CHILPANCINGO, Gro. (apro).– En la cabecera municipal de Tixtla fue asesinado otro chofer del transporte público de Chilpancingo, y le prendieron fuego a su cadáver y a la camioneta mixta que manejaba sobre la carretera federal Chilpancingo-Chilapa, a la altura de la entrada a la colonia Vicente Guerrero.

Lo que se supo por habitantes de esta cabecera del municipio vecino es que el chofer fue interceptado a la altura del kilómetro 16 por unas personas que le dispararon, después le rociaron gasolina al vehículo con el cuerpo adentro y lo incendiaron. Era la camioneta mixta con el número 154.

Los hechos ocurrieron a la una y media de la tarde de este miércoles, es decir, en medio de las actividades cotidianas de los habitantes. En las redes sociales hay algunos videos del momento en el que el vehículo está incendiándose.

Este es el segundo ataque contra choferes del transporte público de Chilpancingo en Tixtla. Al parecer el conductor de la unidad acudió a dar un servicio a esta cabecera municipal, que está a unos 30 minutos de la ciudad de Chilpancingo.

El sábado pasado, que fue el inicio de una jornada violenta contra choferes del transporte público en Chilpancingo, hubo repercusiones en Tixtla: incendiaron dos taxis locales de Chilpancingo, que al parecer fueron a dar servicio hasta allá, y asesinaron al chofer de uno de ellos.

En la ciudad de Chilpancingo también atacaron a transportistas; el saldo que se conoció por los reportes policiacos fue de cuatro más asesinados y sus unidades incendias. También hubo, de los que se sabe, un par de choferes heridos.

Eso provocó que los transportistas pararan sus actividades y con eso inmovilizaron la ciudad; los habitantes entraron en un encierro involuntario hasta el domingo por la suspensión del servicio, pero, sobre todo, por temor.

Para el lunes, habitantes de pueblos y comunidades de las regiones Centro y Montaña que, según la versión oficial del gobierno federal, eran liderados por personas asociadas al grupo criminal de Los Ardillos, en reclamo de la liberación de un líder transportista y uno de sus colaboradores que fueron detenidos con armas, cartuchos y drogas, irrumpieron en la ciudad y las actividades que volvían a ser retomadas pararon otra vez.

Para el gobierno federal ese líder transportista también estaba ligado al grupo criminal. La versión del contingente de la protesta fue que necesitaban caminos y puentes para sus pueblos.

Ese lunes 10 de julio, unos hombres atacaron a balazos la base de transporte de la ruta foránea Chilpancingo-Tlacotepec e hirieron a dos personas. De acuerdo con la narración de alguien que presenció el ataque, los agresores pretendían lanzar y explotar una bomba casera, hecha con una botella grande de vidrio, pero se les cayó y quebró antes de encenderla.

Este miércoles los transportistas retomaron las actividades en la ciudad de Chilpancingo, después de la mesa de diálogo entre los inconformes y funcionarios estatales, pero al conocerse los hechos de Tixtla quedó en evidencia que el riesgo para ellos y sus pasajeros está latente.