Los cárteles, vivos y fortalecidos
Pese a la guerra contra el narco desatada por el gobierno calderonista, los cárteles de la droga gozan de cabal salud. Un mapa de la criminalidad elaborado por la Policía Federal muestra cómo las organizaciones delictivas se reorganizan y establecen nuevas alianzas. En ese contexto son preocupantes las insólitas declaraciones del titular de la Sedena, quien reconoció –después de cinco años de guerra y alrededor de 50,000 muertos- que “el crimen organizado ya puso en grave riesgo la seguridad interna del país”
Los cárteles de la droga siguen ejerciendo su dominio en todo el país pese a la guerra emprendida por Felipe Calderón para desarticularlos y no obstante que la presencia militar y policiaca se ha multiplicado.
A poco más de cinco años de que el Ejecutivo federal ordenó la militarización del país, la redes criminales de cinco cárteles –Los Zetas, La Familia Michoacana y los de Sinaloa, Juárez y el Golfo– ya dominan más de la mitad del territorio nacional. Tal expansión se ha dado pese a las bajas que esas organizaciones han sufrido por detenciones o muertes de sus líderes.
Un mapa delictivo elaborado por la División de Inteligencia e Investigación de la Policía Federal (PF), así como un análisis de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal y de la consultora estadunidense Stratfor, dan cuenta de un reacomodo de cárteles en el último año. Ahí sobresale el creciente dominio de Los Zetas en 21 entidades, seguido por el Cártel de Sinaloa, afincado en 19 estados, algunos de los cuales viven baños de sangre por la pugna territorial entre ambas organizaciones.
Según el análisis de la SSP ambas organizaciones “cuentan con apoyo político y policiaco” que les permite ejercer controles en la vida pública y comercial de regiones y municipios.
El segundo bloque de cárteles lo forman La Familia Michoacana –que controla 10 estados–, el de Juárez –encabezado por Vicente Carrillo Fuentes, El Viceroy, y que domina 19 entidades– y el del Golfo, que tiene fuerte presencia en cinco estados más. (Extracto del reportaje que aparece esta semana en la revista Proceso 1841, ya en circulación)