Hidalgo
Triple feminicidio y restos hallados en una fosa en los primeros días de octubre en Hidalgo
Autoridades de Hidalgo dicen que no hay presencia de cárteles del narcotráfico y sintetizan el problema de violencia en disputas de grupos regionales.HIDALGO (apro).- Cuerpos de mujeres acribillados y restos en descomposición en una fosa son parte de los hallazgos en la zona metropolitana de Pachuca durante los primeros 13 días de octubre, lo cual se suma a otros ataques armados y asesinatos al interior del estado.
El gobierno de Hidalgo insiste que no hay presencia de cárteles del narcotráfico y sintetiza el problema de violencia en disputas de grupos regionales dedicados al robo de hidrocarburo y el narcomenudeo, pero los sitúa en municipios específicos.
Cuautepec, en el Valle de Tulancingo, y Tula, en el Mezquital, son dos de los puntos reconocidos por las autoridades como de mayor incidencia delictiva. En la capital hidalguense y sus alrededores, aseveran, no hay asentamiento de organizaciones criminales transestatales.
Los cuerpos acribillados de tres mujeres fueron localizados el sábado 13 de octubre en las inmediaciones de un pozo de agua en la localidad del Jagüey de Téllez, en el municipio de Zempoala, que es parte en la zona metropolitana de Pachuca.
Una llamada anónima alertó sobre tres cadáveres con impactos de arma de fuego. El primero se encontraba a la entrada del Rancho Los Pilares y los otros dos, metros más adelante. Alrededor de los restos, los peritos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) hallaron casquillos de arma calibre nueve milímetros.
Aunque no han sido identificadas, las víctimas tenían edades entre los 30 y los 35 años, según los primeros reportes de las autoridades locales. El entorno del crimen es un camino de terracería, en el que también hubo múltiples casquillos.
El 2 de octubre, en la localidad de Puerto México, municipio de San Agustín Tlaxiaca, se encontraron restos humanos semisepultados en un predio. Aunque sobre ellos había piedras con las que los cubrieron, una extremidad sobresalía entre las rocas. Se trataba, aparentemente, de una mano que fue vista por quienes hicieron la llamada de emergencia, con lo cual se movilizaron las corporaciones de seguridad.
Las piedras sobre los cuerpos ocasionaron que éstos se descompusieran rápidamente, por lo que para su identificación se realizaron dictámenes en antropología, odontología, entre otros. Pasados los días, el gobernador Julio Menchaca Salazar reconoció que fueron seis las personas identificadas y mencionó que este miltihomicidio podría estar relacionado con un ajuste de cuentas entre grupos dedicados a la sustracción de hidrocarburos.
Entre los restos hallados había un cráneo que, debido a la degradación, estaba separado del resto de fragmentos; además, como al resto de piezas, la fauna silvestre había comenzado a devorarlo.
El mandatario dijo que las investigaciones continúan, pero sugirió que había elementos de una posible rivalidad entre organizaciones. En tanto, familiares de las víctimas que ya han sido identificadas pidieron la no criminalización, y que el caso se resuelva.
En entrevista con medios de comunicación estatales, Menchaca Salazar respondió ante el cuestionamiento de si existen organizaciones criminales en territorio hidalguense que “la negación no ayuda”, pero “tampoco haciendo afirmaciones escandalosas de decir tal y cual”.
Luego, afirmó que “como nunca” se ha recuperado combustible robado, se han puesto a disposición presuntos narcomenudistas y se han identificados redes delictivas. “Ha habido una gran contención”, aseguró, para después sostener que “el pasar de muchos años de la indiferencia o de la complicidad, a la acción, es un proceso que no es tan rápido”.
Previamente, el secretario de Seguridad, Salvador Cruz Neri, insistió en que no existen cárteles en Hidalgo, postura que coincide con la del secretario de Gobierno, Guillermo Olivares Reyna, que ha descartado la operación de estas organizaciones.
El jueves 10 de octubre, sujetos armados que viajaban en dos camionetas abrieron fuego contra una Suburban que se encontraba estacionada afuera de una taquería en Atotonilco de Tula. La policía municipal confirmó que no hubo decesos, porque en el momento del ataque no había tripulantes en la unidad. Los pobladores vieron el tiroteo como un posible amedrentamiento por el cobro de derecho de piso que exigen a comerciantes grupos criminales.
El 30 de septiembre, un masculino también había sido ultimado en la comunidad de El Refugio, en el mismo municipio. Estaba afuera de un puesto de carnitas y recibió al menos cuatro impactos.
Un día antes, en Ajacuba, un hombre fue asesinado a tiros cuando viajaba en un vehículo BMW, en la comunidad de Santiago Tezontlale. Al menos tuvo tres impactos de manera directa, más las balas incrustadas en la carrocería del automóvil. En Tizayuca, en la localidad de Jilotzingo, el cuerpo de una mujer con huellas de violencia también fue hallado el 10 de octubre.