Antropología, el museo del reencuentro
La realización del Museo Nacional de Antropología hace 50 años no fue una mera decisión oficial, obra de un solo hombre o proyecto de la casualidad, sino de un larguísimo anhelo por reunir el prolífico y portentoso legado arqueológico del país. Y al integrarse a una visión educativa, el recinto alcanzó dimensión internacional, como apunta el historiador Antonio Saborit, su director.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- La construcción del Museo Nacional de Antropología (MNA) en 19 meses (entre 1963 y 1964) “no fue fácil” porque desde el siglo XIX se planteó una y otra vez su creación sin logro alguno.
El tema de la agrupación de las colecciones patrimoniales estuvo siempre en la agenda nacional: Guadalupe Victoria, Benito Juárez, Maximiliano, Porfirio Díaz...
Ese es el recorrido histórico que hace para Proceso Antonio Saborit, actual director del recinto museográfico, de frente al medio siglo que se cumple este miércoles 17 de septiembre.
Fue Adolfo López Mateos, explica, quien como presidente de México (1958-1964), le dio importancia al tema de los museos y entonces un grupo de arquitectos, ingenieros, antropólogos, arqueólogos, historiadores y artistas plásticos, en fin, con una preparación desde los años 50, coordinados por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez (Distrito Federal, 16 de abril de 1919-16 de abril de 2013) y comandados por el entonces secretario de Educación Pública, Jaime Torres Bodet, aplicaron sus conocimientos y propuestas... Fragmento del reportaje que se publica en la edición 1976 de la revista Proceso, actualmente en circulación.