AMILCINGO, Mor. (apro).- “¡Samir vive!”, grita el profesor Jorge Velázquez al ingresar a la primaria que fundó el activista y que hoy lleva su nombre. Un centenar de niños y niñas, alumnos del plantel escolar, secundan en coro: “¡La lucha sigue!”.
Para ellos es un día especial, no sólo por el aniversario de su escuela, sino porque conocen la historia de Samir Flores Soberanes, profesor “solidario”, quien tras fundar la primaria se encargó del taller de agricultura orgánica.
“Hoy se cumple un año de su artero y cobarde asesinato”, suelta al micrófono la directora del plantel.
La madrugada del 20 de febrero de 2019, Samir Flores se preparaba para dirigirse a la radio comunitaria ‘Amiltzinko’, que él fundó, para participar en el programa “Amanecer Ranchero”, con duración de dos horas, de las 6 a las 8 de la mañana. Música vernácula y mensajes de ánimo componían la emisión. Ahora no se escucha más.
Aquel miércoles alguien lo llamó desde la calle. Salió de su casa y caminó por una vereda. “¿Qué pasó canijos?”, alcanzó a decir, según su esposa, Liliana Velázquez Fuentes. Minutos después se escucharon dos disparos. Samir murió cuando era trasladado al hospital.
En una misa celebrada este jueves para conmemorar un año de la muerte del activista, Alfonso Leyja Salas, de la Iglesia Universal, subraya: “Siempre hay un gran riesgo cuando caminamos por el camino de la verdad. Samir lo tenía claro. Estamos aquí recordando a Samir, tenemos que continuar con el caminar que él nos marcó, por un mundo mejor”.
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Luego de la misa, la gente salió en procesión al lugar donde fue herido y donde hay un altar permanente. Posteriormente caminaron hasta las instalaciones de la radio comunitaria. Los participantes en el recorrido fueron recibidos con una canción de Antonio Aguilar con la que Samir iniciaba la transmisión todas las mañanas: “Ya viene amaneciendo, la luna nos alumbra para divisar donde está mi amada…”.
Las lágrimas ruedan por las mejillas de mujeres y hombres que recuerdan que ya no está aquí. “¡Samir Vive!”, clama una voz en medio de la gente. “¡La lucha sigue!”, responden. Jorge Velázquez encabeza la procesión. Lo acompañan la familia de Samir: padre y madre, y sus hermanos Nayeli y José Luis; su esposa, Liliana Velázquez, y sus hijas Amira, Jenny y Mariana, así como el pequeño Kinith.
Con sus huaraches y un muñeco elaborado con pinzas para colgar ropa, el hijo de Samir, de apenas tres años, se mezcla entre los periodistas y dice al reportero: “Mi papá ya está en el cielo”. Curioso, mira a los fotógrafos que compiten por la mejor toma.
La procesión sigue hasta la escuela primaria “Samir Flores Soberanes”, donde esperan un centenar de niños y niñas, alumnos del luchador social. Estudiantes y maestros han preparado un festival cultural. Los niños y niñas de primaria participan en poesías corales y bailables. Leen la biografía de Samir y cantan un corrido:
“Aquel 20 de febrero, a su casa lo siguieron. Lo sacaron con engaños y dos balazos le dieron. Samir ya está descansando, ya lo fuimos a enterrar. Samir se fue para el cielo, el gobierno lo mató. No te confíes del gobierno, se parece al escorpión, primero te da confianza y te clava el aguijón”. Mientras le cantan, algunas de las niñas lloran y recuerdan a su maestro.
En la entrada de la escuela, la familia, la comunidad y el Frente en Defensa de la Tierra y el Agua Morelos, Puebla y Tlaxcala develan un busto con la efigie de Samir Flores. “Es un antimonumento que nos recuerda que Samir murió por defender el territorio, por defender a la madre tierra”, dice Jorge Velázquez. La procesión sigue hacia el panteón comunitario “Por usos y costumbres”. Ingresa y camina hacia la tumba. Ahí le rinden un nuevo homenaje.
A pesar de las lágrimas y el dolor, la gente manifiesta su esperanza. “Claro que hay esperanza. Los muchos triunfos que hemos tenido en Amilcingo son muy importantes, porque demuestran la fuerza de la colectividad. A pesar del asesinato de Samir y a pesar de todas las cosas internas, vamos juntos y seguimos creyendo que es posible cambiar las cosas”, sostiene Samantha César, compañera de lucha de Samir e integrante de la Asamblea Permanente de Pueblos de Morelos.
“Sí, hay muchísima esperanza. Veo que la conciencia de la gente se ha abierto, veo que a Samir lo asesinaron, pero ha vivido más ahorita. Despertó muchas conciencias. Ahí está Samir, en cada conciencia que despertó. Y creo que es favorable para todos nosotros. Samir es la tierra que tiembla, sigue resistiendo, seguirá resistiendo en cada uno de nosotros. Ni una tumba lo va a detener”, secunda Teresa Castellanos, del Frente de Defensa de la Tierra, el Aire y el Agua.
Y, luego de informar que mañana se realizará una manifestación en la Ciudad de México, para exigir justicia y recordarle al presidente Andrés Manuel López Obrador que el neoliberalismo no ha concluido, Samantha César añade: “De hecho, este gobierno representa la continuidad del capitalismo extractivista”.