Elección en Edomex
El Fraude electoral como recurso en el Edomex
Los integrantes de la coalición Va por el Estado de México fincaron muchas expectativas en el debate. Pero resultó adverso, según diversos ejercicios demoscópicos. El debate ofreció la oportunidad de un nocaut mediático que finalmente no se dio.CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).–El PRI quiere pero no puede. La intensa campaña de la candidata Alejandra del Moral no ha sido suficiente para alcanzar, en preferencias, a la maestra Delfina Gómez, de Morena. La cruzada política de Alejandra –que combina actos y eventos en tierra, así como presencia activa en medios de comunicación– ha sido precaria para acortar distancias.
Los integrantes de la coalición Va por el Estado de México fincaron muchas expectativas en el debate. Pero resultó adverso, según diversos ejercicios demoscópicos. El debate ofreció la oportunidad de un nocaut mediático que finalmente no se dio.
Después del debate, diversas casas encuestadoras otorgan amplia ventaja a la candidata morenista. Alejandro Moreno, de El Financiero, da una diferencia de 16 puntos en favor de Delfina; Lorena Becerra, de Reforma, reporta una diferencia de 14 puntos; Enkoll, para el diario El Universal, posiciona a Delfina Gómez con 20 puntos de ventaja.
La pobreza, inseguridad, violencia y corrupción contra las mujeres son las principales demandas agraviadas de la población hacia los gobiernos priistas que no han cumplido.
Por ello, el dato más relevante que ofrecen todas las encuestas es que en promedio siete de cada diez mexiquenses quieren un cambio. No necesariamente votarían por Morena, pero se presume que no lo harán por el PRI. Hay un profundo hartazgo y un grave desgaste de un sistema que ha perdurado 93 años en el poder de manera ininterrumpida. Bajo estas circunstancias, el Edomex tiene una relevancia particular para el PRI. Si pierde su último gran bastión, se dibuja un doloroso ocaso.
Las tendencias que colocan a Delfina a la cabeza se remontan a octubre de 2022. Francamente, se antoja muy difícil revertir las preferencias en tan sólo tres semanas. Un grave error de la maestra texcocana o un evento adverso de alta magnitud podrían modificar la intención del voto de los mexiquenses.
Por lo anterior, se antoja un cambio radical de estrategia por parte del PRI y de sus aliados. Podríamos sospechar que también se recurriría a las trapacerías y fraudes electorales. Retumban los tambores de guerra electoral que lanzó Alejandra del Moral al inducir a sus operadores políticos: “Valientes, tomen su lugar en la batalla y hagan lo que saben hacer, para bien o para mal, queremos constancia de mayoría, no de buena conducta, salgan y ganen la elección”. ¿Un llamado a la ilegalidad? ¿A burlar las leyes electorales? El tema es delicado porque el PRI mexiquense ha sido históricamente el partido que ha cometido el mayor número de rapacidades y conspiraciones electorales. No es casualidad su permanencia en el poder de casi un siglo. ¿Morena recurrirá también a actos electorales prohibidos?
El fraude electoral es una acción ilícita, un acto moralmente inaceptable cuyo propósito es influir o modificar la voluntad real del resultado electoral. Los fraudes electorales azotan los sistemas políticos en muy diversas latitudes. Es un recurso ilícito para alterar la voluntad de los ciudadanos en una contienda electoral. Los gobiernos autoritarios como los que han prevalecido en el Edomex no aprecian el valor del voto. Son sistemas que no respetan el derecho al sufragio porque están acostumbrados a manipular el voto.
El fraude éticamente es inaceptable pero legalmente posible. Aquí han entrado a jugar el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) y el Tribunal Electoral del Estado de México (TEEM). Dichos órganos poseen una proclividad a la concepción legalista del fraude. Por tanto, se requiere confrontar lo que ciudadanos y los partidos consideran como moralmente reprobable y lo que es legalmente posible a fin de entender el porqué, en determinados momentos, hay legalidad en el actuar de las autoridades, pero no legitimidad.
Arturo Montiel es un fiel ejemplo de la compra de voluntades, especialmente las de militantes y dirigentes de la oposición. Dinero y más dinero como valor supremo y el referente determinante de la conducta electoral. Peña Nieto rebasó de lejos los topes de campaña y utilizó dinero furtivo de empresas que después fueron privilegiadas. También subterráneos contratos millonarios con empresas televisoras como Televisa y TV Azteca para enaltecer su imagen.
En 2017 Alfredo del Mazo utilizó la violencia electoral para intimidar a sus oponentes. Con la operación de la entonces presidenta del PRI, Alejandra del Moral, se atrevió utilizar métodos del crimen organizado para amedrentar oponentes, como las famosas cabezas de cerdo arrojadas a las casas de campaña y casillas claves. Llamadas telefónicas amenazantes, y carteles falsos. Contó con la complicidad del IEEM y de su presidente Pedro Zamudio para cucharear tanto el conteo rápido como el PREP; y así, alterar paquetes electorales (todo este operativo está descrito en el libro: El Infierno Electoral. 2018, Grijalbo)
¿Quiénes son los actores del fraude en el Edomex? Son los operadores del PRI. Grandes sectores del gobierno local que se transforman en una poderosa maquinaria electoral. Los órganos electorales, tanto el IEEM como TEEM está colonizados desde hace lustros por el partido en el poder. Medios de comunicación tradicionales manipulados, cuyo comportamiento es enaltecer al candidato oficialista y denostar al de la oposición. También líderes de la oposición son comprados para callar y atemperar los impulsos de sus militancias.
Hay que tener cuidado en la compra y coacción del voto en las zonas más deprimidas de la entidad. La pobreza es el caldo de cultivo más rentable para la compra de votos. Hay mucho dinero detrás de las campañas. Por tanto, hay que estar a atentos a una correcta y aguda fiscalización. Durante la jornada electoral, estar atentos a la sustitución de funcionarios de casillas. El promedio sospechoso en el Edomex es de tres a cuatro sustituciones por casilla, mientras que a nivel nacional apenas llega a una. Estar vigilantes a la actuación de las juntas distritales, ya que la mayoría de los vocales tienen proclividad priista, así lo determinó el IEEM desde el año pasado. También hay que estar vigilantes del PREP, una herramienta clave en todo proceso electoral y que en los últimos tres procesos mexiquenses han dejado mucho que desear.
Es paradójico que el Partido Revolucionario Institucional busque llegar al Poder Ejecutivo mexiquense de la mano de sus antes rivales antagónicos, los partidos Acción Nacional y Revolución Democrática, quienes en elecciones anteriores acusaron al tricolor de fraude, violaciones electorales y agandalles legaloides; hasta hace poco, impugnaron sus victorias ante las autoridades electorales, denunciaron guerras sucias y compra de votos.
Este análisis forma parte del número 2427 de la edición impresa de Proceso, publicado el 7 de mayo de 2023, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.