Exige el Episcopado esclarecer asesinato de cura de Morelia y no manchar su nombre

lunes, 26 de septiembre de 2016 · 14:50
MORELIA, Mich. (apro).- La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) demandó el esclarecimiento del crimen del sacerdote José Alfredo López Guillén, de la arquidiócesis de Morelia y cuyo cuerpo fue encontrado el domingo pasado, así como del asesinato de los dos sacerdotes de Veracruz, ocurrido la semana pasada. A través de un comunicado dado a conocer hoy, la CEM pidió a la “autoridad competente el esclarecimiento sobre la verdad en ambos casos, y la aplicación de la justicia para con los responsables de estos crímenes inexcusables”. Asimismo, pidió que “no se manche el nombre de ningún sacerdote, ni de ninguna persona, sobre todo cuando no se tienen concluidas las investigaciones”. De esta manera aludió a la falsa versión, divulgada por algunos medios de Michoacán, en el sentido de que el cura López Guillén, mientras estaba desaparecido, fue video grabado entrando a un hotel en compañía de un menor de edad, dejando así la impresión de que era un pederasta. En su comunicado, la CEM indicó que el Papa Francisco “oró por nuestro pueblo para que cese la violencia que en estos días golpeó también a algunos sacerdotes”. Y por último, adelantó que la Iglesia seguirá “trabajando denodadamente, para que nunca más ningún ciudadano se vea envuelto en estos actos violentos que ocurren en muchos lugares de nuestro país”. Arzobispo de Morelia lamenta el crimen El arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda, lamentó el crimen del párroco de Janamuato, José Alfredo López Guillén, cuyo cuerpo sin vida fue localizado el sábado 24 en un paraje del predio Las Guayabas, ubicado en la carretera Puruándiro-Zináparo. “No se justifica de ninguna manera esta barbaridad”, señaló en conferencia de prensa. Y para aclarar lo que desde su perspectiva es “una mala interpretación” de los medios respecto de la presencia del cura en un hotel de Puruándiro, destacó: “Contra los hechos no valen argumentos”. Suárez Inda aseguró que López Guillén habría sido asesinado horas después de que fue sustraído de la casa parroquial de La Santísima Trinidad de Janamuato, al parecer el lunes 19, e insistió que fueron robadas algunas de las pertenencias del sacerdote, entre ellas un coche tipo Jetta y una camioneta Tornado. Asimismo, se manifestó confiado en que la Procuraduría General de Justicia del estado (PGJE) aclarará finalmente el homicidio del clérigo de Janamuato. De igual manera, dijo sentirse agradecido por el mensaje del Papa Francisco, quien pidió el cese de la violencia contra los sacerdotes en México. Y subrayó que no obstante la complejidad del caso y la semana de incertidumbre que se vivió en el arzobispado por la desaparición del clérigo, se siente en paz porque el pueblo de Janamuato “cayó en oración para pedir por la pronta aparición de López Guillén, lo mismo que la Iglesia católica recibió respaldo por parte de otros ministros religiosos de Iglesias protestantes y cristianas”, y reconoció el buen espíritu del pueblo de Michoacán que –dijo– respaldó al clérigo ya desaparecido. “El pastor sigue siendo respetado por la comunidad”, sostuvo de manera contundente al hablar sobre la importancia de los sacerdotes en las comunidades. El párroco de Janamuato, José Alfredo López Guillén, cuya desaparición se dio a conocer el pasado jueves 22, fue hallado muerto la noche del sábado 24 en un predio cercano a la carretera Puruándiro-Zináparo, en el occidente de la entidad, informaron las autoridades ministeriales. De acuerdo con la necropsia de ley, el cadáver del religioso tenía tres impactos de proyectil de arma de fuego en el abdomen y un rozón de bala en el cuello. El cuerpo tenía una rigidez cadavérica de aproximadamente 120 horas, es decir que habría sido privado de la existencia prácticamente desde su desaparición. “El sacerdote José Alfredo López fue visto por última vez la noche del lunes 19 de septiembre, cuando acudió a un establecimiento donde solicitó que le enviaran cuatro raciones de alimentos, mismas que le fueron entregadas personalmente en la parroquia después de las 21:30 horas”, destacó la PGJE en un comunicado. “Asimismo, se determinó que el mismo lunes 19, a través de un mensaje, el religioso le indicó a una trabajadora encargada de prepararle sus alimentos, que al día siguiente –es decir, el martes 20– no se presentara a prepararle el almuerzo. “El martes 20 el sacerdote no estuvo en la parroquia, de acuerdo con lo manifestado por su secretaria, quien aseveró que pensó que el cura estaba con su familia, pero el miércoles 21, al ver que López Guillén seguía sin presentarse, avisó a un encargado de la parroquia, y éste a su vez a los hermanos del sacerdote, quienes se dirigieron al área de descanso de la parroquia, donde habitaba el religioso. “Aunque la puerta se encontraba abierta, las protecciones de los accesos del inmueble estaban cerradas con cadenas y candados, por lo que llamaron a un cerrajero para poder ingresar, percatándose de que había ropa y algunos objetos en el piso; asimismo, se detectó que no se encontraban dos vehículos del sacerdote, una camioneta Tornado y un automóvil Jetta modelo reciente”. El documento de la PGJE destaca que de acuerdo con el testimonial del empleado del establecimiento que le llevó los alimentos, desde el pasado lunes 19 la camioneta Tornado ya no se encontraba en el lugar. “Derivado de esta denuncia, se recabaron testimoniales con personas cercanas al agraviado, entre empleados y familiares, así como vecinos, quienes manifestaron no haber notado alguna conducta diferente en el sacerdote ni en su entorno. Además, ninguna persona recibió alguna llamada relacionada con petición de dinero a cambio de la libertad del religioso. Asimismo, se llevaron a cabo recorridos realizados en diferentes puntos de la región y se solicitó la colaboración de autoridades municipales, estatales y federales”. El pasado jueves 22, luego de que la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) denunció el secuestro del sacerdote José Alfredo López Guillén, el gobernador Silvano Aureoles confirmó el hecho y dijo que un menor de edad había sido plagiado junto con el cura. “Estamos en curso con la investigación y tendremos detalles muy pronto. La referencia es que el lunes (19 de septiembre) el párroco se encontraba con un joven de 16 años; pidió comida, tortas, refrescos y algunas cosas de consumo, y después de ello ya no se supo de ellos. Afortunadamente se llevaron un teléfono y ese es el que nos permite acercarnos a los resultados”, indicó en entrevista con Joaquín López Dóriga. Antes, el secretario general de la CEM, Alfonso Miranda Guardiola, informó sobre el plagio y pidió unirse en oración para que López Guillén regresara con vida. “Suplicamos se respete la vida e integridad personal del sacerdote para que pueda cuanto antes reincorporarse a su labor pastoral”, indicó en un comunicado el organismo religioso. Por separado, en un video subido a YouTube, el arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda, señaló que después de compartir “la pena grande” por el asesinato de los sacerdotes Alejo Nabor Jiménez Juárez y José Alfredo Juárez de la Cruz, en Poza Rica, Veracruz, “ahora sufrimos en carne propia la angustia de la desaparición, el secuestro de uno de nuestros sacerdotes, José Alfredo López Guillén, párroco de Janamuato, quien el lunes fue sacado de la casa parroquial”. El cura de Janamuato fue secuestrado el mismo día en que las autoridades encontraron los cuerpos sin vida de los sacerdotes Alejo Nabor Jiménez Juárez y José Alfredo Juárez de la Cruz, de la diócesis de Papantla, Veracruz. De acuerdo con el Centro Católico Multimedial, 28 sacerdotes han sido asesinados en México desde 2006, sin contar la muerte de los dos curas mencionados.

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