convencional, del origen humilde, el triunfo y los desaprovechamientos del triunfo, de los excesos y la caída, lo cual le sucede siempre a muchos artistas y deportistas, no sólo de México, sino del mundo, ídolos públicos que salen de orígenes bajos y triunfan. Se fueron añadiendo unos diálogos mucho más sinceros, más reales, más pensados.” Gurrola (quien antes de esta biografía de José José había realizado el largometraje Llámenme Mike en 1979) señala en entrevista que José José escribió muchos diálogos “porque vivió todo eso”. Destaca que no conocía personalmente al artista, aunque sabía de él desde que lo escuchó cantar “La nave del olvido” en 1970: “Primero Carlos Amador nos planteó, sin saber si los usaríamos o no en la cinta, filmar unos stock shows de las presentaciones que José José tenía programadas antes de empezar el rodaje y antes de tener listo el guion. Así que viajé, junto con Javier Cruz, quien fue el fotógrafo del filme, a Puerto Rico y Nueva York. Conocí al intérprete en Puerto Rico. Al principio no estuvo en las mesas de trabajo hasta que ya se integró el guion.” Dualidad misteriosa  –¿El intérprete de “El triste” y “He renunciado a ti” pidió contar su vida en la pantalla grande? –Creo que sí. Él siempre tenía la idea de la regeneración, siempre lo intentó infinidad de veces pero recaía y recaía, como es bien sabido. En esa etapa estaba muy convencido en que iba a rehacer su carrera y su vida. Yo creo que para reafianzar eso quería realizar, como un testimonio, de que al crear la película quedaba comprometido a cumplir sus palabras, cosa que no sucedió. Aunque en ese momento sí estaba muy dispuesto a eso. No me tocó verlo en la primera etapa que estuvo mal. “Después de cada concierto, Anel y su hermano Manuel Noreña, quien era su representante, le daban como chance a que se destrampara, que se perdiera un par de días, cosa que él hacía; pero no necesariamente en el alcohol, podía desvelarse, en fin. Después se recuperaba y preparaba al cien por ciento para el siguiente concierto, lo cual lograba siempre.” Gurrola menciona que en la gira empezaron a tomar confianza mutua: “Hablamos más directamente de los planes de la película, del concepto visual y de su trabajo como actor. José José me dijo que ya había laborado en películas con Rubén Galindo, pero que en realidad nunca se había dado cuenta qué era una filmación porque estaba siempre en el agua, que nada más se acordaba que había en la playa muchos reflectores... Bueno, no poseía la conciencia de lo que era filmar una cinta. “Entonces, en Gavilán o paloma, ya puso mucho interés no sólo en su papel protagónico sino también en la labor cinematográfica de todo lo que había detrás de ese quehacer, quién era quién y qué se efectuaba en la edición, etcétera. Fue una convivencia de seis semanas.” –¿La película causó polémica por mostrar a cuadro sus excesos, su alcoholismo y cómo se inyectaba? –No. Él quiso hacerlo en serio. Se inyectaba, aunque no lo necesitara, porque era una medicina inocua, que lo estimulaba, de su tratamiento. En la escena se clavaba la aguja de verdad. Cuando aparentaba estar borracho era muy bueno. Si ven las escenas no es el balbuceo y las caídas o cosas muy recurrentes de la borrachera. En la primera etapa de su alcoholismo real, amanecía de pronto dormido en su coche. No sabía meter el automóvil en la  cochera, lo estacionaba y se quedaba dormido. “La segunda etapa fue más grave, porque ya vivía en un taxi, según sé. Dormía en un hotel de mala muerte. Fue otra etapa muy, muy desastrosa. La primera etapa fue light. Todos sus problemas fueron por sus relaciones con Kiki y Anel, ya lo demás fue de bajos mundos donde ya cayó totalmente.” El estreno de Gavilán o paloma estaba planeado para el 19 de septiembre de 1985, pero esa mañana tembló en la Ciudad de México: “Un día antes fue la presentación en el Gran Cinema. Estuvimos todos. Se suspendió el estreno. Los cines que no se cayeron cerraron, porque la gente no estaba para andar en el cine, y entonces se pospuso el estreno. Ya no me acuerdo cuánto tiempo, pero sí fueron varios meses, y como fue en coproducción con Televicine, ya Televisa se encargó de darle la difusión no sólo en pantalla grande, sino en la televisión. Ya después no fue un estreno espectacular, pero sí le fue bien en la taquilla.” –¿Por qué la película se llamó Gavilán o paloma, título de una canción de Rafael Pérez Botija grabada en 1977 por José José, y que causó polémica? –Porque entonces era uno de los discos más vendidos de él. Gavilán o paloma siempre fue muy comentada por esa dualidad misteriosa, que si era gavilán o paloma. No tiene más que eso, el morbo de tratar de pensar que contiene algo que no contiene. A Alfredo Gurrola, hermano del cineasta y dramaturgo Juan José Gurrola, le gustó ser parte de dicho filme: “Bueno, no soy una persona muy musical. Escuchaba sus canciones, me gustó siempre José José, sobre todo su capacidad pulmonar. Era una cuestión más física que melódica lo que me llamaba la atención del él. ¿Cómo podía aguantar las notas y cantar sin respirar tanto? Carlos Amador no escatimó en lo más mínimo con este proyecto. Se cuidó la fotografía. Nos permitimos usar filtros que eran un poco audaces, que destellan luces, más allá de lo que te dan los cuetes o el humo en las presentaciones de los artistas. Porque José José no utilizaba ese tipo de cosas, nada más tenía tres vocalistas femeninas, la orquesta y él, pero no utilizaba humo, nada. Entonces le dimos ahí un toquecito visual un poco más llamativo, más brillante.” –Entonces, sí le dejó un buen sabor de boca este largometraje. –Muchísimo. Llámenme Mike es con la que la gente más me conoce. La segunda, Gavilán o paloma. Esta entrevista se publicó el 6 de octubre de 2019 en la edición 2240 de la revista Proceso

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