CIUDAD DE MÉXICO (apro) — El presidente Andrés Manuel López Obrador entregó el bastón de mando a la ganadora de la encuesta de Morena, Claudia Sheinbaum, y se despidió de los simpatizantes que esperaron afuera del restaurante El Mayor, en la Ciudad de México, entre señas de abrazos, agradecimiento y agitando la mano. Esta vez ya no tomó la palabra y dejó que la exjefa de Gobierno lo hiciera.

A las 20:01 horas salió de Palacio Nacional por la calle Moneda y tomó un atajo por el Templo Mayor para llegar al restaurante; dijo estar muy contento, “estoy feliz, feliz, feliz”. Pero guardó silencio ante las preguntas de la prensa en torno a la decisión de Marcelo Ebrard.

En el restaurante permaneció menos de 45 minutos, entre gobernadores de Morena y la dirigencia nacional del partido. Nadie cenó y solo escucharon el discurso que minutos después volvería a dar ante los simpatizantes.

En redes sociales el presidente  publicó dos imágenes que lo captan con Sheinbaum en la terraza del restaurante con el bastón de mando en la mano. Pero aclaró que esa noche no se trató de que él perdiera el protagonismo y ahora lo tuviera Claudia, sino de que quien importa es la población mexicana.

“Hoy entregué a nuestra querida compañera Claudia Sheinbaum el bastón de mando para dirigir nuestro movimiento y dar continuidad a la transformación, cuyo protagonista principal ha sido, es y será el pueblo de México”, publicó el mandatario federal.

Al salir volvió a hacer la entrega del bastón le aplaudió y le cedió el lugar para el discurso. A la derecha Ricardo Monreal y Gerardo Fernández Noroña; a la izquierda, Adán Augusto López y Manuel Velasco. El gran ausente fue Marcelo Ebrard, a quien sin mencionarlo lo recordaron al reiterarle que sigue con las puertas abiertas en el movimiento.

Por casi 20 minutos permanecieron ante la mirada de decenas de seguidores de Sheinbaum que le gritaban “presidenta, presidenta” y “es un honor estar con Claudia hoy”, también al mandatario mexicano le gritaban: “Andrés Manuel, eres el mejor”, “es un honor estar con Obrador” y “que viva López Obrador”.

Durante las palabras de la candidata de Morena a la Presidencia en 2024, el mandatario federal aplaudió en cuatro ocasiones el discurso y al finalizar le levantó la mano, como en septiembre de 2021, en una de las pocas giras que hizo el presidente por la Ciudad de México para la inauguración del Banco de Bienestar, en la que al final y de manera sorpresiva levantó la mano de la entonces mandataria capitalina como señal de triunfo y dijo “es ella”.

A este acto se unieron las y los gobernadores, así como los aspirantes presidenciales que se quedaron en el camino.

Después de los aplausos el presidente y Sheinbaum salieron juntos por una puerta lateral de la librería Porrúa y caminaron de regreso hacia el Templo Mayor para llegar hasta la calle Primo de Verdad donde la candidata dejó al jefe del Ejecutivo para regresar a despedirse de los gobernadores que la acompañaron.

El mandatario entró de nuevo a Palacio Nacional y otra vez evitó pronunciarse por el caso de Ebrard.

Sheinbaum regresó a la librería y aseguró que guardaría el bastón de mando en una vitrina y entre la salida de sus invitados, algunos de ellos hablaron de aspiraciones, de que no hubo cena y sobre las irregularidades en el proceso interno de Morena.

Alfonso Durazo, presidente del Consejo Nacional de Morena en este procedimiento dijo que si se presentaron irregularidades, ninguna avala que se deba cambiar el resultado. Dijo que termina su labor y quienes llegan deben atender obstáculos como el que podría representar el excanciller.

Ricardo Monreal aún reconociendo que fue baja la votación a su favor, contenderá por la Jefatura de Gobierno de la capital del país, y que con su 6 por ciento va a ganar, aunque dijo que esperará los tiempos.

Fernandez Noroña indicó que pensó que sería una cena pero al final solo atestiguaron la entrega del bastón de mando, en torno al exsecretario de Relaciones Exteriores dijo que si no regresa, “se lo chupa la bruja”.

Adán Augusto salió a prisa y sin decir una palabra sobre el bajo porcentaje que obtuvo en la encuesta, a pesar de los gastos en las giras y del surgimiento de espectaculares por todo el país.

Al final la pasarela fue aprovechada por quienes tienen aspiraciones electorales que ahí lo hicieran público, incluso sirvió como “aplausómetro” entre los asistentes.