CJNG

Así funcionaba el rancho de Teuchitlán, el campo de adiestramiento y exterminio del CJNG

El centro operaba como un campo clandestino de adiestramiento criminal y exterminio y ahí encontraron hornos crematorios, droga y objetos personales como ropa, mochilas y libros.
martes, 11 de marzo de 2025 · 14:25

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco halló una fosa clandestina en Teuchitlán, aproximadamente a una hora de Guadalajara, que operaba como un campo clandestino de adiestramiento criminal y exterminio; testimonios de una víctima que logró escapar, relatan cómo era la vida dentro del lugar. 

El centro de reclutamiento estaba al interior del Rancho Izaguirre, donde se encontraron hornos crematorios, droga espolvoreada y objetos personales como ropa, mochilas, libretas, entre otros. 

El lugar habría sido operado por integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Cientos de jóvenes asistían –con engaños– para ser entrenados y unirse a la organización criminal, de acuerdo con los reportes.

En entrevista con Azucena Uresti, la líder del Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, Indira Navarro, compartió el testimonio de un joven que, supuestamente, fue víctima del reclutamiento en el Rancho Izaguirre. 

Primera fase: Contacto y traslado al Rancho Izaguirre

Navarro dijo que, de acuerdo la víctima, los jóvenes asistían a la central de autobuses de Guadalajara con engaños de ofertas de trabajo –como electricistas, ayudantes generales, etc.– publicadas en Facebook. 

Llegando al lugar, les avisaban qué vehículo los recogería; al subir los despojaban de sus pertenencias y les vendaban los ojos. Hacían un recorrido de aproximadamente una hora para arribar al centro de reclutamiento y exterminio en Teuchitlán.

Adiestramiento criminal, nombramientos y castigos

Dentro del rancho acomodaban a los jóvenes en fila y les asignaban un apodo con el que les pasaban lista: “Yo conté poco más de 200 personas cuando llegamos", dijo el sobreviviente.  

Navarro relata que, en esta primera fase, los reclutados eran sometidos todo el día a un entrenamiento físico extremo con llantas de autos, simulaciones de combate (con gomas de gotcha), pasos pecho tierra bajo alambres de púas, laberintos, etc.  Si los jóvenes se quejaban, se caían o fallaban en los ejercicios, los mataban.  

Durante la noche dormían en un cuarto con techo de lámina, una lona en el suelo y una cobija para 10 personas: “Dormíamos como taquitos, como cucharita”, contó el sobreviviente a Navarro.

También relató que había pocas mujeres reclutadas, pero casi ninguna lograba completar el entrenamiento inicial.

Las fosas clandestinas

Los cuerpos de los reclutados asesinados eran llevados a un cuarto llamado “La Carnicería”, donde los desmembraban para meterlos a los hornos crematorios clandestinos, hechos por los mismos jóvenes con piedras y ladrillos: “Hacíamos una cama de piedra, echábamos gasolina y quemaban los cuerpos ahí. El horno se usaba varias veces”.

Segunda fase: La Escuelita 

Si lograban completar el primer entrenamiento, con una duración aproximada de 30 días, los mandaban a la guerrilla en colindancias como Zacatecas y Michoacán: “Si la librabas, ya te mandaban al segundo nivel que era ‘La Escuelita’”, comentó a Navarro. 

En este nivel los jóvenes trabajaban con exmilitares para un entrenamiento más difícil y especializado. 

La última parada

De acuerdo con las declaraciones de la víctima, si los reclutados lograban sobrevivir al segundo nivel, eran enviados con “los jefes” a la sierra, sin comunicación alguna: “Éramos los mejores elementos, pero de 200 quedábamos 30”. Cuando llegaban a lugares como Zacatecas y mataban a la cabecilla del grupo, los jóvenes tenían oportunidad de escapar. 

Navarro dijo que el centro de reclutamiento funcionó durante más de tres años, con una rotación constante y una cantidad incalculable de personas calcinadas. De acuerdo con los informes, las autoridades municipales de la administración pasada ya habían encontrado el predio, sin embargo, no presentaron ningún reporte que coincidiera con los hallazgos del Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco.  

La líder del colectivo aseguró que las autoridades fiscales de la administración actual están comprometidas para colaborar con la investigación del caso, mientras los peritos forenses trabajan con la evidencia encontrada.

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