Michoacán
Siete años después, detienen a una pareja por el asesinato de un cura en Morelia
Una pareja fue capturada en Morelia por su presunta responsabilidad en el asesinato del sacerdote Alfredo F. en 2016; los detenidos son el hermano y la cuñada de la víctima.MORELIA, Mich. (apro).- Una pareja fue detenida por su presunta responsabilidad en el asesinato del sacerdote Alfredo F. el 25 de agosto de 2016 en una vivienda de la zona centro de esta capital.
Los imputados son Rodolfo “N” y Niria “N”, hermano y cuñada de la víctima, quienes junto con otras personas se reunieron con el religioso el día de los hechos y, tras golpearlo, le ocasionaron heridas con un arma punzocortante y lo asfixiaron, informó la Fiscalía General del Estado de Michoacán (FGE).
La captura fue resultado de investigaciones realizadas por personal de la Fiscalía, con apoyo de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSP), por lo que en las próximas horas la pareja será presentada ante el órgano jurisdiccional, para que resuelva su situación legal.
Tras recibir el reporte del hallazgo del cuerpo en un inmueble del primer cuadro de esta capital, acudió personal de la Unidad de Servicios Periciales y Escena del Crimen (USPEC), que realizó las primeras diligencias para el inicio de la carpeta de investigación.
Durante las indagatorias, señaló la FGE, la Unidad Especializada para la Investigación del Homicidio Doloso y Feminicidio reunió “datos de prueba objetivos y contundentes” de la posible participación de Rodolfo “N” y Niria “N”, que sirvieron de base para solicitar al juez de control la respectiva orden de aprehensión.
Los detenidos serán juzgados por los delitos de homicidio en razón de parentesco y homicidio calificado, cometidos en agravio del sacerdote.
Según datos extraoficiales, en el momento de su asesinato Alfredo F. se encontraba en retiro del sacerdocio, que había ejercido en la ciudad de Guadalajara, y era propietario de una casa de antigüedades en Morelia.
Las primeras versiones que circularon en agosto de 2016 fueron que el sacerdote, de 56 años, fue encontrado por sus familiares sobre el piso, asfixiado con una soga atada al cuello y con sangre en el cuerpo, por lo que avisaron a las autoridades y los primeros en llegar fueron los elementos de la Gendarmería, que en coordinación con la entonces Policía Michoacán acordonaron el lugar.
Tras las pesquisas iniciales, se determinó que había desaparecido del lugar un automóvil Nissan Versa que pudieron haber sustraído los presuntos responsables del crimen.
El asesinato del sacerdote formó parte del inicio de una serie de cuatro homicidios de religiosos ocurridos en México durante un mes: otro en Michoacán y dos más en el estado de Veracruz.