Los militares detenidos: un expediente actualizado
De acuerdo con las indagatorias iniciadas por la PGR en 2008, en Estados Unidos se sabía que desde la Sedena y la SIEDO varios militares vendían protección a la célula del Cártel de Sinaloa encabezada por los hermanos Beltrán Leyva. Ese año cayeron incluso militares de alto rango gracias a revelaciones de testigos protegidos, en especial las de Jennifer. Pero tuvieron que pasar cuatro años para que fueran arrestados los generales de más peso coludidos en ese entramado, como Tomás Ángeles Dauahare, Roberto Dawe González y Ricardo Escorcia.
Por lo menos tres de los militares de alto rango detenidos la semana pasada: Tomás Ángeles Dauahare, Roberto Dawe González y Ricardo Escorcia Vargas, quienes son investigados por la Procuraduría General de la República (PGR) por sus presuntos vínculos con el narcotráfico, brindaron protección a la organización de los hermanos Beltrán Leyva desde 2007, cuando el grupo criminal formaba parte del Cártel de Sinaloa de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo.
La información se conocía en Estados Unidos desde entonces, incluso la PGR robusteció las indagatorias en 2008 con las declaraciones de un exmilitar que se acogió al programa de testigos protegidos con la clave Jennifer incluidas en la averiguación previa PGR/SIEDO/EUIDCS/0241/2008.
Según Jennifer, altos jefes del Ejército estaban coludidos con otros militares adscritos ala Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) y brindaban protección e información al Cártel de Sinaloa, en particular a la célula de los hermanos Beltrán Leyva, a cambio de pagos millonarios.
En sus declaraciones, el testigo protegido mencionó a los generales Ángeles Dauahare, Dawe González y Escorcia Vargas. Sin embargo, en 2008 la PGR sólo actuó contra Fernando Rivera Hernández, Roberto García García, Milton Carlos Cilia Pérez y Miguel Colorado, todos ellos militares que trabajaban en la SIEDO por sus vínculos con la célula encabezada por Arturo Beltrán Leyva.
(Extracto del reportaje que se publica esta semana en Proceso 1855, ya en circulación)