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“No uso ninguna marca de esas que son carísimas”: Sheinbaum presume bordados indígenas
La presidenta detalló cómo es el proceso de elaboración y selección de sus vestidos, huipiles y las tradicionales blusas artesanales mexicanas, que han puesto los focos en su forma de vestir e hicieron que este mes el New York Times la incluyera en su lista de de las personas con más estilo de 2025.CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Detrás de cada bordado en la ropa de la presidenta de México, está el arte de una mujer indígena. Esa fue la idea lanzada este miércoles por Claudia Sheinbaum durante la mañanera al comentar cómo es el proceso de elaboración y selección de sus vestidos y huipiles, las tradicionales blusas artesanales mexicanas, que han puesto los focos en su forma de vestir e hicieron que este mes el New York Times la incluyera en su lista de de las personas con más estilo de 2025.
Compramos las telas y a veces nos sentamos a ver cómo diseñamos el vestido", explicó. “Me siento muy orgullosa porque las tejedoras, las bordadoras, todas las que tienen telar de cintura en nuestro país, principalmente mujeres, son orgullo de la nación”.
Aunque su estilo diario son sobre todo trajes de chaqueta sobrios, desde el día en que ganó las elecciones presidenciales en junio de 2024 Sheinbaum ha sabido escoger para las ocasiones especiales ropa que honra la tradición textil de distintas comunidades indígenas mexicanas.
Elegantes bordados del sureño estado de Oaxaca pusieron la nota de color en el elegante vestido marfil por debajo de la rodilla, de manga larga y cuello redondo, con el que se convirtió en la primera mujer que llegaba a la Presidencia de México el 1 de octubre de 2024.
Un elaborado trabajo de artesanas de Tlaxcala, en el centro del país, decoraba la parte superior del vestido con falda plisada morada con el que Sheinbaum dio su primer Grito de la Independencia, el principal acto protocolario de las fiestas patrias mexicanas.
Su gobierno, al igual que el de su antecesor, han defendido el arte popular mexicano de apropiaciones indebidas pidiendo explicaciones a compañías como Zara por copias de textiles que suponen un importante patrimonio cultural para distintos pueblos originarios o más recientemente a Adidas, que acabó disculpándose por la copia de unas tradicionales sandalias.
La presidenta mexicana dijo no usar “ninguna marca de esas que son carísimas” sino que tiene varias costureras que trabajan para ella, entre las que mencionó una de San Pedro Mártir, una comunidad indígena del sur de Ciudad de México de donde procede la propia Sheinbaum y que le confecciona vestidos desde hace años.
Junto con la diseñadora Thelma Islas —también antigua colaboradora de sus tiempo como alcaldesa de Ciudad de México— seleccionan las telas y la ropa, muchas veces huipiles que le regalan mujeres en las localidades que vista por todo el país.
Esta ropa prehispánica, cuyos patrones y tejidos varían según las regiones, fueron durante siglos signo de desprecio hacia lo indígena e incluso hubo épocas durante el periodo colonial en las que huipiles fueron quemados en hogueras públicas en un intento de erradicar todo lo originario.
Durante años si alguien vestía con huipil “se veía mal”, recordó la presidenta, un racismo que reconoció que todavía permanece en algunos lugares.
Sheinbuam agradeció los reconocimientos internacionales que le han llegado y, según dijo, honran la creatividad y la belleza con las que bordan las artesanas indígenas mexicanas.
“En cada bordado no solamente hay mucho trabajo, hay tradición, hay historia, hay legado... cada bordado representa algo que diseñó y que pensó una mujer”, destacó.