CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- El titular de la Secretaría de Movilidad capitalina, Andrés Lajous, informó que a partir de este lunes 1 de junio comenzará a operar la primera fase de las ciclovías emergentes que, en total, recorrerán 54 kilómetros contiguos a las líneas 1 y 2 del Metrobús.
Lajous precisó que este lunes ya estará en operación el primer tramo de 12 kilómetros, el cual correrá desde la estación Álvaro Obregón hasta Río Churubusco, de la línea 1.
Este primer tramo será unidireccional en ambos sentidos y cuenta con balizamiento; separadores con dovelas y confibuses; señalamiento en intersecciones y apoyo de personal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y de la Semovi.
Además, tendrá conexión directa con las ciclovías de Álvaro Obregón y Nuevo León; así como los carriles bus-bici del Eje 7 Sur -por donde circula el Trolebús- y con el del Eje 8 Sur Circuito Bicentenario.
Finalmente, el tramo 1 de la primera fase de las ciclovías emergentes conectará con la línea 2 del Metrobús, con las líneas 9 y 12 del Metro y con 56 cicloestaciones de Ecobici.
El proyecto contempla ampliar ese primer tramo para que corra desde la estación San Simón -en los límites de las alcaldías Cuauhtémoc y Gustavo A. Madero- hasta Villa Olímpica -en la zona de Cuicuilco-, dando un total de 20 kilómetros por sentido.
En la fase 2 se implementará otra ciclovía emergente de 14 kilómetros contigua a la Línea 2 del Metrobús, la cual correrá desde la estación Rojo Gómez -al oriente- hasta Parque Lira -al poniente-. El sentido de la vía será bidireccional.
Lajous agregó que a partir de mañana se implementarán módulos de préstamo gratuito de 150 unidades de Ecobici para las ciclovías.
Además, en los próximos días, se abrirá la inscripción a ese programa con 50% de descuento para incentivar el uso de la bicicleta.
El funcionario agregó que las alcaldías Azcapotzalco y Miguel Hidalgo han preguntado por la posibilidad de implementar estas medidas emergentes en algunas avenidas de su territorio.
Por último, destacó la recomendación de que en el transporte publico, los pasajeros y los operadores “no hablen” o lo hagan “en voz baja” y “sin gritar”, debido a que ello genera la expulsión de saliva que podría causar contagios de covid-19.