La solución de los Legionarios: cambiar de sede a un pederasta

sábado, 11 de agosto de 2018 · 09:52
Los dirigentes de los Legionarios de Cristo estaban al tanto de los abusos sexuales que cometía Vladimir Reséndiz Gutiérrez en su seminario de Gozzano, y para mantenerlo a salvo de la justicia italiana –que ya había tomado cartas en el asunto– no se les ocurrió otra cosa que mandar al ahora exsacerdote a otro país. Eligieron un centro juvenil de su congregación en Venezuela, donde el pederasta siguió violando adolescentes. ROMA (Proceso).- Pese a saber que Vladimir Reséndiz Gutiérrez cometía abusos sexuales contra menores en un seminario de su congregación en Italia, los Legionarios de Cristo enviaron al ahora exsacerdote a Venezuela, a otro centro de esa institución –donde habría seguido delinquiendo–, según documentos del Vaticano e investigaciones de las autoridades italianas. Y de acuerdo con los investigadores italianos, algunos dirigentes de los Legionarios de Cristo habrían intentado comprar el silencio de las víctimas de los abusos, según documentos y testimonios obtenidos por Proceso. El michoacano Reséndiz, quien en la actualidad encara en Italia un juicio por pederastia, siguió activo en el seminario de Gozzano, en el norte de Italia, hasta que lo trasladaron a Mérida, Venezuela. Allí fue vicerrector de un seminario menor desde finales de 2008. En marzo de 2011 un superior del grupo católico apartó a Reséndiz de sus tareas educativas con los jóvenes del seminario para enviarlo a la capital venezolana, donde le asignaron tareas administrativas. Todos estos traslados de Reséndiz, que en 2013 fue cesado como sacerdote por decisión del Vaticano, se llevaron adelante con la máxima discreción y sin que la ultraconservadora congregación nacida en México diera explicaciones públicas. Las autoridades italianas que investigaron estos hechos pudieron reconstruir la salida de Reséndiz de Italia, gracias a un allanamiento policiaco realizado en 2014 en la sede de los Legionarios de Cristo en Roma. Esta irrupción, autorizada por una juez de Milán, se produjo como parte de la investigación que luego desembocó en los dos procedimientos judiciales abiertos contra el exsacerdote ante el tribunal de Novara, en el norte del país (Proceso 2173). La tardía medida de la cúpula de los Legionarios de Cristo sobre el caso de Reséndiz fue puesta en marcha, según la policía, después de que un joven austriaco le dijera al legionario George Elsbett, hoy consejero territorial en Europa Central y Occidental, que había sufrido abusos por parte del exsacerdote. Estos abusos –cometidos entre 2006 y 2008– fueron confirmados en marzo de 2011 por el mismo Reséndiz, según un informe de noviembre de ese año del entonces jefe legionario, el hoy fallecido Álvaro Corcuera, y enviado al comisario papal Velasio de Paolis. En ese documento Corcuera también informó de otras dos víctimas, entre ellas uno de los seminaristas de Gozzano, de nacionalidad italiana. El segundo, desconocido hasta ese momento, remite a un adolescente venezolano quien habría sido violado por Reséndiz durante el periodo de éste como educador en Mérida. No obstante, en relación con este caso, no consta que en el pasado, o en la actualidad, haya existido un procedimiento judicial por estos hechos, según las pesquisas de los investigadores italianos. Uno de los testigos del caso, Kristian Jaloway, relató a los investigadores que en Gozzano durante mucho tiempo reinaron el silencio absoluto y la opacidad en torno a los abusos de Reséndiz. Jaloway –quien llegó a ese seminario para sustituir a Reséndiz– explicó que “pese a que se sabían desde antes”, los abusos del sacerdote se hicieron definitivamente públicos “sólo después de que los padres de un joven se lo dijeran a otros padres”. Jaloway, quien posteriormente abandonó a los Legionarios, también contó que al destaparse el caso pidió instrucciones a Guillermo Meade y otros superiores en Roma, pero no recibió respuesta. “He colaborado plenamente con la investigación”, confirma Jaloway a Proceso vía correo electrónico. Protección activa Las investigaciones de la policía italiana también revelaron que, pese a las apelaciones a la transparencia del papa Benedicto y luego del papa Francisco, directivos legionarios que continúan activos hoy tuvieron conocimiento y participaron en 2011 en el debate sobre cómo resolver los casos de abuso de Reséndiz en Italia. Es decir, cuando se encontraban todavía bajo la autoridad del hoy fallecido De Paolis, entonces comisario encargado por el Vaticano de coordinar la renovación de los Legionarios. Una de las pruebas es un correo enviado el 11 de marzo de 2011 por Gabriel Sotres, director de comunicación de la legión durante 20 años y actual miembro del Departamento Jurídico de la administración general de esa congregación. Sotres fue uno de los participantes de la última reunión de la congregación convocada para su renovación, el llamado Capítulo General Extraordinario de los Legionarios de Cristo, que se celebró en marzo pasado en Roma. En este mensaje, escrito en español, Sotres sugiere a varias personas –entre ellas tres directivos legionarios– las líneas a seguir en el caso de Reséndiz. Uno de ellos es Sylvester Heereman, hoy consejero general del comité directivo de los legionarios, un organismo cuyo director es el líder máximo de la congregación, Eduardo Robles-Gil. Otro es Óscar Náder Kuri, desde 2015 capellán de una de las secciones en Monterrey, y quien había sustituido al influyente Luis Garza como director territorial para Italia (cargo que ocupó de 2010 a 2014). El tercero es José Manuel Otaolaurruchi, hasta 2012 director para Venezuela. En otra comunicación, del 16 de marzo de 2011, Sotres y otra persona –José Enrique Guzmán Quiroga– recibieron información de uno de los abogados de los Legionarios acerca de los abusos de Reséndiz, en un correo en el que el letrado sugiere que se le pida a Elsbett convencer a una víctima austriaca de “no hablar con sus padres y no presentar una denuncia”. La razón es que esto podría “provocar graves problemas” no sólo a la legión, sino también al padre Vladimir (Reséndiz) y a todos los prelados involucrados y a la familia, se lee. De igual manera, en otro intercambio, del 17 de marzo de ese año, el legionario Víctor de Luna comenta que, en su opinión, “el padre George” debería haber sido “más listo” y haber pedido un consejo legal antes de su conversación con el hermano de una víctima. Hay también una carta enviada por Reséndiz al entonces prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, Gerard Muller, y otra a Corcuera, en la que el acusado admite sus crímenes, aunque exculpa a sus superiores: “No logro asumir que esto ha ocurrido y reconozco que me faltó coraje para admitir el problema a mis superiores”, escribió en el texto fechado el 14 de octubre de 2012. “Hace dos años me comunicaron que tenía una denuncia de abuso sexual hecha por un menor que era un seminarista en Italia. En la admisión de mi culpa ante mi superior, he relatado los hechos relativos a los abusos de tres seminaristas”, continuó Reséndiz. Tras este testimonio, el 5 de abril de 2013 el prelado fue despojado de su condición de sacerdote por el Vaticano. No obstante, el intercambio de correos no cesó y el 3 de mayo de 2013 el sacerdote italiano Mario Delpini, de la arquidiócesis de Milán, informó al Vaticano que había tenido conocimiento de otro menor víctima de Reséndiz y que del caso había sido informada la justicia italiana. Citados Algunos de los directivos legionarios y uno de sus abogados han sido citados para el próximo 12 de diciembre, cuando se prevé que el juez de las averiguaciones previas de Novara decida sobre su eventual procesamiento por intento de extorsión, a raíz de un opaco acuerdo de confidencialidad enviado a las familias en 2013 (mientras los Legionarios estaban bajo la autoridad de De Paolis). Además de Reséndiz los citados son Óscar Náder Kuri, Víctor de Luna, Luca Gallizia, Manuel Cordero Arjona y el abogado Corrado D’Agostino. Gallizia, que según las víctimas es quien materialmente habría entregado el acuerdo de la congregación a la familia de un joven violado, se negó a responder a preguntas de Proceso y pidió a esta reportera comunicarse con la oficina de prensa de los Legionarios de Cristo. Se intentó establecer comunicación con Reséndiz para tener su versión. Contactado por teléfono, el exsacerdote respondió: “Llame a mi abogada”. Y acto seguido colgó. Por su parte, el portavoz de los Legionarios de Cristo en Roma, Aaron Smith, negó que la institución tuviera conocimiento de los abusos de Reséndiz antes del 6 de marzo de 2011 y que después de conocer dicha situación lo apartaron de su trabajo con menores y su caso fue presentado a la Congregación de la Doctrina de la Fe. En estas circunstancias, el próximo 22 de noviembre se pondrá en marcha también la audiencia por abuso sexual abierta contra Reséndiz ante el tribunal de Roma. Tras esto, se podría abrir otro capítulo: el de los resarcimientos. De hecho, si Reséndiz es considerado culpable, la abogada italiana que defiende a las víctimas, Daniela Cultrera, prevé presentar un solicitud de indemnización por los daños sufridos por sus clientes. “Es lo que estamos esperando. Que se pueda presentar una petición para que finalmente se castigue a esta organización por el mal que ha causado”, dice a Proceso. Este reportaje se publicó el 5 de agosto de 2018 en la edición 2179 de la revista Proceso.

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