Centro Vacacional Oaxtepec, regreso al origen
CIUDAD DE MÉXICO (apro). - Con bombo y platillos, como si fuera una idea novedosa, el director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo, anunció la habilitación del Centro Vacacional Oaxtepec, en Morelos, para recibir enfermos no graves y carentes de opciones de aislamiento durante su recuperación.
La verdad es que en la historia misma del paradisíaco complejo, ubicado en el kilómetro 27 de la autopista México-Cuautla, está señalado ese propósito de atención médica especializada, asignado por su fundador Benito Coquet, director del Seguro Social durante el gobierno de Adolfo López Mateos.
En Proceso (no. 2265), del pasado 29 de marzo de 2020, al dar a conocer en exclusiva su libro Teatros junto a los hospitales: los conjuntos de seguridad social del IMSS en la presidencia de Adolfo López Mateos, el arquitecto Enrique De Anda, académico del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, habló del gran proyecto de seguridad social que implicó la creación del IMSS.
No sólo se construyeron clínicas y hospitales, sino que se les integraron recintos escénicos para impulsar todo un proyecto, de la mano del director Ignacio Retes y con los reconocidos actores Ignacio López Tarso, Ofelia Guilmáin, Wolf Ruvinskis y Carlos Ancira, entre otros.
Como parte de esta epopeya, dijo el arquitecto en entrevista, se crearon deportivos, la Casa de la Asegurada y los centros vacacionales. Toda una concepción de salud integral con carácter social.
Desde su origen, el poblado mismo de Oaxtepec está ligado a ese ámbito. A unas cuantas calles del centro vacacional se encuentran las ruinas del antiguo Hospital de la Santa Cruz, dañado durante el sismo del 19 de septiembre de 2017, pero el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) inició ahí un proyecto de restauración.
Fue construido, entre 1580 y 1585 por el fraile español Bernardino Álvarez Herrera, quien nació en Sevilla, España, en 1514.
Llegó a estas tierras tras la caída de México-Tenochtitlan y fue fundador de diversos nosocomios, entre ellos el de San Hipólito, primero en su tipo, que se encuentra a un costado del templo homónimo en Avenida Hidalgo y Paseo de la Reforma, en esta ciudad.
Según información del Catálogo Nacional de Monumentos del INAH, recabada por el arquitecto Luis Hernández Domínguez, desde antes de la llegada de los españoles Oaxtepec era ya una región propicia para el descanso y la recuperación de la salud, al cual acudían “los señores del Altiplano Central”.
Se habla de que en 1438 Moctezuma estableció en el sitio sus baños personales --que se mantienen hasta la actualidad--, pues cuenta con nacimientos de aguas azufradas consideradas con propiedades medicinales. El tlatoani azteca ordenó además traer plantas y flores con las cuales creó el primer jardín botánico del continente, cuya belleza logró que Cortés lo conservara.
Ya en la época colonial, el Hospital de la Santa Cruz se convirtió en uno de los más visitados; su propósito era asistir a viajeros incapacitados y “su fama fue tal que llegaban de todas partes, incluso del lejano Reino del Perú”.
El centro vacacional, por su parte, estuvo operando como un espacio de esparcimiento para trabajadores de la institución, asegurados y público en general durante décadas.
En el gobierno de Ernesto Zedillo, sin embargo, más de la mitad de sus espacios fueron concesionados al Parque Acuático Oaxtepec (PAO), que posteriormente quebró y dejó abandonada la zona.
En 2016 el entonces gobernador de Morelos, Graco Ramírez, anunció la creación del parque acuático Hurricane Harbor, de la empresa estadunidense Six Flags Entertainment Corporation, a la cual se le otorgó una licencia por 20 años, con una renta mensual de un millón 710 mil pesos más IVA.
Las zonas que ahora se han convertido en instalaciones médicas eran sencillos hospedajes a bajo costo, tipo hostal, con baños y regaderas compartidas, donde acudían jóvenes en su mayoría. Posteriormente fueron remodelados para convertirlos en hoteles ejecutivos con precios más elevados.
Estos dos edificios, junto con cuatro de los llamados hoteles familiares, recibirán en total a 450 enfermos no graves.
Para albergar médicos, enfermeros y personal de salud, se utilizarán las cabañas, localizadas en las zonas cercanas a las pozas de agua. Tanto pacientes como el personal contarán con televisión, internet y actividades recreativas.
Aunque sea sólo por el tiempo de la emergencia, será la vuelta al centro vacacional que imaginó Benito Coquet.