No obstante, del otro lado, la oposición tampoco logra imponer su propia narrativa de que la marcha fue una expresión genuina de la generación Zeta y de una gran mayoría de la población que ya no quiere el gobierno de la Cuarta Transformación.

La ausencia de regulación ha dejado a la ciudadanía expuesta a montajes, deepfakes, campañas automatizadas y narrativas que se reproducen sin control.

AMLO, que a pulso levantó su movimiento, por salvaguardar intereses mezquinos también será el responsable del desprestigio de su causa y del fracaso de una empresa que prometía cambiar la Nación y a los mexicanos.