Denuncian por tortura a agentes del Cusaem, cuerpo creado en la gestión de Peña en Edomex
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Denunciado por actos de corrupción y de ser un “mini ejército” y “caja chica” del gobierno mexiquense durante la gestión de Enrique Peña Nieto, el Cuerpo de Seguridad Auxiliar del Estado de México (Cusaem) carga ahora con un señalamiento por tortura, caso que será llevado ante el Comité contra la Tortura (CAT, por sus siglas en inglés) en abril próximo.
Respaldada por las organizaciones I(dh)eas Litigio Estratégico en Derechos Humanos y Documenta Análisis y Acción por la Justicia Social, la ciudadana Nancy Saavedra Rebollo denunció que el 8 de julio del año pasado fue sometida a actos de tortura por al menos diez integrantes del Cusaem que resguardan la Central de Abastos de Ecatepec.
Acusada falsamente de haber robado un monedero, Saavedra y su hermano fueron conducidos a un módulo de seguridad, a cargo del Cusaem, donde la desnudaron y la obligaron a hacer sentadillas, luego de lo cual fue agredida tumultuariamente con puños, patadas, jalones de cabello y toques eléctricos.
Los agresores le exigían que entregara a sus supuestos cómplices, ya que no encontraron el objeto reclamado por dos mujeres que previamente habían golpeado a Nancy en la nave de frutas y verduras.
En conferencia de prensa, la víctima detalló las torturas y el maltrato verbal a manos de los miembros del Cusaem, un cuerpo de seguridad privado que ejerce como corporación de seguridad pública –creado durante la gestión de Peña Nieto como gobernador– y al que se destinaron fondos millonarios para resguardar instalaciones públicas. (Proceso 1829)
Nancy narró que, dirigidos por un hombre al que llamaban “jefe”, fue brutalmente golpeada, hasta que llamó a un familiar para que entregara dos mil pesos que exigían las mujeres que la acusaron de robo, y le advirtieron que no denunciara los hechos, porque de lo contrario “me iban a desaparecer”.
“Tengo miedo, ellos tienen mis datos, saben dónde vivo. Días después de esos hechos, vi a personas extrañas rondando mi casa, pero quiero justicia, porque no quiero que lo que me pasó a mí, vuelva a ocurrirle a otra persona”, soltó entre sollozos.
Pese a la advertencia del “jefe”, la mujer presentó una denuncia formal ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, en Ecatepec, el mismo día que fue retenida y torturada. Sin embargo, el médico legista que la inspeccionó no tomó en cuenta las lesiones evidentes que presentaba.
De acuerdo con Verónica Berber, abogada de I(dh)eas, el dictamen médico del área legista de la Fiscalía General concluyó: “Estado psicofísico normal. Lesiones que no ponen en peligro la vida. Tardan en sanar menos de 15 días, no cicatriz en cara”. Ello, pese a las evidentes lesiones en el rostro y moretones en el cuerpo de Nancy.
Con el respaldo de sus abogados, la víctima presentó un peritaje independiente a cargo del especialista Sergio Rivera Cruz, quien le aplicó el Protocolo de Estambul, y gracias a que su familia tomó fotografías de las lesiones, una vez que fue liberada, el médico pudo confirmar que la narración de la joven era compatible con las huellas de tortura.
Hasta ahora, el dictamen independiente no ha sido admitido en la carpeta de investigación que se abrió por este caso. Y, peor aún, el agente del Ministerio Público amenazó con multar a Nancy Saavedra si no se aplicaba el Protocolo de Estambul con personal de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, situación que fue controvertida con un amparo.
Berber acusó a la dependencia de obstaculizar la investigación y de negarse a remitir el caso a la Fiscalía Especializada en la Investigación del Delito de Tortura.
“Ya se acercó personal del Cusaem para ofrecer un arreglo, a lo cual Nancy y su familia se han negado, porque lo que se quiere es justicia, castigo para los responsables”, agregó la abogada.
Nancy Saavedra, quien reconoció que sufre estados de ansiedad que la han imposibilitado a salir de su casa, por lo que miembros de su familia tienen que turnarse para acompañarla, recordó que cuando fue examinada en el Hospital General de Ecatepec, personal del nosocomio dejó entrever que su caso no era aislado.
“Cuando conté lo que me había pasado, que integrantes del Cusaem me habían torturado, dijeron con sorpresa: ‘¡otra más!’, pero no se si más personas hayan denunciado a esas personas. Yo lo que quiero es justicia, que nunca más vuelva alguien a sufrir lo que mi familia y yo estamos viviendo”, concluyó.