De la Vega deja el Indeporte y hereda un maratón de opacidad
En su despedida como director del Instituto del Deporte de la Ciudad de México Horacio de la Vega presumió aciertos deportivos y financieros. Su proyecto estrella, el Maratón de la Ciudad de México, logró ubicarse entre los mejores del mundo. Se trata de una competencia autosustentable y que además genera ganancias. Sin embargo, el funcionario se va sin aclarar el uso que dio a los recursos públicos ni en qué fueron invertidos los beneficios obtenidos. La negativa a rendir cuentas es su sello de gobierno.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Después de dirigir el deporte de la Ciudad de México durante seis años, Horacio de la Vega deja el cargo –dice– satisfecho por los “grandes” proyectos realizados, entre los que destaca el maratón que en su más reciente edición fue reconocido con la Etiqueta Oro, ubicándolo en la élite mundial, pero con la mancha de no haber rendido cuentas sobre el ejercicio de los recursos públicos que recibió y generó.
El 28 de noviembre último, cuando se despidió públicamente como director del Instituto del Deporte de la Ciudad de México (Indeporte), De la Vega mencionó que su administración fue “auditada” cada tres meses por “diferentes instituciones”, pero no explicó el origen de las revisiones ni sus resultados.
“Hay muchos que no hacen nada y entonces no se les critica nada. Me pueden criticar porque hice un montón de cosas y eso me deja muy satisfecho y orgulloso. Estoy en paz y tranquilo conmigo mismo y con el equipo de trabajo que integré. Si hacen un estudio, no habría ningún problema jurídico ni financiero”, aseguró.
Ante los asistentes expuso que el Maratón de la Ciudad de México generó ganancias mediante las aportaciones de los patrocinadores y que esos fondos fueron destinados para actos de activación física. “Jamás se les dejó en el olvido, por el contrario, se les dio más organización”.
Sin embargo, no está claro el monto de las ganancias. El Indeporte informó a Proceso que la producción y operación de las seis ediciones del Maratón de la CDMX durante la gestión de De la Vega representaron una inversión de 157.7 millones de pesos que se gastaron así: 6.7 millones en 2013, 8.8 millones en 2014, 10.4 millones en 2015, 44.5 millones en 2016, 35.9 millones en 2017 y 51.4 millones de pesos en 2018.
De acuerdo con la dependencia local, los recursos arriba descritos también sirvieron para organizar el Medio Maratón, Expo Maratón, Expo Media Maratón, las carreras de la Familia, de la Alegría e Infantil, así como el Foro Maratón, conferencias de prensa, viajes de promoción a exposiciones sobre maratones en América, Asia y Europa, libros, etiquetas, pagos a corredores de élite, recorridos con antorchas, para la emisión de boletos de la Lotería Nacional y actividades deportivas.
Registros a medias
Horacio de la Vega rechazó una solicitud de entrevista con este semanario, pero designó al director del maratón capitalino, Javier Carvallo Chinchilla, para tal fin.
Carvallo es un maratonista e internacionalista graduado en el Instituto Tecnológico Autónomo de México y cursó una especialidad en desarrollo de negocios en la Universidad de Barcelona. Fue contratado en 2017 con la misión de obtener, primero, la Etiqueta Plata que otorga la Federación Internacional de Asociaciones de Atletismo (IAAF) y luego la Etiqueta Oro que obtuvo este año y que acredita al Maratón de la CDMX como una competencia de clase mundial.
El director de la carrera reveló que su costo se incrementó radicalmente de 2017 a 2018 en 15.5 millones de pesos porque se emplearon recursos adicionales para financiar la Flama Maratón que trajeron desde Grecia y el traslado y viáticos de los invitados internacionales para el acto.
De esos 15.5 millones de pesos, tres millones se usaron para pagar la participación de 18 corredores de élite que eran indispensables para obtener la Etiqueta Oro. El gasto incluye boletos de avión, viáticos, hospedaje de cuatro días, la cuota de participación del atleta en cuestión y el pago a su mánager. Sólo en los últimos dos rubros se destinaron 1.8 millones de pesos.
Por concepto de inscripciones el Indeporte recaudó 22.7 millones de pesos (35 mil participantes pagaron 650 pesos cada uno) en 2017 y 26 millones (40 mil pagaron la misma cantidad) en 2018. En cada uno de esos años, vía el Medio Maratón, se obtuvieron otros 13.7 millones de pesos. Por inscripciones recaudó 128.6 millones de pesos en seis años.
“La idea es que con los ingresos que genera el maratón por patrocinadores e inscripciones se tenga un presupuesto y el importe para poder traer a los corredores de élite”, dice Carvallo.
De acuerdo con el funcionario, la dependencia no usa su presupuesto para organizar la competencia internacional. “Todos los costos de operación se cubren con los ingresos que genera. Hablamos de la venta de inscripciones y de los patrocinios”, añade.
Como Carvallo no operó las primeras cuatro ediciones del maratón durante la gestión de De la Vega, no pudo responder a cuánto ascendieron los ingresos de este acto ni desglosar cuánto provino de las inscripciones y cuánto de los patrocinadores.
El Indeporte entregó por escrito las siguientes cantidades que ingresaron anualmente: 6.7 millones de pesos en 2013, 17.7 millones en 2014, 18.3 millones en 2015, 38.5 millones en 2016, 40.6 millones en 2017 y 62.5 millones en 2018, que suman 184.3 millones de pesos.
“Esta cantidad ya considera los recursos de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade)”, dice el documento enviado a este medio. Sin embargo, el Indeporte también entregó información que indica que “no se tiene registro de apoyos (de la Conade) en 2013, 2014 y 2015; para 2016 se contó sólo con el apoyo de 11 millones 987 mil pesos”. Lo anterior contradice a Carvallo porque los ingresos del maratón provienen de tres vías y no de dos.
Mediante una solicitud de acceso a la información, la Conade reveló que en 2017 entregó 12 millones de pesos al Indeporte, 6.8 millones para el maratón y 5.2 para el medio maratón.
Si a los 184.3 millones de pesos se le suman los 67.3 millones que reporta el Indeporte por patrocinios, quiere decir que el maratón ingresó en total 251.6 millones de pesos durante los seis años de la gestión de Horacio de la Vega. Cuando a esta cifra se le restan los 157.7 millones de pesos que se gastaron en la competencia, las ganancias ascienden a 93.9 millones de pesos.
Sin embargo, las cifras no cuadran; dos ejemplos son claros: si en 2017 la Conade aportó 11.9 millones y el resto del dinero provino de las inscripciones, quiere decir que por este concepto se recaudaron 26.6 millones de pesos, es decir, más dinero que en 2018, cuando se inscribieron más personas.
En 2018 ocurre algo similar: si 26 millones de pesos de los 62.5 millones que ingresaron corresponden a inscripciones, entonces eso significa que la Conade aportó 36.5 millones. Si es así, en un solo ejercicio fiscal el gobierno federal aportó más de la mitad de lo que los patrocinadores pagaron durante seis años.
Este medio solicitó al Indeporte evidencia que detallara la inversión de las ganancias del maratón en proyectos de activación física, como presumió De la Vega.
No obstante, esta es la respuesta de la dependencia capitalina: “El remanente fue utilizado entre 2013 y 2018, principalmente, en programas de Cultura Física y Deporte en proyectos como actividades reactivas (sic), clínicas deportivas, capacitaciones deportivas, desarrollo de estrategias de masificación; programas de alto rendimiento, como la Olimpiada Nacional, el programa de Becas Podium; en mantenimiento y operación de instalaciones deportivas y remodelación de instalaciones, entre otros”.
Entonces, de acuerdo con el Indeporte, los 93.9 millones de pesos que dejó el maratón fueron usados en los mismos rubros que la Conade financió con 472.9 millones de pesos entre 2014 y 2017 (según se indica en el cuadro).
Extravían contratos
De la Vega dio a conocer que en su gestión ejerció un presupuesto anual de entre 58 a 60 millones de pesos, de los cuales sólo utilizó 15% (entre 8.7 y 9 millones de pesos anuales) para la organización de los grandes actos deportivos porque el resto del dinero que se requirió provino de aportaciones de la iniciativa privada, promotores y otros donativos que no hizo públicos.
Información entregada por la Conade mediante una solicitud de acceso a la información indica que este organismo deportivo transfirió 472.9 millones de pesos al Indeporte entre 2014 y 2017 para la realización de actos deportivos y seis obras.
En otra solicitud se le pidieron los contratos y/o convenios que firmó con los patrocinadores de los eventos deportivos, entre ellos el maratón, cuya principal marca es Telcel. La dependencia se rehusó a entregarlos.
El Instituto de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Distrito Federal (InfoDF) ordenó que entregara la información. Entonces, el Indeporte otorgó a esta reportera sólo seis días para hacer una consulta directa entre miles de documentos donde esos contratos y/o convenios no aparecieron. Pese a que la búsqueda se extendió durante nueve días más, no apareció ni un contrato.
Lo mismo ocurrió con las facturas y/o documentos mediante los cuales el Indeporte comprobó el ejercicio de los recursos federales que le transfirió la Conade. En cientos de cajas no hubo nada al respecto.
Mediante el área de Comunicación Social del Indeporte se pidió a Horacio de la Vega que cumpliera con la resolución del InfoDF, órgano que ordenó la entrega de la documentación en versiones públicas. Tampoco hubo respuesta hasta el cierre de esta edición.
Además de Telcel, el maratón es patrocinado por otras 20 marcas. El Indeporte entregó la lista de aportaciones que en especie hicieron Adidas (playeras, pants, equipamiento, uniformes para usuarios y participantes), Aeroméxico-Delta Airlines (vuelos internacionales), Comex (productos varios –sic–), Subway (box lunch), Gatorade-Epura (hidratación), Garmin (relojes), Timex (relojes y cronomix, entre otros apoyos), Palacio de Hierro (productos varios y apoyos para la operación), Redbull (bebidas) y Manpower (reclutamiento de voluntarios). Los media partners contribuyeron con pautas promocionales.
Entre los contratos que sí se encontraron en la búsqueda directa de los documentos está el número C/479/IDDF/2016 con Televisión Azteca por concepto de producción de televisión en vivo y vía internet del XXXIV Maratón de la Ciudad de México, en 2016.
El Indeporte pagó a la televisora por ese servicio 3 millones 480 mil pesos. Para esa misma edición se compraron 35 mil chips de cronometraje a la empresa Speed Time S.A. de C.V., por un monto de 1 millón 989 mil pesos.
En 2014 a Servicios Turísticos IPA S.A. de C.V., se le pagaron 856 mil pesos por boletos de avión para 11 atletas de élite que vinieron a competir desde distintas ciudades de Estados Unidos, Etiopía y Kenia.
De acuerdo con Javier Carvallo, el próximo titular del Indeporte deberá preservar todo el trabajo que se ha hecho con el Maratón de la Ciudad de México, cuidar la Etiqueta Oro, el prestigio internacional que ha alcanzado, pero, sobre todo, a los socios comerciales.
“Mantener la credibilidad parte de los socios comerciales porque el ingreso de patrocinios es importante para lograr estos niveles. Al inicio de este viaje, en 2013, Horacio de la Vega platicó con algunas marcas para que se sumaran.
“Hubo que tocar puertas, pero en 2017 nos tocaban la puerta obviamente porque mantuvimos la credibilidad por parte de los patrocinadores, demostrando que los recursos recaudados se han utilizado para lo que son. Este es el gran éxito del Indeporte que logró que la iniciativa privada confiara en el gobierno para hacer una inversión.”
Tramposos, el pendiente
Carvallo dice que la próxima administración deberá reducir el número de competidores que no hace el recorrido, pero que sí cruza la meta con tal de recibir una medalla.
En 2017, de 35 mil inscritos sólo 23 mil completaron el recorrido (65% de participantes). En 2018, de 40 mil participantes 27 mil terminaron como debe ser (67.5%). En la más reciente edición, la cifra de tramposos descendió a 5 mil (12.5% de los corredores), detalló.
Para el funcionario es vital reducir aún más el número de personas que “toma atajos” en el maratón, porque pese a que la competencia tiene la Etiqueta Oro y es catalogada como la novena mejor del mundo, lo que trasciende a nivel internacional son los tramposos. Un 90% de finalistas reales sería un buen número, dice.
Según la lista de los 10 maratones más importantes a escala internacional, el de Boston tiene menos de 1% de tramposos, Chicago, menos de 4%, y Nueva York tiene 5% de falsos corredores porque para estar ahí el participante debe someterse a una clasificación.
“Como corredor de maratones me lo tomo fatal. Odio ver que la gente haga trampa. Como comité organizador también lo vemos mal. Es un tache. ¿Podemos controlarlo? No. No podemos poner vallas a lo largo de 42 kilómetros para que no se salgan o se metan antes.
“Se ha dicho que no se entreguen las medallas al cruzar la meta y que hay una aplicación móvil que permite rastrear cada cinco kilómetros cómo va el corredor. Lo complicado es monitorear en tiempo real a 35 mil personas para que cuando crucen la línea de meta alguien les diga dame un segundo y atrás ya vienen todos los demás. Operativamente es inviable. Seamos realistas. Lo que intentamos hacer son campañas de comunicación que incentiven a que el maratón se corra completo o no se corra, darle respeto”, agrega.
Permitir la libre inscripción de participantes resultó un arma de doble filo para el Indeporte. Por un lado se pudo recaudar más dinero, pero por otro hubo personas que se inscribieron “por moda”, no completaron el recorrido, aparecieron en la meta con una medalla y se tomaron fotografías para publicarlas en sus redes sociales.
La estrategia de marketing de que las medallas fueran seis letras para completar la palabra México ocasionó que las personas se inscribieran sólo para coleccionarlas. Incluso, detectaron la venta vía internet de preseas pirata en días posteriores a la sexta edición del maratón.
“Queremos que la carrera sea aspiracional. Estos seis años se logró posicionarla nacional e internacionalmente. Como director del maratón reduciría el número de registros para lograr lo que otros: vender 100% las inscripciones meses antes de la competencia.
“La gente corre a inscribirse y cinco meses antes del evento ya no hay más. Así se tiene certeza de los ingresos y de los controles presupuestales y evitas que haya tramposos. Yo, como corredor, diría que máximo sean 35 mil participantes, pero he pensado que podrían ser, incluso, sólo 30 mil”, dice.
Este texto se publicó el 2 de diciembre de 2018 en la edición 2196 de la revista Proceso.