MÉRIDA, Yuc. (apro).- Los sicarios tabasqueños Óscar Miguel López Tobilla y Jonathan Mézquita Ávalos fueron declarados culpables del asesinato de Emma Gabriela Molina Canto, perpetrado el 27 de marzo de 2017, pero hasta el próximo miércoles 28 se conocerán sus sentencias.
El Tribunal Segundo de Enjuiciamiento dictó anoche el fallo condenatorio en contra de ambos acusados por los delitos de homicidio calificado y contra la salud en su modalidad de posesión simple, pero a López Tobilla se le condenó además por el delito de portación de armas e instrumentos prohibidos.
Emma Gabriela fue asesinada a las puertas de su casa, en el fraccionamiento San Luis de esta ciudad, frente a su hija.
Fue apuñalada 17 veces por López Tobilla y Mézquita Ávalos, quienes recibirían en conjunto 60 mil pesos tras consumar ese “trabajo” que presuntamente habría encargado el exesposo de la víctima Alberto Martín Medina Sonda, desde la cárcel donde está recluido.
Molina Canto estuvo casada con Medina Sonda, socio del exgobernador de Tabasco Andrés Granier Melo, actualmente preso, y de Manuel Saiz Pineda, quien fue tesorero del gobierno tabasqueño durante ese sexenio.
En medio de una disputa legal que comenzó en 2010 por la custodia de los tres hijos que procrearon, Medina Sonda raptó a los menores y, valiéndose de sus influencias políticas, desató un acoso judicial contra Ema Gabriela y su madre, Ligia Canto, quienes fueron encarceladas por diferentes circunstancias.
Molina Canto fue detenida en dos ocasiones por presuntos delitos fiscales y trasladada judicialmente a diferentes entidades del país, aparentemente para impedir que pudiera quedarse con la custodia de los niños.
El 25 de mayo de 2012 fue la primera vez que Ema Gabriela fue detenida por el delito de retención ilegal de bienes, debido a que usó un vehículo que Medina Sonda le obsequió cuando estaban casados, pero no lo puso a su nombre. El momento de la captura fue aprovechado por aquél para raptar a los niños, quienes viajaban con su madre.
Así, Molina Canto inició su tortuosa lucha contra el sistema y su exesposo para recuperar a sus hijos. El tiempo que Ema estuvo presa, su madre continuó el periplo legal. Ambas encararon incluso al presidente Enrique Peña Nieto en demanda de justicia.
Presa su hija en un penal de Tabasco, Ligia denunció ante la Procuraduría del Menor, tanto en Mérida como en aquella entidad, la desaparición de sus nietos, pero fue hasta el 21 de agosto de 2014 cuando la Fiscalía General de Yucatán accedió a emitir una “prealerta” para la búsqueda y presentación de los niños –entonces de 10, siete y seis años de edad– en todo el país.
Días antes, la abuela fue detenida y trasladada por la Procuraduría General de la República (PGR) a Guadalajara, Jalisco, acusada de falsificar tarjetas de crédito en esa entidad, lo que provocó movilizaciones de activistas de derechos humanos por la fabricación de delitos en contra de la mujer.
Medina Sonda cayó en desgracia por el caso Granier. Fue detenido en Cancún, Quintana Roo, y recluido en una cárcel de Tabasco, donde en abril de 2017 fue condenado a 12 años y seis meses de prisión por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita.
El pasado 24 de abril, el juez de Control en Yucatán, Luis Edwin Mugarte Guerrero, vinculó a proceso a Medina Sonda por el delito de feminicidio agravado, tras ubicársele como el presunto autor intelectual del asesinato de su exesposa.
El juzgador yucateco le dictó la medida cautelar de prisión, que cumple en la cárcel tabasqueña donde está confinado.
Los cinco implicados fueron detenidos en diferentes momentos y estados.
Ellos son, además de los dos sicarios y Medina Sonda: el mexiquense Rogelio César Reyes Barrueta, “El Güero”, y Manuel Escalante Barrada o Manuel Escalona Barrada o Juan Ramón Moreno Hernández o Ricardo González Monroy o Freddy García Ramírez, las presuntas identidades que ostentaba “El Cachorro”, quien fue detenido en Cárdenas, Tabasco, y es la presunta conexión entre los sicarios y Medina Sonda.
El juicio por feminicidio agravado en contra de Medina Sonda está en suspenso hasta que se resuelva la revisión del amparo que tramitó su defensa, y que en primera instancia le fue negado por la justicia federal. En la misma situación se encuentra el proceso contra “El Cachorro”.
El caso de “El Güero” es diferente, pues funge como testigo protegido en el caso. Por su cooperación, y su precaria salud, ya que es diabético, recibió el criterio de oportunidad de la Fiscalía con la anuencia de la víctima indirecta, y actualmente se encuentra en libertad.
Anoche, el Tribunal Segundo de Enjuiciamiento, integrado por los jueces María del Socorro Aranda Tamayo, Verónica de Jesús Burgos Pérez y Sergio Marfil Gómez, resolvió que la fiscalía probó más allá de toda duda razonable la responsabilidad de los sicarios en el homicidio de Emma Gabriela.
“Se cumplieron los requisitos y se demostró que actuaron con alevosía, premeditación y ventaja”, dijo Aranda Tamayo, quien fungió como relatora en la audiencia, y reveló que no fue una, sino dos las armas que utilizaron para asesinar a Molina Canto.
En la audiencia de alegatos de clausura de la causa penal 69/2017, la fiscalía pidió para ambos sicarios la pena máxima de prisión, que en el estado es de 40 años, pero las condenas se definirán hasta el 28 de marzo en la audiencia programada para la individualización de penas.
López Tobilla y Mézquita Ávalos, se dieron a conocer mediante un video donde aparecen en la alberca del hotel en que se hospedaron en Mérida presumiendo de los placeres que se daban con el dinero que tenían. Subieron ese video a sus redes sociales horas antes de perpetrar el homicidio y de que fueran detenidos cuando intentaban darse a la fuga. Su defensa adelantó que apelará la sentencia.
Aún quedan pendientes los juicios de Medina Sonda y “El Cachorro”, por lo que la madre de Ema Gabriela, clamó entre lágrimas que se haga justicia a su familia, para quien –dijo-- ya es tiempo de encontrar la paz para poder reconstruirse e insistió en que su exyerno es el autor material del feminicidio.