Caso Colosio

¿Quién es Jorge Antonio Sánchez Ortega? Esto es lo que se sabe del segundo tirador del caso Colosio

Parecido físicamente a Mario Aburto, el espía del Cisen sabía ser amable con la gente para extraerle información a cambio de dar su horóscopo. Hoy es protagonista central de la resucitada “teoría del complot” en el magnicidio.
miércoles, 31 de enero de 2024 · 20:56

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Como agente de inteligencia, Jorge Antonio Sánchez Ortega sabía cómo “sacar información”. Asignado por el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) a Coahuila en 2008, se distinguió por la forma amistosa y coloquial con la que se acercaba a la gente.

Con esa estrategia, logró obtener datos personales de familiares de las víctimas de la explosión en Pasta de Cochos, con el pretexto de decirles su “horóscopo”. En su momento, esa información sirvió al gobierno para frenar su movimiento de inconformidad.

Nacido en 1961 en Sinaloa, Sánchez Ortega ha cobrado relevancia en fechas recientes tras ser ubicado como el presunto segundo tirador en el atentado en el que murió el candidato presidencial Luis Donaldo Colosio en 1994.

Sánchez Ortega fue detenido a 15 metros del lugar donde cayó herido el político sonorense aquel 23 de marzo de 1994 en Lomas Taurinas, Tijuana. Tenía cerca de siete meses de trabajar para el Cisen, que le asignó vigilar el mitin de Colosio en la ciudad bajacaliforniana.

Tras el atentado, en su chamarra se le encontró sangre y en sus manos plomo. Un dictamen de la Procuraduría General de la República, publicado por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, indicaba que dio positivo a las pruebas que demostraban la presencia de plomo y bario “producto la deflagración de arma de fuego”.

Hoy, su nombre está en el centro de la controversia, la cual ha traído a la luz pública no solo el presunto papel que habría cobrado el exagente de inteligencia en el magnicidio, sino sus propios antecedentes y relación con otros personajes públicos.

El segundo tirador

El lunes, el periódico Reforma dio a conocer que un juez negó a la Fiscalía General de la República (FGR) la detención de Sánchez Ortega, considerado como el “segundo tirador” contra Luis Donaldo Colosio en la resucitada “teoría del complot” sobre los hechos ocurridos hace casi 30 años.

Ese mismo día, en un comunicado, la FGR acusó al juez Jesús Alberto Chávez Hernández de quebrantar los principios obligatorios de valoración y análisis de pruebas que implican al agente del Cisen asignado a cubrir al candidato presidencial.

Según la Fiscalía, Jorge Antonio Sánchez Ortega fue liberado “en evidente encubrimiento delictivo” vinculado directamente con Genaro García Luna, quien en ese momento era Subdirector Operativo del CISEN, y quien lo rescató en Tijuana.

Las pruebas presentadas, asegura la FGR, demuestran la presencia de Sánchez Ortega en el lugar del homicidio en el momento del crimen. En su ropa se encontró el tipo de sangre de la víctima y hay pruebas de que disparó un arma, detalla la dependencia, al asegurar que “ninguna prueba de descargo lo ha podido favorecer”.

El pretexto del horóscopo

Físicamente parecido a Mario Aburto, condenado como asesino material del candidato presidencial, Sánchez Ortega se hacía pasar como reportero en sus actividades como agente del Cisen.

Un reportaje publicado por Proceso en su edición 1659 dio cuenta que, de esa forma, Sánchez Ortega vigiló movimientos sociales y actividades partidistas o de organizaciones de defensa de derechos humanos.

En su momento, Proceso documentó las actividades que realizó Sánchez Ortega cuando se le asignó a Coahuila, donde investigó y vigiló al gobernador Humberto Moreira y a su hermano Rubén Moreira.

Sánchez Ortega era hábil para conseguir información de las personas, como lo reveló una nota de seguimiento días después, en la que se revela su trato con familiares de las víctimas de la explosión de la mina Pasta de Conchos de Coahuila, en 2006.

“En entrevista, Elvira Martínez, viuda del minero Jorge Vladimir Muñoz y una de las mujeres más activas en las exigencias de los deudos al gobierno federal y a la empresa Grupo México, narró la forma en que el agente del Cisen se aproximó a los familiares de los trabajadores fallecidos.

“Según su testimonio, Sánchez Ortega se aproximaba a la gente de manera amistosa, entablando conversaciones coloquiales. Por ejemplo, para obtener los datos generales de las familias, les pedía nombre completo, fecha de nacimiento y otros generales con el pretexto de decirles ‘su horóscopo’.

“Esos procedimientos fueron censurados por Cristina Auerbach Benavides, integrante del Equipo Nacional de Pastoral Laboral que representa a las familias de los mineros de Pasta de Conchos. La activista recordó en que el agente Sánchez Ortega, valiéndose de la ingenuidad e inexperiencia de los familiares, manipuló a los deudos para sacarles información que sirviera al gobierno para boicotear su movimiento de exigencia de justicia”, relata la nota publicada por Proceso el 22 de agosto de 2008.

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