SALAMANCA, Gto. (apro).- Una falla eléctrica en la subestación 41 de la refinería “Ing. Antonio M. Amor” provocó la emanación de una nube de gas amarillo que se extendió sobre la zona norte de la ciudad, donde se ubican varios desarrollos habitacionales, hecho que generó alarma entre la población y la activación de los protocolos de protección civil.
Vecinos de varias colonias ubicadas en esa zona de la ciudad reportaron al 066 haber sufrido síntomas como vómito, dolor de cabeza y oídos, así como mareos, situación que también se compartió en redes sociales como Twitter.
El presidente del Sistema Estatal de Monitoreo de la Calidad del Aire, Joel Berlín Izaguirre, afirmó que se trata de la tercera emanación por fallas de esta planta en los últimos dos años, con un grado de toxicidad que puede generar efectos dañinos a la salud de los salmantinos.
Precisó que las emanaciones contienen gasóleo pesado que procesa la planta catalítica.
“Son compuestos de azufre, pero no son los azufres que emiten los aparatos, por eso la calidad del aire aparece como buena, pero hay una emisión con otro tipo de componentes que pueden penetrar en los pulmones y causar otro tipo de daños a la salud pública”, advirtió.
No obstante, en un comunicado Petróleos Mexicanos (Pemex) aseguró que la interrupción de la energía eléctrica en la subestación sólo generó “desfogues de agua y vapor a la atmósfera”, sin que se mencionara alguna posible toxicidad en las emanaciones.
“Es importante destacar que a consecuencia de este incidente no hay lesionados ni incendio. El incidente se encuentra totalmente controlado”, minimizó la paraestatal.
Incluso, poco antes de las siete de la noche, oficialmente se indicó que se había restablecido ya la energía eléctrica y se inició con el proceso de arranque de la planta.
En tanto, el Instituto de Ecología del Estado descartó una contingencia ambiental generada por las emanaciones.
Lo cierto es que tanto la versión de Pemex como la del Instituto de Ecología del estado contrastaron con la nube amarillenta que fue observada a kilómetros de distancia sobre el cielo salmantino, y que fue llevada por el viento hacia varios desarrollos habitacionales de Infonavit y colonias como Las Reynas, Del Prado y El Vergel, entre otras.
Berlín Izaguirre aclaró que debido a la dirección que tomó la nube por el viento y a las limitaciones de las normas oficiales mexicanas, no fue posible detectar con precisión el nivel de toxicidad de las emanaciones.
Sin embargo, advirtió que este tipo de emanaciones genera diversos tipos de efectos en la salud de la población, pues en unos puede causar dolor de cabeza, en otros problemas para respirar o irritación en los ojos; “el grado de toxicidad depende de la exposición y del contenido tóxico de la sustancia… es complejo y desgraciadamente no se da a conocer y tampoco se ha educado a la población de ciudades industriales como esta, o como León o Celaya”, admitió.
También dijo que no se ha ampliado el campo de la investigación para determinar parámetros de medición puntuales ante la diversificación de las actividades industriales de las ciudades del país, sino que se sigue midiendo con normas oficiales que ya están rebasadas.
“Estoy seguro que ocurrió lo que hace un año: en que la zona norte resultó afectada y la población no sabía qué hacer porque desgraciadamente los simulacros no son los adecuados, no se trabaja con la población. Ahorita lo lógico es que la gente se encierre, ponga trapos en puertas y ventanas para que no entre el gas tóxico, pero la gente hace lo contrario y sale por miedo”, dijo.
Incluso, señaló estar enterado de que en Pemex no se ha preparado a una generación de reemplazo para el personal que se ha estado retirando, por lo que se cuenta con una generación “joven e inexperta”, además de que si bien se han modernizado algunos procesos de la refinería y de la planta catalítica, “hay un tiempo de vida y no se moderniza todo el sistema de la planta”.
El titular de Protección Civil Municipal, Héctor Hernández, declaró que mediante equipo de perifoneo y como parte del protocolo se advirtió a la población mantenerse alerta ante la posibilidad de una evacuación, lo que finalmente no ocurrió.
“Sin embargo, de haberse inhalado durante un tiempo prolongado, hubiera ocasionado ciertos estragos a las personas, según nos informó Pemex”, admitió el funcionario.