ZACATECAS, Zac. (proceso.com.mx).- Entre llantos y exigencias de justicia, familiares, amigos y reporteros dieron este domingo el último adiós a Juan Carlos Muñiz Hernández, reportero de nota roja asesinado la tarde del viernes en la ciudad de Fresnillo.

"Él siempre era reportero, cubríamos enfrentamientos, ejecutados y accidentes, a la par que andaba trabajando en su taxi", dijo Ángel Martínez, reportero y amigo del periodista asesinado.

Después de ser velado el sábado en la casa de su madre y de recibir una misa en la iglesia de la Divina Providencia, el cuerpo de "Rigoberto o Tx", como era conocido en el gremio, fue trasladado a Cantuna, su comunidad natal en el municipio vecino de San Alto, en donde fue sepultado.

Con pancartas con leyenda: "No se mata la verdad matando periodistas", reporteros, camarógrafos y fotógrafos de Fresnillo se congregaron en el atrio de la iglesia para exigir justicia para Rigo, el padre de familia de 36 años que deja en la orfandad a cuatro menores hijos.

El reportero del portal de noticias Testigo Minero, fue hallado con impactos de bala al interior del taxi 176 en la calle Ficus en la colonia Los Olivos, pues se desempeñada además como taxista para completar sus gastos.

Reporteros y comunicadores quienes se concentraron la noche del sábado a las puertas de Palacio de Gobierno en la capital, exigieron al presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador David Monreal, que el crimen no quede impune. 

Elementos de Protección Civil y Bomberos de Fresnillo acompañaron también el cortejo fúnebre de Rigo, pues años atrás se desempeñó como bombero de esa corporación.

" ¿Por qué a ti mi chinito?", reprochaba entre lágrimas su esposa mientras abrazaba juntos a sus hijos  el féretro; "me quitaron a mi hijo" decía su madre ahogada en el desconsuelo.

La Fiscalía de Justicia del Estado no ha dado conocer ningún avance en la investigación del asesinato del periodista.