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Joe Biden frente al dilema de Sillicon Valley

La voracidad y los excesos de las Big Tech representan un problema que definitivamente trasciende las fronteras de Estados Unidos. Los intereses de estas grandes empresas y su modus operandi se han convertido en un grave dilema en la gobernabilidad de no pocas naciones.
lunes, 24 de mayo de 2021 · 21:27

El presidente Donald Trump, en la agonía de su turbulento mandato, promovió algunas demandas contra Google y contra Facebook por prácticas monopólicas.

El mensaje del presidente Trump a Silicon Valley implicaba el desarrollo de las elecciones celebradas el martes 3 de noviembre de 2020, y fue interpretado como una clara advertencia: “si no están conmigo no estarán a favor de nadie”.

En perfecta sintonía con las intenciones del presidente Trump, el Subcomité Antimonopolio del Comité Judicial de la Cámara de Representantes presentó un detallado informe sobre la forma como las Big Tech -Google, Apple, Facebook, Amazon- han abusado de su posición en el mercado.

A los cargos por acciones contrarias a la libre competencia, por supuesto podrían añadirse nuevas demandas por la anuencia que han exhibido ante la proliferación de noticias falsas, así como por las limitadas acciones emprendidas para asegurar la privacidad de la información que les han confiado sus usuarios. Los expedientes no están cerrados.

Las demandas que inició la administración del presidente Trump contra Google y Facebook permitieron considerar el posible comienzo de una nueva era en las relaciones del gobierno de Estados Unidos con las llamadas Big Tech.

Los excesos de las Big Tech han convencido a un amplio número de representantes republicanos y demócratas de la necesidad de contener y limitar el desmedido poder político y financiero de las firmas que hoy dominan la economía de Internet.

Los violentos hechos registrados durante el asalto al Capitolio, el miércoles 6 de enero -suceso que interrumpió una sesión conjunta del poder legislativo para contar el voto del Colegio Electoral que certificaría la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales-, exhibieron la delicada polarización que enfrenta la sociedad estadounidense.

La responsabilidad de Facebook en el asalto al Capitolio fue señalada por algunos sectores de la prensa estadounidense y, por supuesto, por Elon Musk, quien no precisamente simpatiza con Facebook y Mark Zuckerberg.

Además, ni Zuckerberg ni su imperio gozan de la simpatía del presidente Biden. En una entrevista concedida a The New York Times, Joe Biden, entonces presidente electo en la Unión Americana, afirmó que nunca ha sido "gran fan de Zuckerberg. Creo que es un problema real".

Las acciones antimonopolio efectivamente representan el recurso idóneo que permitiría a la administración del presidente Joe Biden contener y controlar las desmedidas ambiciones de Silicon Valley.

La voracidad y los excesos de las Big Tech representan un problema que definitivamente trasciende las fronteras de Estados Unidos. Los intereses de estas grandes empresas y su modus operandi se han convertido en un grave dilema en la gobernabilidad de no pocas naciones.

La Comisión Europea ha pedido a la Casa Blanca sumarse a los esfuerzos que realiza el bloque de 27 naciones para crear un libro de reglas de economía digital que sea válido en todo el mundo.

En Europa no se han limitado a esperar la respuesta de Biden. La semana pasada el Tribunal Superior de Irlanda ordenó la suspensión de las transferencias de datos de usuarios europeos a Estados Unidos.

La decisión del referido órgano no solo afecta los intereses comerciales de Facebook, además repercute en el desarrollo de los programas de vigilancia masiva que emplean algunas agencias de inteligencia estadounidense, como la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).

Edward Snowden ha revelado el tipo de operaciones que realizan las agencias de inteligencia de Estados Unidos en materia de ciberespionaje.

A través del congreso, el gobierno del presidente Biden podría impulsar las reformas pertinentes a las leyes de competencia que rigen las prácticas comerciales de las grandes empresas de tecnología.

Incluso podría ordenar cambios estructurales significativos en algunas de las corporaciones más grandes del mundo, como dividir a Facebook y revertir las adquisiciones de Instagram y WhatsApp.

El presidente Biden efectivamente tiene una gran oportunidad histórica para imponer profundas y necesarias transformaciones en la economía de Internet.

Sin embargo, Biden y la vicepresidenta Kamala D. Harris son considerados demócratas moderados. No se espera que incurran en una abierta confrontación con Silicon Valley.

El presidente Biden anunció la intención de nominar a Lina Khan como comisionada en la Comisión Federal de Comercio (ETC). Lina Khan, profesora en la Universidad de Columbia, es considerada como un auténtico referente en el movimiento antimonopolio tecnológico.

Khan es autora del paper “La paradoja antimonopolio de Amazon”, publicado en 2017 por The Yale Law Journal, en el cual denuncia las prácticas de Amazon contrarias a la abierta competencia.

En la Unión Americana, el Senado debe aprobar la propuesta del presidente Biden, la cual ha generado preocupación en Silicon Valley.

Posiblemente Biden pretenda imponer frenos a la voracidad y los excesos de las Big Tech. Ello no será sencillo, considerando las intrincadas relaciones que han establecido las firmas que definen el rumbo de la economía de Internet con las agencias de inteligencia estadounidense.

Bien tendrá que obrar con cautela.

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