CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El jueves 7 de enero, la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y la organización Las Rastreadoras fueron alertadas, de manera anónima, sobre unos cuerpos hallazgo atrás del panteón de Los Pochotes, en el municipio de Novolato, Sinaloa.

Lo que encontraron en la sindicatura de Villa Ángel Flores, “La Palma”, fue macabro: una fosa clandestina donde habían enterrado un automóvil Nissan, tipo Sentra, de modelo antiguo, con tres osamentas en su interior, a más de cinco metros de profundidad.

Aunque no es oficial, se presume que se trata de Missael “N”, Abraham “N” y José “N”, los tres jóvenes reportados como desaparecidos desde el 15 de mayo de 2011, que vivían en  el campo pesquero El Castillo y salieron a un partido de voleibol y no regresaron con sus familiares.

Tras la llamada de alerta, los colectivos llegaron al lugar alrededor de las 09:00 horas para comenzar a buscar hasta que los binomios caninos comenzaron a ladrar en un punto y comenzaron a excavar.

Para su sorpresa, descubrieron el mofle del automóvil y después sacaron fragmentos de restos humanos.

Para extraer el automóvil con las tres osamentas se necesitó una máquina retroexcavadora que abrió una zanja de 5 metros de largo por 5 metros de ancho.

Después de que llamaron al 911, al lugar llegó personal del Ministerio Público para certificar el hallazgo y del Servicio Médico Forense de la Fiscalía General de Justicia de Sinaloa para que peritos en criminalística recogieran los restos mortuorios y recabaran pruebas.