El encuentro Scherer García-Mayo Zambada, en una telepelícula
La conversación del periodista fundador de este semanario Julio Scherer García con el narcotraficante Ismael El Mayo Zambada, publicada a comienzos de 2010 en Proceso, sirve como piedra de toque temático a la nueva telepelícula de Carlos Samperio, El Cochiloco, protagonizada en sendos papeles de ficción por Juan Ríos y Horacio Castelo, y que refleja la situación violenta en México. El realizador y los dos actores fueron entrevistados sobre el proyecto nacido en Estados Unidos.
DURANGO, Dgo. (Proceso.- El encuentro del periodista Julio Scherer García con Ismael El Mayo Zambada, publicado en este semanario el 4 de abril de 2010, causó “tanto revuelo” en Estados Unidos, que a Felipe Pérez, productor de tv movies (películas para televisión), “le exigieron” que contara aquella entrevista en un filme de ficción.
Así surgió El Cochiloco, dirigida por Carlos Samperio.
En el marco del Cuarto Festival de Cine Mexicano en Durango, realizado del 14 al 17 de junio pasado, el actor sonorense Horacio Castelo revela que su papel protagónico de El Cochiloco es sobre un personaje que no corresponde al de igual nombre en la cinta El Infierno, de Luis Estrada, sino que pertenece a alguien de la vida real. Se trata de Manuel Salcido Uzeta, quien trabajó con Rafael Caro Quintero, y quien fuera asesinado de más de 50 balazos el 9 de octubre de 1991. Castelo dice:
“En la cinta, el personaje El Cochiloco toma las personalidades de los narcos más conocidos, como Joaquín El Chapo Guzmán y El Mayo. Quien esté más informado sobre los narcotraficantes mexicanos notará que El Cochiloco personifica a varios capos. Este narco, El Cochiloco, es quien se ve con el periodista Gerardo Medina, haciendo alusión a El Mayo.”
Asegura que la historia “atrapa”:
“Te está novelando de alguna manera casos y cosas reales, basadas en lo que Scherer García cuenta en el semanario (Proceso, 1744) de cuando vio a El Mayo.”
Explica que el director Samperio reproduce ciertos detalles del escrito de Scherer “para no ser tan literal” en El Cochiloco, con el actor Juan Ríos en el papel del periodista (ver recuadro).
–¿En la trama se muestra que el periodista es Scherer García?
–No tal cual. Aquí el periodista es un poco más joven. Es un periodista con mucho colmillo, pero como piensa que lo van a matar intenta hacer una empatía con el capo y terminar este capítulo de la mejor manera. Llegan a hablar de hombre a hombre, como dos grandes amigos. Ves a dos seres humanos que se están contando sus vidas. Y esto termina de una manera muy sorprendente.
Por su parte, el realizador Carlos Samperio informa vía telefónica que el largometraje El Cochiloco, escrito por Jorge Ramírez, se encuentra en edición y desea, primero, que recorra festivales. Luego se proyectará en televisión. Podrían ser sus distribuidores HBO Latino, 20th Century Fox, Cine Latino y Distrimax. Describe la cinta:
“Es un poco más intimista con respecto a lo que realmente viviría una persona que está dedicada a este asunto del narcotráfico pero con el plan de quererse salir, y se sabe que no pueden salir. Manejamos los miedos internos de un capo en pleno poder, como El Mayo, y por supuesto al verdadero Cochiloco. Todo está basado en cosas reales.”
Del proyecto destaca que es una manera de mostrar la parte humana de esta gente, “no justificar los actos de los narcos”, desde luego, pero “también es en cierta forma culpabilizar al sistema que hay de gobierno, de opresión que está fomentando el crecimiento de este tipo de acciones y de estas personas”.
Le gusta esa parte personal de “‘ya me metí en el asunto y ahora me salgo’, llega un momento en el que ya no son ellos y su persona real queda totalmente cubierta por el personaje que ya hicieron”. Pero aclara, tajante:
“No es hacerlos héroes, ni culpables, en cierta forma son víctimas del sistema.”
La sombra de Caro Quintero
Castelo, quien también ha laborado con Gabriel Retes en Arresto domiciliario y Mujeres en el acto, recuerda que justo cuando estaba con Retes en marzo pasado, en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, conoció a Felipe Pérez, quien en los ochenta y noventa se dedicaba a los videohome en México y ahora tiene una empresa de telefilmes en Estados Unidos llamada MGM.
Le platicó que produciría El Cochiloco y luego le propuso el papel:
“Fue un trabajo muy duro. La película se hizo en 20 días. Se laboraba desde las 7 de la mañana a las 3 o 4 de la madrugada. Fue muy cansado, pero muy interesante. El mismo cansancio nos hacía llegar a todas las emociones donde debías explotar.”
Detalla su papel como El Cochiloco:
“El periodista le pregunta al narco si quiere que se diga su nombre verdadero y completo, para que la gente sepa quién es, él le contesta que no, porque quiere honrar la memoria de ídolos de él, de este mundo de la mafia. Sólo quiere llamarse El Cochiloco. Nunca te dice exactamente quién es, pero por los antecedentes históricos y elementos que va narrando en la entrevista, si uno está más o menos informado y ha seguido ese tipo de casos, se puede identificar claramente de quién están platicando.
“El Cochiloco le cuenta al periodista cómo se introdujo en este mundo, por un pariente. Y empieza a contarle cómo se fue metiendo en el crimen organizado. Entonces se desarrolla la parte de ficción cuando se enamora de una teibolera. También actúa Mario Zaragoza, es El Colorado, antecesor del personaje que hago.”
–¿En qué se inspiró para actuar como narco?
–En una imagen de niño que me quedó cuando conocí a Rafael Caro Quintero y en lo que he leído de los narcos mexicanos. También en los grandes capos de cine, obviamente en El padrino. Me tocó crecer en una Sonora donde el narco convivía felizmente con la gente que nada tenía que ver con el crimen organizado. Mi familia es ganadera y agricultora de toda la vida ahí en Caborca.
“Un día nos cambiaron la entrada del rancho y llegó Caro Quintero a hablar con mi papá. Le dijo que había comprado el campo de enseguida y le faltaban un par de tractores que no le habían llegado, y por eso le pedía a mi papá si le prestaba algo. Obviamente mi papá, apanicado, le dijo que sí, y nos invita a un zoológico en su casa. Desde allí pensaba: ‘¡Qué manera de convivir el narco con la sociedad civil de una forma amistosa!’; además, el pueblo estaba muy agradecido, porque en el lugar había una buena situación económica por los narcos.
“Treinta años después, Felipe Pérez me da este papel. Me envió el guión y se me hizo interesante tantita ficción y tantita realidad. Me di cuenta de que el papel tenía la posibilidad de lucir al actor porque te lleva por todas las emociones, desde el drama y el sufrimiento hasta el cinismo. Aunque igual te muestra el lado humano que te dice: ‘no soy malo todo el tiempo, ni soy bueno todo el tiempo, simplemente soy un ser humano que tiene cosas buenas y malas’. Mostrar esa dualidad todo el tiempo en cada una de las secuencias que se fueron haciendo para mí actoralmente, era un reto muy importante.”
–¿Se refleja la situación de México?
–Totalmente. Se muestra cómo a raíz del cierre de las fronteras, esa mercancía empieza a quedarse en nuestro país y descompone a la sociedad mexicana. Además, de cómo todo mundo empieza a creerse jefe y se pierden las cabezas fuertes que controlan lo que se hace y no se hace, y por eso ahora vivimos tanto derramamiento de sangre y tanta violencia por todos lados.
Al ser una productora extranjera la que haga una película sobre el encuentro entre Scherer García y El Mayo, opina que es una llamada de atención:
“Se me hace como un jalón de orejas. Como para decir: ‘Oye, pon atención porque la gente está queriendo conocer de dónde viene todo, qué se hace, qué pasa y por qué se está permitiendo’.”
A Castelo le parece “maravilloso” que una persona tan famosa como Oliver Stone, ganador de tres Oscar, haya hecho ya declaraciones, desde culpar a Felipe Calderón de “la pesadilla de violencia que vive México”, hasta decir que espera que el nuevo presidente resuelva la situación, “porque el mundo entero estará pendiente de México y los políticos advierten que ahora sí los están criticando muy fuerte allá afuera”.
El actor termina al subrayar que el realizador de JFK: caso abierto, Nixon y Alejandro Magno “está poniendo a temblar a muchos en cuanto a las decisiones que se van a tomar en el país”.
Castelo actuará en la serie Jhonny V, con inversionistas británicos y un escritor inglés, Simon Loyd, y recreará a un exitoso político mexicano con nexos ocultos con el narco y el mundo de la prostitución (“es una visión externa de cómo perciben nuestra realidad, y los relatos, tres temporadas de trece episodios, intentan mostrar el verdadero rostro de quiénes mueven los hilos de un país llamado México”).
Termina, irónico:
“Ya les gusté para esos papeles...”