Alejandro Gertz

La peor arbitrariedad de Alejandro Gertz

En 2015 desembarcó con una orden judicial en el domicilio de su hermano y su cuñada. Llegó acompañado de agentes de la Procuraduría local y también por el Ministerio Público. Lideraba aquel operativo el abogado Juan Ramos, actual subprocurador de la FGR.
lunes, 20 de septiembre de 2021 · 11:30

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso) .– “Yo no quiero que me ayuden, sino que lean el expediente”, me dijo en entrevista para El Heraldo Radio Alejandra Cuevas Morán, quien está acusada de haber asesinado a Federico Gertz Manero, hermano del fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero.

La imputada exige que se revisen las pruebas, la pobrísima fundamentación de la denuncia, los testimonios y cada una de las circunstancias.

“A mis 67 años estoy injustamente encerrada en el penal de Santa Marta y pesa también una orden de aprehensión en contra de mi madre, Laura Morán Servín, pareja de Federico Gertz, quien actualmente tiene 94 años.”

El viernes 16 de octubre de 2020 Alejandra Cuevas fue detenida a las 5:30 pm mientras circulaba en un vehículo, acompañada de su hijo menor, sobre la avenida Masaryk, en la colonia Polanco de la Ciudad de México.

El auto ocupado por sus captores no llevaba placas y los sujetos que la condujeron al penal de Santa Marta tampoco portaban identificaciones.

Cuenta Alejandra que ella y su hijo, Gonzalo Castillo Cuevas, pensaron que se trataba de un secuestro. Transcurrieron un par de horas antes de saber que un juez había dictado orden de aprehensión en su contra por una denuncia que cinco años antes hubiera presentado el cuñado de su madre, Alejandro Gertz.

Sospechosamente, poco antes de que ocurriera esta detención habría renunciado el abogado que las hubiera representado desde 2015.

Asegura la imputada que Alfonso Jiménez O’Farril argumentó haber llegado al limite frente a las presiones ejercidas en su contra por el fiscal general: “Si lo dices en público, lo voy a negar”, precisó también el cobarde licenciado.

Gertz afirma que su cuñada no hospitalizó a su hermano cuando hizo falta y que tuvo como cómplices de esta “asesina” decisión a sus dos hijas, Laura y Alejandra.

Federico Gertz Manero murió a los 82 años después de haber sufrido una convalecencia de un mes en el hospital ABC de Observatorio. Durante todo ese periodo su hermano Alejandro se encargó de que Laura Morán no visitara al paciente.

Es decir que ni la pareja de su hermano ni Alejandra Cuevas estuvieron cerca del occiso durante su último mes de vida.

Anteriormente a su internamiento, durante cinco días Federico Gertz estuvo delicado de salud y fue atendido en su domicilio.

Lo sucedido durante esa pequeña ventana de tiempo es clave para el caso. Según testimonio de Alejandra Cuevas así transcurrieron aquellos días:

Lunes 24 de agosto de 2015: Laura, que entonces tenía 88, llamó a su cuñado Alejandro Gertz para comunicarle que Federico no iba bien. A las dolencias previas de corazón y la demencia incipiente, se sumó dificultad para respirar y pérdida de equilibrio.

Alejandro Gertz, entonces rector de la Universidad de las Américas (campus CDMX), envió un equipo médico a casa de su hermano y también mandó traer a un eminente geriatra español de apellido Ceñal. Además de este equipo, Federico Gertz fue asistido por un par de enfermeros contratados por Laura Morán.

Aquel día concluyó sin que ninguno de los galenos sugiriera la hospitalización del paciente.

Martes 24 de agosto de 2015: el doctor Ceñal diagnosticó probable neumonía, recetó medicamentos y estableció tratamiento para el paciente. Alejandra Cuevas visitó la casa de su madre constatando el estado delicado de Federico (ella sólo acudía una vez a la semana a esa residencia).

Miércoles 25 de agosto de 2015: visitaron a su tío Federico las dos hijas de su hermano Alejandro, Victoria y Alejandra Gertz. La familia de sangre y también la política se preocuparon ciertamente por la salud del enfermo, pero nadie creyó que su estado mereciera conducirlo a un hospital.

Jueves 26 de agosto de 2015: visita médica de los doctores. Más instrucciones a los enfermeros. Se encarga una nueva batería de análisis.

Viernes 27 de agosto de 2015: Laura Morán preguntó explícitamente a los especialistas si Federico debía ser trasladado a un hospital, respecto de lo cual obtuvo una respuesta negativa.

Sábado 28 de agosto de 2015: Alejandro Gertz Manero desembarcó con una orden judicial en el domicilio de su hermano y su cuñada. Llegó acompañado de agentes de la Procuraduría local y también por el Ministerio Público. Lideraba aquel operativo el abogado Juan Ramos, actual subprocurador de la FGR. (Alejandra Cuevas no estaba en casa de su madre).

A rastras se llevan al paciente y Laura Morán lloró sin entender lo que estaba sucediendo: su cuñado acusó a esta mujer de 88 años de haber cometido intento de homicidio contra Federico, y también a Laura y a Alejandra, sus hijas, de haber sido cómplices por haberse negado a la hospitalización.

Amenazó con que ninguna de las tres debía presentarse en el nosocomio, o bien procedería penalmente contra ellas.

Un mes después murió Federico Gertz en el hospital ABC.

Entre 2015 y 2019 las pruebas presentadas por Alejandro Gertz relativas al supuesto asesinato de su hermano no prosperaron. Los ministerios públicos responsables de investigar las desecharon por inconsistentes.

No sorprende que cuando Alejandro Gertz fue nombrado fiscal general el caso haya revivido, lo mismo que las órdenes de aprehensión contra Laura y Alejandra.

El pasado lunes 13, 11 meses después de la detención de Alejandra Cuevas, una juez concedió amparar para efectos a la imputada. Ella, que sí dio lectura al expediente, encontró vicios y errores de procedimiento que, a su parecer, dejaron a la mujer incriminada sin derecho a una defensa justa. Ordenó por tanto a la Cuarta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de la CDMX que revise la legalidad del auto de formal prisión. Se trata de un primer paso hacia su liberación.

Me atrevo a preguntar: “¿Cuál pudo ser el móvil de Alejandro Gertz Manero para fabricar tamaña arbitrariedad?”. Alejandra Cuevas supone, aunque no lo sabe de cierto, que sería una imaginaria disputa sobre la herencia del difunto que sólo ocurrió en la cabeza del fiscal general.

Este análisis forma parte del número 2342 de la edición impresa de Proceso, publicado el 19 de septiembre de 2021, cuya edición digital puede adquirir en este enlace

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