Morelos
Julio lleva 10 días desaparecido y la Fiscalía de Morelos no hace nada por encontrarlo
Julio Ramírez García, de 73 años, desapareció el 18 de diciembre y la Fiscalía de Morelos dejó en manos de su familia su búsqueda en el estado de Puebla.CIUDAD DE MÉXICO (apro).– Han pasado 10 días desde la desaparición de Julio Ramírez García y el desinterés de la Fiscalía General de Justicia de Morelos (FGJM) se hizo evidente porque, a pesar de que se interpuso una denuncia, solo publicó una foto-volante sobre su extravío, el 22 de diciembre.
El señor Julio tiene 73 años, mide 1.70 metros, es de complexión media, tez morena clara, ojos medianos, café oscuro y cejas pobladas, cabello canoso, quebrado y corto. Como señas particulares no tiene los dientes frontales maxilar superior e inferior, y usa bigote.
Desde el 18 de diciembre, entre las 9:00 y 10:00 horas, sus vecinas ni sus familiares lo pudieron localizar en su casa ubicada en la calle Niños Héroes, en la colonia San Miguel Tlaltetelco, municipio de Atlatlahucan, Morelos.
El 22 de diciembre, su hija Guillermina Ramírez acudió a la FGJM a denunciar su desaparición, después de que dejó pasar 72 horas, aunque no es necesario dejar pasar tanto tiempo, pues primero debe reportarlo en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y después ir al Ministerio Público para que se pongan en marcha los mecanismos de alerta en la Fiscalía General de la República (FGR) y en las fiscalías estatales.
Se giró una orden de investigación elaborada en Cuautla, Morelos, según el expediente CT-UEPD/7029/2021 dirigida a algún comandante de la Policía de Investigación Criminal Adscrito a la Fiscalía Especializada en Desaparición Forzada de Personas Zona Oriente y firmada por el Agente de Ministerio Público Investigador adscrito a la Fiscalía Especializada en Desaparición Forzada de Personas Región Oriente, Edgar Agustín Medina Bahena.
En el documento de 5 puntos, cuya copia tiene Proceso, se establecen los pasos a seguir para intentar dar con Julio Ramírez García:
Primero entrevistaron a Guillermina, quien vive en el municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México. Luego se inició la búsqueda del señor Julio, con fecha de nacimiento 19 de marzo de 1948.
Se estableció que se buscaría primero en el domicilio del desaparecido, en el último lugar donde lo vieron y, de ser necesario, realizarían un recorrido para ver si existen en la vía pública cámaras de video de vigilancia del C5 o de propiedad privada y dar seguimiento para su localización; verificar si hay videos que sean útiles, indagar con los vecinos, familiares, amigos o personas que pudieran aportar datos sobre el desaparecido, localizarlo o esclarecer el hecho que, señaló, tiene características de delito.
Así como realizar entrevistas a familiares, amigos y testigos del entorno social de la persona desaparecida, verificando con investigación de gabinete y de campo las cuentas en redes sociales, celular, tableta o computador o algún otro medio electrónico donde se pudiera conectar a redes sociales el ausente, así como recabar objetos personales que ayuden en su localización.
Pero la FGJM no ha hecho nada de lo que estableció en la orden de investigación.
El 27 de diciembre a las 12:53 pm, Guillermina Ramírez publicó en su cuenta de Facebook la foto-volante de la FGJM, con el mensaje: “Seguimos en busca de mi papá, el cual sigue desaparecido. Les agradecería mucho si me apoyan compartiéndolo”.
¿Qué se sabe del señor Julio?
El 18 de diciembre, entre las 9:00 y las 10: 00 horas, Lourdes, una vecina cercana al señor Julio, llamó a su hermana preguntándole si la había ido a visitar al Estado de México, porque no estaba en su casa, sus cortinas estaban abiertas y en su patio había una caja de herramientas con fierros tirados en el suelo, además de que sus patos “andaban sueltos”.
De inmediato ella llamó a su sobrina Claudia para preguntar por él, pero tampoco sabía nada. El lunes 20 le marcó a la vecina Lourdes para preguntarle por su hermano, pero no lo había visto. Le pidió indagar con sus conocidos, sin éxito.
Luego le marcó a su cuñada Rosalía para avisarle que su hermano Julio no aparecía por ningún lado.
Al día siguiente, Guillermina, su esposo y su sobrino Enrique fueron a la casa de su papá, el señor Julio, en Morelos. El miércoles 22 de diciembre fueron a todos los lugares donde pudiera estar el señor y un policía les recomendó que levantaran una denuncia porque ya habían pasado 72 horas, lo cual no es requisito.
Fueron a una delegación de la Policía Municipal en el kilómetro 88, de donde los enviaron a la Fiscalía del municipio de Cuautla, Morelos y levantaron la denuncia por la tarde.
El jueves 23 de diciembre, junto con la vecina Lourdes y su hija Ana fueron al monte a buscarlo y a pegar copias de la foto-volante que les dio la fiscalía, donde aparece la foto de su hermano.
Cuando regresaron, un conocido de Ana le avisó que había visto al señor Julio que iba caminando sobre la carretera México-Cuautla y lo saludó.
Después, Guillermina recibió una llamada de la Fiscalía de Morelos para avisarle que habían revisado el rastreador del celular de su papá y le preguntaron si tenía familiares en el estado de Puebla, porque su última conexión estaba en la Terminal Central de Autobuses de Pasajeros de la Ciudad de Puebla (CAPU).
Fiscalía de Morelos deja todo en manos de la familia
La vecina Lourdes les contó a los hijos del señor Julio que él había trabajado en Puebla un tiempo y, por eso, Guillermina, su esposo, Enrique y Lourdes fueron a la CAPU, donde pegaron carteles en la terminal y en una tienda Oxxo ubicada en la colonia Jorge Murat, donde un vendedor reconoció al señor Julio porque había ido a comprar a esa tienda.
Los hijos del señor Julio le pidieron a la cajera del Oxxo que les mostrara los videos de las cámaras de vigilancia, pero no pudieron porque tenía que autorizarlo el jefe inmediato.
El viernes 24 de diciembre regresaron al Oxxo para preguntarle al gerente si podían mostrarles el video, pero éste le dijo que le diera su número celular al comandante de la Fiscalía de Morelos para que la orientara sobre lo que debía hacer para tener acceso a las grabaciones.
Guillermina le llamó al comandante, quien primero le sugirió que pidiera el apoyo de una patrulla, pero los policías le dijeron que no tenían facultades para concretar su petición. Ante ello, le volvió a llamar al comandante, quien le confesó que no podía hacerlo, pero la comunicó con un “licenciado” de la Fiscalía, quien le advirtió que era ilegal que le llamara por teléfono al comandante y que para ver los videos debían hacer un trámite y debían esperar.
De manera paralela, pidieron ayuda a la jefatura de la CAPU y le preguntaron dónde habían levantado el reporte de la desaparición, porque no les había llegado ningún aviso desde la Fiscalía de Morelos y que ellos debieron mandar la alerta a Puebla si ya habían hecho el rastreo del celular del señor Julio.
El 25 de diciembre, los familiares fueron a Amecameca, Estado de México, para levantar otro reporte, pero no pudieron hacerlo, ya que tenían un antecedente en Morelos y que solo los podían ayudar difundiendo el foto-volante que les dio la FGJM.
Ahí les comentaron que la Fiscalía de Morelos tenía el deber de notificar a las demás fiscalías sobre la desaparición del señor Julio e incluso, los investigadores de Morelos debieron ir personalmente a Puebla a buscarlo, si ya habían rastreado el número celular, en lugar de mandar a los familiares a buscarlos por cuenta propia.
Hasta el 27 de diciembre, Guillermina no ha sido notificada por la FGJM sobre ningún avance en la búsqueda de su papá, a quien han buscado en hospitales, en el Servicio Médico Forense (Semefo), en Cuautla, Amecameca y lo reportaron al Locatel como desaparecido, sin que a la fecha tengan noticias del señor Julio.