OAXACA, Oax. (apro).- Con 10 obras gráficas que proyectan los riesgos de ejercer el periodismo en el país, fue inaugurada la muestra Libertad de expresión en riesgo, en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO).
En el foro inaugural de la muestra, con obras de los colectivos artísticos Cooperativa Gráfica, Espacio Zapata, Estampa, Burro Press, Jaguar Print, Gabinete Gráfico, La Chicharra, Oaxaca Gráfico, Taller Artístico Comunitario, Taller Siqueiros y Temelk, los organizadores insistieron que Oaxaca se encuentra entre las entidades más peligrosas para ejercer el periodismo.
El consejero ciudadano de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, Bernardo Rodríguez Alamilla, señaló que del 2015 a 2017 la Defensoría inició 168 expedientes de queja por agresiones a 302 periodistas.
Detalló que el 2016 -último año del gobierno de Gabino Cué Monteagudo- fue especialmente complicado para las personas que ejercen el periodismo, pues la Defensoría registró 211 agravios, de los cuales 148 fueron durante trabajos de cobertura informativa, además de que se registraron 38 señalamientos por intento de homicidio contra estos profesionales.
En el foro realizado en el MACO, donde participaron también los periodistas Ixtli Martínez, Citalli Cid y Tomás Martínez, así como los artistas Yescka y Federico Valdez, el consejero aseguró que, en 2017, primer año del gobierno de Alejandro Murat Hinojosa, del PRI, la situación no cambió porque la Defensoría inició 57 quejas y documentó que 100 periodistas fueron agraviados.
“Si a estos datos le sumamos un clima de impunidad de alrededor de 90% en las carpetas de investigación abiertas por esas agresiones, así como los riesgos que plantea la recién aprobada Ley de Seguridad Interior, como el hecho de obligar a los órganos autónomos de derechos humanos a entregar información de las víctimas que acuden a denunciar; tenemos un caldo de cultivo ideal para que siga esa escalada de violencia ante quienes ejercen la labor periodística”, advirtió Rodríguez Alamilla.
Además, destacó la importancia de eventos entre periodistas y artistas, “pues el arte se ha convertido en un poderoso medio de denuncia respecto a hechos que nos agravian como sociedad, pero también, en una herramienta educativa que busca la consolidación de sociedades más respetuosas de los derechos humanos”.
El consejero remató con la sentencia del célebre pintor y escultor Pablo Picasso: “la pintura no puede detener una bala, pero puede detener que una bala sea disparada”.
Al intervenir en el foro, el artista gráfico Yescka subrayó que para los 11 colectivos participantes en la exposición es muy importante visibilizar las agresiones que afrontan quienes ejercen el periodismo en México.
El clima de violencia hacia quienes sustentan la libertad de expresión, dijo, “afecta en realidad a todos, por lo que para los artistas es fundamental que se respete la libertad a expresarse y que este derecho no pueda ser coartado en ninguna de sus formas”.
El artista gráfico expuso que es momento de señalar que se debe defender la libertad de expresión: “como artistas, es de mucho interés visibilizar la situación a que se enfrenta en materia de derechos humanos nuestro país, pues las condiciones actuales y la Ley de Seguridad Interior representan un riesgo para los derechos y libertades de todos. Es una responsabilidad de los artistas sumarse a evidenciar este tipo de temas para hacernos eco de las demandas”.
Federico Valdez, también artista gráfico, manifestó que los colectivos de sus colegas decidieron unirse para levantar la voz con los periodistas para defender la libertad de expresión.
La periodista Ixtli Martínez señaló que los reporteros tienen la obligación ética y la responsabilidad de informar a la ciudadanía. Agregó que las obras elaboradas por los 11 colectivos muestran “la parte triste del gremio periodístico: los ataques, las agresiones físicas y verbales que lamentablemente ocurren en el país”.
Herida de bala en 2010 durante la cobertura informativa de una toma en Ciudad Universitaria, puntualizó que la ciudadanía tiene la facilidad de decidir a qué periodista escuchar, ver o leer, por lo cual llamó a la población a exigir a los periodistas que digan la verdad y que, cuando una persona se sienta afectada por una información difundida, utilice su derecho de réplica y no la violencia.
El reportero policíaco Tomás Martínez, cuyo automóvil fue incendiado en 2003 por denunciar la colusión de ladrones de autos con policías, citó el caso de Agustín Silva Vásquez, quien desapareció el pasado 21 de enero tras difundir notas sobre la delincuencia organizada en el istmo de Tehuantepec y cuando estaba por declarar ante autoridades judiciales sobre ese asunto.