Baja California
Vitivinicultores, enólogos, chefs y comunidad piden rescatar El Valle de Guadalupe
Denuncian depredación por construcción de antros, centros nocturnos y fraccionamientosCIUDAD DE MÉXICO (apro).- Vitivinicultores y comunidad de El Valle de Guadalupe, hacen un llamado urgente a rescatarlo de la depredación, debido a que, de continuar, en 2037 ya no existirán tierras de cultivo en una zona única donde se produce 75% del vino mexicano.
Ubicado en el municipio de Ensenada, estado de Baja California, en conferencia de prensa, vitivinicultores del Valle de Guadalupe “hacen un llamado a los mexicanos para evitar que suceda la misma destrucción que en Tulum”.
Integrados como “Rescatemos El Valle”, vitivinicultores, enólogos, chefs y la comunidad del lugar, la mañana de este lunes 5 de septiembre, lanzaron una convocatoria con un llamado a los gobiernos federal, estatal y municipal para salvar la esencia rural de El Valle de Guadalupe frente al embate a que el desarrollo económico, la urbanización y la ausencia de Estado de Derecho lo llevan desde hace 5 años, con la enorme probabilidad de que si no hay un alto inmediato desaparezca en 2037.
Expresaron que en los últimos cinco años se han construido antros, centros nocturnos y fraccionamientos; se han realizado conciertos masivos y se ha lotificado y vendido la tierra, sin respeto a los reglamentos y leyes existentes, motivo por el cual El Valle se está convirtiendo en una ciudad, destruyendo su vocación agrícola, que lo ha posicionado como uno de los lugares más icónicos de México.
En la conferencia, estuvieron presentes la vitivinicultora Natalia Badán; el presidente del Consejo Estatal de Productores de Vid de B.C., Fernando Pérez Castro; la académica Ileana Espejel; el presidente de Provino, Mauricio Cantú; el chef Jair Téllez; Claudia Turrent de Por un Valle de Verdad; y Santiago Cosío y Keiko Nishikawa, director General y directora de Relaciones Públicas de Bodegas de Santo Tomás, respectivamente, entre otros miembros de la comunidad.
Todos, hicieron énfasis en que durante los últimos cinco años estas empresas han deforestado al menos mil hectáreas de conservación y producción que ahora se usan para antros, grandes foros de conciertos y casas privadas, pero advierten que aún viene lo peor.
Además, subrayaron que la edición del Programa Sectorial de Desarrollo Urbano-Turístico de los Valles Vitivinícolas (PSDUT), publicada en 2010 con el explícito propósito de “conservar la tierra agrícola en un 95% durante los próximos 30 años”, fue un fracaso.
Señala que en diciembre 2018 se publicó una nueva versión, actualizada; y entre una y otra publicaciones el área decretada ‘de conservación’ se redujo 424%, mientras el polígono total bajo jurisdicción del Programa es ahora 81% más pequeño.
Meses atrás fue clausurado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente el Foro APM por desmontar 16 hectáreas de vegetación en zona agrícola y de conservación; pero la empresa de música y entretenimiento Bandamax celebró recientemente en su portal de Internet la apertura de la Arena Valle de Guadalupe para finales de 2022, con capacidad para 9 mil personas.
Otro negocio es el Anfiteatro del Valle con capacidad para 7 mil personas, que organizó un concierto de Francisco Céspedes el 14 de mayo pasado. Además de esto, se han abierto más de 5 antros en El Valle de Guadalupe, una cosa que sería inaudita en cualquier otra región vinícola en el mundo, desde Mendoza hasta Burdeos.
La depredación actual no sólo atenta contra el patrimonio cultural y paisajístico de una bio región única, sino que está perdiendo también la ventaja competitiva de la zona, la más importante del país con 75% de la producción nacional de vino, la cual contribuye con 1% del PIB agrícola, emplea directamente a 4,500 personas e indirectamente a más de 10 mil, además de la participación de mujeres en más del 40% del empleo total generado.
Y, la derrama económica generada por el enoturismo en Baja California significa $3,600 millones de pesos y una recaudación de impuestos de 165 millones de pesos, como reflejo de un incremento importante del consumo del vino per capita en México, que pasó de 250 mm en 2002 a 964 mm en 2018.
Incluso proponen “generar una nueva denominación jurídica federal para proteger el patrimonio agrícola del país, una denominación biocultural que proteja al campo y su cultura cómo se protege también a las áreas naturales. Esto permitiría que a través de esta figura jurídica se protegiera a comunidades rurales y productos agrícolas a lo largo y ancho del país tal como son, además de la vid, el café, el chocolate, la vainilla, los árboles frutales de fruta endémica, el agave y otros muchos productos y regiones”.
Por ello, señalan la urgencia e importancia de rescatar el Valle.