Diego El Cigala ahora al piano, en el Metropólitan
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Diego El Cigala ahora ofrece un nuevo espectáculo: Cigala&piano, donde el cantaor flamenco de origen español toca el piano para ofrecer grandes éxitos, desde la zambra al tango hasta el bolero.
Desde el 2000 cambia su carrera cuando conoce a un hombre y un instrumento que revolucionan su enfoque musical para siempre. Se trata del ya fallecido cubano Bebo Valdés y el piano. Así, Diego El Cigala se dedicó a trascender el flamenco y la habitual guitarra que lo acompañaba siempre para llegar a otras creaciones.
Él siempre dice que conocer a Bebo fue el mejor regalo que le dejó Lágrimas negras, un tesoro de incalculable valor tanto a nivel humano como musical. Pero también lo que sucedió con el piano fue amor a primera vista y ya le sería imposible apartarse de él.
El concierto Cigala&piano lo presentará la noche de este 25 de febrero en el Teatro Metropólitan, por lo cual, en entrevista, platica cómo se siente con el piano:
“Pues me proporciona mucha música, mucha verdad, mucha profundidad y, sobre todo, mucha serenidad, estabilidad, tranquilidad. Me encanta cantar a piano, son de los instrumentos que me llenan, o guitarra o piano, ¡no hay más!...
--Pero, ¿dónde se siente mejor en la guitarra o en el piano? o ¿cuál es la diferencia para usted al tocar cada uno?
--Son diferentes. En la guitarra me siento pero como nadie. ¡Imagínate!, vengo del mundo de la guitarra, pero he encontrado el piano. Desde que encontré el piano de Bebo Valdés, en paz descanse, cambió mi vida de manera radical. Cuando conocí el piano desde luego encontré a mi héroe.
Pero hacia 2005, encuentra a Jaime Calabuch, Jumitus, un gitano del catalán barrio de Gracia con alma latina, que lo acompaña al piano desde entonces. Dando vida al instrumento que ha seguido ocupando un lugar muy destacado para el Cigala.
“Parece que cualquiera que viera a Jumitus a primera vista no va a pensar que es gitano porque él toca el tumbao, parece un latino total, lo que pasa es que tiene también esa enjundia del mundo del flamenco como gitano que es, por eso me siento orgulloso de él, me siento feliz de poder dar este concierto con él, con un piano solo y trayendo todos esos boleros nostálgicos como Te extraño y Adoro, de Manzanero, o Nino Bravo o José Feliciano, o Roberto Carlos, o Rocío Jurado, hay cosas muy, muy tensas y sobre todo emotivas. Espero que el público de mi querido México del Metropólitan disfrute muchísimo durante dos horas, de mucha alma y de mucho corazón, de mucha emoción.
--¿Cómo surgen los arreglos a través del piano con todas estas canciones tan conocidas? y ¿qué sería lo novedoso en sus arreglos con piano?
--Lo novedoso es esa voz flamenca que no se ha dado nunca en todos los boleros.
--¿Es fácil darle esa característica flamenca?
--Para mí es fácil, aunque cantar a piano no es nada fácil, porque para mantener a un público cantado dos horas se debe contar con mucha chispa, es un reto tenerlo 120 minutos disfrutando y gozando, llorando, emocionándose, riéndose, en fin. Es que no hay nada más, no hay ni percusión, no hay bajo, ni guitarra, no hay nada, hay un piano y la voz, entonces, es como muy serio, como muy sacro.
--Pero a su vez hay que tener dinamismo, ¿cómo lo lograr eso?
--El dinamismo me lo van dando las canciones.
--Y, ¿cómo escogió estas canciones? Y ¿por qué?
--Porque, por ejemplo, en Se nos rompió el amor, de Rocío Jurado, me veía yo en ella. La escuchaba a ella, y decía: “Va pa’mí”, Te extraño y te Adoro, pues lo mismo, Cóncavo y convexo y Amigo del alma, de Roberto Carlos, igual. Ya no te digo más porque si no se pierde la sorpresa.
--¿Nada más son puros boleros los que escogió?
--Bueno hay un tema también de flamenco, una pinceladita de flamenco de Camarón, Homenaje a Federico García Lorca: romance de la pena negra, romance del amargo. La verdad que estoy feliz porque estaré solo con el piano y mi técnico. Disfruto muchísimo con un piano, me llena, es fabuloso.
--¿Cuánto tiempo se preparó para este concierto?, porque es una faceta suya diferente.
--Sí, muy diferente. Te digo una cosa: ensayamos dos días, y al segundo día ya estábamos aburridos. Así que dijimos: mejor no ensayemos y vamos a salir al escenario a disfrutar
--¿Improvisará?, ¿se puede?...
--Sí, claro, pero dentro del repertorio, dentro de unos cánones que tienes que marcar con el tiempo musical, hablamos de rítmica y demás, ahí sí se puede improvisar sobre todo porque son temas, boleros que también los puedes dejar más libres y puedes entrar más para adelante, más atrás, puedes jugar de una manera o de otra, me divierto mucho.
--¿Cómo conoció el bolero?
--Lo conozco desde Antonio Machin hasta pasar por mi tío Moncho, El gitano del bolero, entonces en mi casa se escuchaba siempre. Además, se escuchaba a Armando Manzanero, Lucho Gatica, Los Panchos, en fin. Lo que pasa es que todos esos boleros no se habían cantado con una voz flamenca.
--¿Eso le ha generado críticas negativas?
--No, al contrario, el diálogo es que nunca se había dado con una voz flamenca y que cuadrara muy bien. Que empataran bien tanto el bolero como la voz flamenca, como la salsa y el flamenco, y el tango. Por ejemplo, con el tango me volví loco, cuando descubrí el tango, me volví loco.
--¿Y el bolero qué le proporciona a diferencia de los otros géneros musicales?
--Me gusta mucho porque me ofrece mucha calma y mucha pasión. El bolero es muy pasional, el bolero es muy arrabalero, muy nocturno, y me gusta porque tiene mucha nostalgia, pero su pasión es lo que a mí me provoca, lo que me cautiva.
--Usted es europeo, ¿de dónde surge esa influencia latinoamericana que tiene usted?
--La verdad no sabría explicarte, siempre me han llamado la atención la cultura latinoamericana, desde chico, desde que yo veía a mi tío Rafael Farina, cómo llegó a Argentina y se trajo sus dos grandes éxitos. De pequeño, mi madre me llevaba a verlo cantar, veía a ese gitano bajando de una escalera con ese sombrero, interpretando Vino amargo o Los iguales para hoy, yo decía: ‘Madre mía’, que bestialidad!, quién iba a decir años después yo iba a estar con un reto mayor.
--Para muchos, usted se aleja cada vez más del flamenco, ¿qué me puede decir al respecto?
--A mí me da igual que digan lo que quieran: ¡flamenco soy por la gracia de Dios!, lo flamenco nunca se puede abandonar, ni se puede dejar cuando uno ha nacido ya flamenco. A mí lo que me gusta es buscar es incursionar en otros géneros, como la música mexicana, el bolero, el tango, la salsa, la sinfónica, la clásica, el jazz, soy muy musical pero siempre hago cosas con coherencia, no para perjudicar a la demás música, nunca haría nada de eso.
--¿Cómo cuida que de alguna manera una pieza no pierda su característica de bolero o no se transforme, o pierda la calidad?
--El bolero lo canto como cuando estoy cantando por soledad, me meto en el personaje, me creo ese personaje, interpreto ese personaje, o sea, ya no es solamente cantar, sino darle interpretación, entonces, gesticulo mucho con la mano cantando y eso transmite muchísimo, aparte de que transmite muchísimo al público, uno se desahoga dando el mensaje que uno quiere, tanto visual como de voz.
Finaliza al decir que el bolero le ha aportado mucha riqueza musical, y le gusta mucho Te extraño, Cóncavo y convexo, Amigo del alma e Inolvidable.
Y anuncia que en septiembre próximo saldrá un nuevo disco suyo en homenaje a la salsa.