Chicago da cátedra musical en la Arena Ciudad de México
MÉXICO, D.F., (proceso.com.mx).- La batería de Tris Imboden hizo un redoble y los metales de sus tres instrumentos de viento emitieron sonidos cual toda una Big Band, para comenzar la clásica canción del primer disco de Chicago “Questions 67 & 68” (“Preguntas 67 y 68”), escrita por Robert Bobby Lamm (voz y teclado).
Lamm cuestionó:
¿Podría este sentimiento que tenemos en verdad existir entre nosotros…?
Justo el pensamiento de ser felices
aparece en mi mente,
como algo hermoso y misterioso…
Chicago, que ayer se presentó en la Arena ciudad de México, cumplirá medio siglo de vida profesional el año entrante. La madurez musical y el dominio de los integrantes del grupo (denominado Chicago Transit Authority en 1968) rompió gratamente la barrera del tiempo, aun para aquellos que nacimos después de la formación del conjunto.
La gente se unió en cánticos de jóvenes y adultos contemporáneos; las cabecitas de algodón que apenas caminaban iban moviéndose rítmicamente al escuchar temas como Alive Again (“Vivo de vuelta”), “Now” (“Ahora”), o “Call on me” (“Llámame”), del trompeta Lee Loughnane; y después de “Searchin'/Mongo” (“Buscando/Mongo”), se abrió un espacio acústico con la banda interpretando la rola de Diane Warren “Look Away” (“No me veas”), “Another Rainy Day in New York City” (“Otro día lluvioso en Nueva York”), del LP Chicago X (1976); “Happy Man” (“Hombre feliz”), de Peter Cetera (quien salió de la banda en 1985), para finalizar el primer bloque musical la suite “Ballet For A Girl In Buchannon” (“Ballet para una chava en Buchannon”), del álbum Chicago II (1970).
Chicago hizo entonces intermedio de 20 minutos. Regresó bajo una luz cenital la triada de Loughnane (trompeta, voz), James Pankow (trombón) y Walter Walt Parazaider (saxofones, flauta), soplando sus arreglos de “Canon” (música contemporánea para metales), pieza con la que recordamos esa inquieta ensoñación experimental de Chicago sin concesiones.
Acto seguido, recomenzó la histeria de los espectadores cuando se escucharon los primeros acordes de “Old Days” (“Viejos días”), seguida por “You’re The Inspiration” (“Eres la inspiración”) para terminar con la Arena Ciudad de México retumbando al unísono ritmado la exitosa “Beginnings” (“Comienzos”), de 1969.
Los asistentes brincaban en sus lugares; no había una sola persona sentada, puras palmas y gritos, coros y locura…
La gente se meneaba con “I'm A Man” (“Soy un hombre”), adorando el solo de percusiones en manos de Wally Reyes y Tris Imboden, bailando con “Street Player” (“Músico callejero”); y cuando los presentes no podían parar, llegó la recta final con “Hard To Say I'm Sorry, Get Away” (“Es difícil decir perdona, vete”). Brillaron todavía dos joyas, la conocidísima “Saturday in the Park” (“Sábado en el parque”), de Bobby Lamm, y una segunda igual de famosa, llena de energía: “Feelin’ Stronger Every Day” (“Sintiéndome más fuerte cada día”), del entrañable Cetera y míster James Pankow (cosecha 1973).
La banda agradeció y dejó el escenario, apagándose las luces; pero era obvio que no se irían sin más, el público coreó por otra rola y retornaron entre aclamaciones la novena de Chicago 2015: Robert Bobby Lamm (voz y teclados), Lee Loughnane (trompeta), James Pankow (trombón), Walt Parazaider (saxofones y flauta), Jason Scheff (bajo y voz), Tris Imboden (batería), Keith Howland (guitarra), Lou Pardini (voz y órgano) y Wally Reyes (percusión).
El encore comenzó con “Free” (“Libre”), y culminó con la tremenda “25 or 6 to 4” (“25 o seis por cuatro”), sobre las broncas de escribir una rola (final que agradecimos de pie para retirarnos contentos aquella noche inolvidable).
Un asistente comentó: “Mirarlos fue comprender que hacía falta escuchar de nuevo música positiva y saber que no todo son calaveras y muerte para hacer buen rock.”