Violencia
La violencia del crimen organizado: el rostro que México quiere ocultar en el Mundial de Futbol
Jalisco, donde se disputó el amistoso entre México y Ecuador el 14 de octubre albergará a cuatro partidos de la Copa del Mundo en junio de 2026. Pero también es la sede del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)GUADALAJARA, México (AP) — Los miles de aficionados que asistieron recientemente a un partido de futbol para alentar a México en Zapopan debieron pasar antes por un gran dispositivo que incluyó decenas de policías, detectores de metales, inhibidores de drones y perros buscadores de explosivos como parte de las medidas de seguridad que las autoridades preparan para la Copa del Mundo del próximo año.
Ese mismo día, al sur de Guadalajara —también en el estado occidental de Jalisco— tropas de la Guardia Nacional custodiaban a voluntarios que excavaban en el pequeño patio de una casa abandonada en busca de los restos de algunos de los más de 134 mil desaparecidos en México.
Jalisco, donde se disputó el amistoso entre México y Ecuador el 14 de octubre, posee estadios de futbol con capacidad para 48 mil espectadores y albergará a cuatro partidos de la Copa del Mundo en junio de 2026. Pero también es la sede del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), posiblemente el más poderoso de México, con unos 19 mil miembros y operaciones en 21 de los 32 estados del país.
Con ocho millones de habitantes Jalisco no sólo lidera las desapariciones con más de 14.000 casos, también está entre los primeros cuatro estados con mayor incidencia delictiva del país con una tasa de 234 delitos por cada 100.000 habitantes.
Sin embargo, ni los aficionados ni los funcionarios que vigilaron el estadio Akron con policías a pie, a caballo y en bicicleta expresaron preocupación por la celebración de partidos internacionales en el territorio del CJNG.
Las razones aducidas fueron variadas, desde la creencia en un pacto tácito de no agresión entre los delincuentes y las autoridades hasta los refuerzos de seguridad que se aplican en estos grandes eventos.
“Si no te metes en problemas no pasa nada”, dijo Javier Rodríguez, un estudiante universitario de 18 años, mientras caminaba rumbo al imponente estadio para disfrutar del amistoso.
El rastro de la violencia
Al sur de Guadalajara, junto a una autopista que conduce al lago turístico Chapala, la activista Indira Navarro y un puñado de voluntarios excavaron una losa de hormigón situada en el estrecho patio de una casa abandonada tras recibir información sobre la posible presencia de restos humanos en el lugar.
Los activistas forman parte del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, uno de los muchos grupos de voluntarios de México que se dedican a buscar desaparecidos.
Esa mañana no encontraron nada, pero en marzo, cuando registraron un predio llamado “Rancho Izaguirre” cercano a Guadalajara —que la fiscalía estatal y la Guardia Nacional habían allanado el año anterior— localizaron cientos de prendas de vestir y restos óseos calcinados, lo que llevó a las autoridades a dar explicaciones sobre por qué la investigación inicial había sido tan deficiente.
Navarro, quien desde hace una década busca por su cuenta a su hermano desaparecido, no pudo ocultar su decepción por la falta de avances para combatir las desapariciones en Jalisco y la crisis forense que enfrenta el estado por la carencia de personal para identificar a los cuerpos.
De acuerdo con cifras de la Comisión Nacional de Búsqueda, en los últimos 12 meses se han reportado en Jalisco unos mil desaparecidos, cifra que supera en un 30% los casos reportados entre octubre de 2023 y el mismo mes de 2024.
Desde marzo Navarro vive custodiada por varios agentes de la Guardia Nacional tras las amenazas de muerte que recibió luego de denunciar la existencia de un centro de reclutamiento y entrenamiento del CJNG en el “Rancho Izaguirre”.
“El reclutamiento sigue”, dijo la activista al asegurar que a ocho meses del escándalo desatado por los hallazgos las autoridades estatales no han logrado contener la captación de jóvenes por parte de las organizaciones criminales.
Así lo confirmó una mujer que relató cómo su hijo, un estudiante de gastronomía de 18 años, desapareció en agosto tras viajar, a escondidas de su familia, desde la Ciudad de México hasta Guadalajara donde se presume que fue reclutado por criminales a través de una oferta falsa de trabajo.
La mujer, que habló con The Associated Press en condición de anonimato por temor a que su hijo sea asesinado, dijo que en octubre recibió una llamada telefónica del joven que entre respuestas cortas le confesó que ya podía comer y que la amaba, pero se abstuvo de decirle dónde estaba.
El caso del joven fue denunciado ante las autoridades, pero no ha habido avances, informó la mujer.
Un jugador que no competirá, pero estará presente
El CJNG, que la administración del presidente Donald Trump designó como organización terrorista a principios de este año, se ha consolidado como el grupo criminal más poderoso de México. Se ganó su reputación con audaces ataques contra las autoridades, como el derribamiento de un helicóptero militar con una granada propulsada por un cohete y por intentar una espectacular emboscada al jefe de policía de la Ciudad de México.
Los expertos afirman que no ha habido una organización criminal tan poderosa en Jalisco desde fines de la década de 1980.
Hasta ahora las autoridades no han adelantado qué estrategia seguirán frente al CJNG durante la cita mundial, pero los analistas estiman que las fuerzas de seguridad podrían impulsar una “tregua” para evitar ataques contra los miles de turistas que visitarán el estado.
Al respecto, el secretario de Seguridad de Jalisco, Juan Pablo Hernández, dijo en una entrevista con la AP que el liderazgo de las acciones contra los cárteles recaerá en la Secretaría de Seguridad federal y el Ejército y que las fuerzas estatales se sumarán a las operaciones conjuntas con su personal y tecnología para “aumentar la seguridad” y “minimizar el riesgo”.
En el caso de Jalisco se calcula que habrá entre 15.000 a 20.000 elementos cumpliendo labores de seguridad, precisó Hernández. Entre las medidas que se desarrollarán en el marco del Mundial está la instalación de 3.000 nuevas cámaras de seguridad para alcanzar más de 10.000 en todo el estado.
“Creo que ambos bandos van a aplicar una tregua que quizá no dure mucho, evidentemente, pero creo que es lo que les conviene a todos”, afirmó el especialista en seguridad David Saucedo y planteó que no ve al gobierno “cometiendo la imprudencia” de detener a algún capo en medio del torneo o al cártel realizando un ataque de gran impacto.
Pero agregó que esa tregua no implicará que los cárteles dejen de delinquir y que el crimen organizado aprovechará el evento mundial para “incrementar su actividad criminal” en los casinos, la venta de drogas al menudeo, el “turismo sexual” y la reventa de boletos. “Creo que van a disfrutar ellos mismos del Mundial y van a incrementar coyunturalmente sus ingresos”, sostuvo.
La realidad tácita
Un día antes del reciente partido amistoso el gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, ofreció una conferencia de prensa para hablar de las inversiones que se están realizando de cara al Mundial y las ventajas del estado como una de las sedes de la justa deportiva. En el encuentro no se mencionaron los preparativos en materia de seguridad.
Las autoridades locales estiman que la Copa del Mundo generará 1.000 millones de dólares para el estado y creará 7.000 puestos de trabajo, muchos de ellos en los sectores del turismo y la construcción ya que el estado busca sumar 12.000 nuevas habitaciones de hotel antes de que comience el torneo.
“El Mundial 2026 es una gran oportunidad para que Jalisco se posicione ante el mundo como la sede más mexicana”, aseguró Lemus.
Pero Navarro tiene una percepción diferente. Teme que la cita mundial sea utilizada por las autoridades para “invisibilizar” los problemas de violencia. “Ellos quieren limpiar todo lo que sea tema de desaparecidos, pero no lo van a poder hacer porque nosotros vamos a seguir luchando”, sostuvo.