CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El actual dirigente de Morena, Mario Delgado Carrillo, fue anunciado hoy como próximo secretario de Educación Pública, para el arranque de gobierno de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo.

El político ocupará el despacho que usó José Vasconcelos, el primer titular de la SEP, al relevo de Leticia Ramírez, la profesora y actual titular de la dependencia, convirtiéndose en el secretario número 45.

Delgado Carrillo ya fue titular de Educación en el gobierno capitalino de Marcelo Ebrard, a quien estuvo ligada su carrera política hasta hace poco.

Egresado de Economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y posgraduado en la misma materia por la Universidad de Essex, el morenista ha evolucionado de un discurso moderado a hacia la izquierda desde que se convirtió en una figura relevante de Morena, en especial, al asumir la dirigencia nacional.

De hecho, las críticas a su trayectoria derivan de su posición en el Pacto por México, el acuerdo entre las tres principales fuerzas políticas del sexenio peñanietista que, hace unas semanas le recordó Aurelio Nuño, el extitular de Educación con Peña Nieto.

Sin embargo, su paso como líder parlamentario en tiempos de la 4T, es decir, de 2018 a 2021, le permitieron ser clave en la aprobación de las reformas que al presidente López Obrador interesaban, cuando aun se le percibía como un alfil de Marcelo Ebrard, el entonces canciller presidenciable. Entre dichas reformas, destacó la operación de Mario Delgado en la contra reforma educativa.

Y es que la trayectoria de Delgado Carrillo inició en posiciones de apoyo a Ebrard, quien de puestos técnicos lo llevó a la Secretaría de Finanzas de la Ciudad de México en 2006 y, luego, a la de Educación en 2010, cargo este último que dejó para competir por un escaño en el Senado en 2012.

Con el siglado de Convergencia, partido que hoy conocemos como Movimiento Ciudadano, entonces aliado del PRD en la segunda elección de López Obrador en su búsqueda de la Presidencia de México, Delgado Carrillo llegó a la cámara alta, fue parte de la bancada perredista y en 2015 se afilió a Morena. Ese año, el partido fundado por López Obrador irrumpió en la escena electoral para no cejar su avance desde entonces.

Parte del éxito reciente de dicho partido ocurrió bajo el liderazgo de Mario Delgado en Morena, un cargo partidista al que llegó después de presidir la Cámara de Diputados tras haber obtenido una curul en 2018.

La dirigencia de Mario Delgado, sin embargo, inició bajo una fuerte presión ante el desastre que significó la dirigencia de Yeidckol Polevnsky.

Morena inició como partido llevando en la presidencia a Martí Batres, actual jefe de Gobierno capitalino. López Obrador se quedó al frente del Consejo Nacional lo que permitió que asumiera la dirigencia al relevo de Batres en 2017, año en el que recorrió el país con la investidura de líder de partido.

Al dejar López Obrador el cargo partidista a finales de 2017, para asumir la candidatura presidencial, el relevo fue tomado por Polenvsky, quien se valió de diversas argucias para mantenerse en dicha posición hasta que el Consejo Nacional la destituyó y designó interino a Alfonso Ramírez Cuéllar.

Fue Ramírez Cuéllar quien estaba al frente de Morena cuando se convocó a la elección mediante encuesta, el método que suele usar dicho partido. A la contienda se inscribió Mario Delgado, el veterano Porfirio Muñoz Ledo y otros cuadros como Gibrán Ramírez, quienes desde su respectiva campaña cuestionaron severamente a Delgado, inclusive por su desempeño como legislador en los tiempos del Pacto por México.

Sin embargo, tras dos intentos fallidos de encuesta, finalmente tuvo que interceder el INE, que resolvió el asunto con una encuesta final en la que Mario Delgado llegó a la Presidencia de Morena, provocando la indignación de Muñoz Ledo, quien murió en 2023, sin dejar de acusar la fraudulencia con la que aseguraba llegó Delgado al partido fundado por López Obrador.

Al frente de dicho instituto político, Mario Delgado debió lidiar con las elecciones de 2021, enfrentando críticas entre otros motivos por el presunto apoyo soterrado al candidato del Verde en San Luis Potosí, Ricardo Gallardo; por la defenestración de los candidatos a gobernador de Michoacán, Raúl Morón, y de Guerrero, Félix Salgado Macedonio, así como por unos 60 candidatos que fueron retirados por la justicia electoral.

El 2021 marcó la primera radicalización de Mario Delgado, especialmente en sus críticas contra el INE. No obstante los escándalos, el partido obtuvo mayoría en la Cámara de Diputados y consiguió ampliar el número de gobernaturas, reduciendo al mínimo los estados gobernados por la oposición. La única excepción fue la Ciudad de México, donde fue derrotado en la mitad de las alcaldías.

Como dirigente nacional, Mario Delgado debió terminar su período en 2023, sin embargo, consiguió que el Consejo Nacional y otros órganos partidarios le ampliaran un año el período, en un proceso que recibió severas críticas de morenistas fundadores como el académico John Ackerman y su Coordinadora Nacional Morenista.

Con todo, la conducción del proceso interno para elegir candidato presidencial resultó en la coronación de Claudia Sheinbaum y la derrota de su antiguo mentor, Marcelo Ebrard, quien acusó fraudulencia y quiso litigar el resultado, pero finalmente desistió.

En ese contexto, Delgado Carrillo expresó su deseo de ser candidato a la jefatura de gobierno pero un acuerdo con Sheinbaum, ya candidata aunque de manera informal, lo mantuvo en la dirigencia del partido que obtuvo resultado históricos en las elecciones de junio pasado.

Ebrard y Delgado coincidirán en el gabinete, el primero como titular de Economía y el segundo, como titular de Educación.