Ciudad de México (apro).- El pasado sábado 2 la dirección de la facultad de Filosofía y Letras de la UNAM emitió un escueto comunicado en el que da cuenta de la muerte del estudiante de la licenciatura de Geografía, Adrián Clara Chagoya, en las inmediaciones de dicha escuela a “consecuencia de una caída”.
Sin dar mayores detalles del incidente, el director de la facultad, Jorge E. Linares Salga, informó que la oficina jurídica de la escuela llevó a cabo el acompañamiento y asesoría a los familiares de la víctima.
“Expresamos nuestras condolencias y solidaridad a sus familiares y amigos”, concluye el parte informativo oficial.
Por ese hecho, la Procuraduría General de Justicia de esta capital inició la carpeta de investigación CI-FBJ/H3/UI-1F/D/00195/06-2018.
A pesar de que oficialmente las autoridades universitarias y ministeriales consideran el incidente como una muerte “accidental”, la familia del estudiante tiene fundadas sospechas de que no fue así, a partir de una de las lesiones que presenta el cuerpo, particularmente una en la sien derecha. Se trata de un orificio semejante al que produce un impacto de arma de fuego.
En las horas previas a su muerte, el joven de 20 años había ido a una fiesta en la zona del Ajusco, muy cerca del centro de diversiones Six Flags, con motivo de fin de cursos.
Ya entrada la noche, Adrián se comunicó por teléfono con su mamá a quien le comentó que había habido un pleito en la fiesta y que, como ya era tarde, mejor se iba a quedar a dormir en casa de uno de sus amigos.
Hasta donde se sabe, Adrián salió de la fiesta junto con sus compañeros Fernando y Gerardo. Pero en lugar de dirigirse a la casa de sus amigos, los tres decidieron irse a dormir a la facultad de Filosofía, donde estudiaban. La forma como se trasladaron no está clara aún: en un primer momento los compañeros de la víctima declararon a la autoridad ministerial que habían tomado un taxi, pero luego modificaron su versión y manifestaron que una cuarta persona los había llevado hasta Ciudad Universitaria.
Una vez en el campus de la UNAM, los tres jóvenes se dirigieron a la facultad de Filosofía y Letras, donde habían decidido pernoctar. Para ingresar a uno de los salones decidieron trepar un árbol.
Según la declaración ministerial de Fernando y Gerardo, cuando su compañero estaba arriba del árbol se sostuvo de una rama, pero ésta se rompió y Adrián cayó al vacío.
Uno de ellos decidió entonces buscar ayuda, pero nunca regreso. Según su testimonial, se quedó dormido. Al ver que su compañero no regresaba, el segundo acompañante resolvió oprimir el botón de emergencia más próximo al lugar en que se encontraba.
Personal de Vigilancia de la UNAM llegó hasta el lugar del accidente y al darse cuenta de la magnitud de los hechos decidieron dar parte a sus superiores y éstos, a su vez, a las autoridades universitarias. La abogada Norma Rodríguez, en su calidad de representante universitaria, tomó nota de los hechos.
Antes de que llegara la ambulancia, Rodríguez constató que Adrián se encontraba con vida a esas horas todavía.
Sin embargo, en el trayecto al Hospital de Xoco Adrián perdió la vida.
Sin tener conocimiento del deceso a esas horas, el sábado 2 alrededor de las ocho de la mañana, la abogada de la UNAM, Norma Rodríguez, se comunicó con la madre de Adrián, a quien le notificó que su hijo estaba grave en el Hospital de Xoco, que por favor se trasladara hasta allá.
Como en ese momento no se encontraba en casa su marido, la mujer le marcó a su celular para darle la trágica noticia. Adrián Conrado Clara Martínez se trasladó al nosocomio del gobierno de la CDMX.
Pero al llegar al hospital, lo reciben con la noticia de que su hijo había llegado ya sin vida.
Al ir a reconocer el cadáver a la morgue del hospital, Adrián padre se percata de que el cuerpo de su hijo presenta golpes contusos en el rostro, particularmente la nariz, mejillas y en el ojo derecho. Pero hubo un detalle más que atrapó su atención: un orificio a la altura de la sien –del lado derecho--, parecido al que produce un disparo de arma de fuego.
Adrián padre salió de la morgue un tanto confundido. Y la confusión aumentó más cuando la abogada de la UNAM se le acercó para entregarle algunas pertenencias de su hijo, entre ellas el teléfono celular.
También le confió que ella vio todavía con vida a su hijo e insistió que se había tratado de un accidente.
Sin embargo, uno de los peritos forenses le insinuó que no creía que la muerte hubiera sido incidental.
El padre está a la espera de recibir la necropsia para disipar cualquier duda sobre lo que realmente sucedió la madrugada del sábado 2 de mayo en el campus universitario, donde hace poco más de un año fue asesinada Lesvy Berlín Osorio.
Recientemente Adrián se había fracturado el antebrazo derecho en una clase de artes marciales y vivía con sus padres en Ecatepec, Estado de México.