Transición

Quién es Lázaro Cárdenas Batel y por qué tiene una relación “casi familiar" con Sheinbaum

El futuro funcionario es el descendiente activo de una genealogía que se inauguró en la vida pública con el general Lázaro Cárdenas del Río y continuó con su hijo, Cuauhtémoc Cárdenas.
jueves, 11 de julio de 2024 · 17:53

CIUDAD DE MÉXICO (apro).– Un reencuentro con la izquierda cardenista, excluida en el sexenio que agoniza, se concretó hoy para el futuro sexenio: la virtual presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, anunció como jefe de la Oficina de la Presidencia a Lázaro Cárdenas Batel.

El futuro funcionario es el descendiente activo de una genealogía que se inauguró en la vida pública con el general Lázaro Cárdenas del Río, revolucionario y presidente (1936-1940) de notable orientación social; que continuó con su hijo, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, dirigente clave de la transición democrática, tres veces candidato presidencial y exgobernador de Michoacán, como lo fue su padre y también su hijo, anunciado hoy por la ganadora de los comicios del 2 de junio.

La proximidad con Cuauhtémoc Cárdenas se ubica en los años 80, cuando Sheinbaum formaba parte del CEU, un movimiento estudiantil en la UNAM y, desde entonces, se le asociaba con el proyecto presidencial que en 1988 la llevó a marchar en contra del fraude, tras una elección que pariría al PRD, en el que diferentes cuadros de aquel movimiento, incluida la entonces recién egresada y hoy presidenta electa, fue fundadora como su entonces esposo, Carlos Imaz.

De hecho, hoy, al anunciar la designación que formalizará de Lázaro Cárdenas Batel una vez que asuma la Presidencia, Sheinbaum recordó que en 1988 participó en la campaña presidencial.

“El ingeniero Cárdenas es un símbolo en nuestro país. En 1988 yo tenía 26 años, apoyamos al ingeniero Cárdenas porque fue una ruptura muy importante en la “corriente democrática” (el movimiento rebelde al interior del PRI que se escindió en 1987) y su postulación como presidente. Nosotros veníamos del movimiento estudiantil (el CEU) y lo apoyamos a la Presidencia de la República”, dijo.

No obstante, Claudia Sheinbaum rechazó que la designación haya sido consultada con el ingeniero Cárdenas y destacó que la trayectoria de Lázaro fue propia, que se conocían desde hacía tiempo.

En su alocución, la virtual presidenta expuso que había una relación con los Cárdenas “por razones casi familiares”, sin entrar a detalle. Sin embargo, existen datos históricos que aproximan a Sheinbaum a nivel familiar y político a la figura de Cuauhtémoc Cárdenas.

Por ejemplo, sus padres, Carlos Sheinbaum y Annie Pardo, fueron activos participantes de movimientos sociales, militantes del Partido Comunista hasta 1981, ambos investigadores con credenciales, ella bióloga y él químico, por sus trabajos en la UNAM, un entorno en el que se desarrollaron académica y profesionalmente, así como en su participación política desde el Movimiento Estudiantil de 1968.

Por su contexto, amigos universitarios y exmilitantes comunistas se sumaron a la candidatura presidencial de Cárdenas y a la fundación del PRD, amén de haber participado en numerosos movimientos sociales en los que la propia Claudia Sheinbaum niña y joven, participó.

Aunque Lázaro Cárdenas Batel es más o menos del mismo bloque generacional que ella, en aquellos años las condiciones de ambos eran distintas: Sheinbaum estudió en la UNAM mientras Lázaro en la ENAH; en los años siguientes, Sheinbaum se concentró en su carrera académica y Lázaro muy pronto se enroló en el internacionalismo de izquierda. El único punto de convergencia es que ambos participaron en la fundación del PRD, que en 1999, siendo jefe de gobierno y líder moral perredista Cuauhtémoc Cárdenas, el partido en su comité capitalino fue dirigido por el entonces cónyuge de Sheinbaum, Carlos Imaz.

En el libro “Claudia Sheinbaum: Presidenta” (Grijalbo. 2024), del periodista Arturo Cano relata, por ejemplo, el momento en el que Imaz y Sheinbaum recibieron en su casa a Cuauhtémoc Cárdenas en 1988 para planear el mitin de Ciudad Universitaria, un acto de los más simbólicos de aquella campaña presidencial. Las referencias de Sheinbaum a ese momento, muestran calidez, un buen recuerdo de su activismo político temprano.

El vertiginoso ascenso de Lázaro

La trayectoria de Lázaro Cárdenas Batel está asociada a los pasos de su padre. Siendo hijo del líder fundacional perredista, él mismo militante fundador, el joven Lázaro fue enviado como delegado del PRD al Foro de Sao Paolo entre 1990 y 1997. Al momento de ser nombrado tenía unos 25 años de edad.

En 1997, Cárdenas Batel fue postulado a diputado federal, el mismo año que su padre contendió por la primera elección contemporánea de gobierno capitalino. Originario de Jiquilpan, Michoacán, de donde era su abuelo y aún se mantiene el rancho familiar, Lázaro contendió en la elección por el distrito XII con cabecera en Apatzingán, en la “Tierra Caliente”.

Antes de concluir el periodo para el que fue electo, se separó del cargo para contender por una senaduría. Ese año, el 2000, su padre se lanzó por tercera y última vez, sin éxito, a la Presidencia de la República. Lázaro ganó la sanduría dedicándose, como lo había hecho de diputado, a las comisiones relacionadas con el internacionalismo y las relaciones exteriores.

La carrera de Cárdenas Batel era por entonces ascendente, muy a pesar de los descalabros que padecía su padre al ser derrotado en las elecciones del 2000, ya sin el impulso que tuvo en 1988. De hecho, el joven político apenas duró unos meses en el Senado, pues se fue a contender por la gubernatura de Michoacán. Tenía 38 años de edad.

Ganó la elección, pero ese cargo lo llevó a dejar de brillar, pues la violencia azotó el estado, primero, por la aparición de un grupo delictivo que se hacía llamar “La Familia Michoacana”, convirtiendo a la entidad en el epicentro de la llamada “Guerra contra el Narco” que inició, a finales de 2006, el entonces presidente Felipe Calderón.

La mala estrella

En diferentes oportunidades, el expresidente Felipe Calderón Hinojosa ha dicho que la decisión de enviar tropas a Michoacán fue por solicitud del entonces gobernador Lázaro Cárdenas Batel.

En 2012, una solicitud de información realizada por Proceso, con el propósito de identificar quiénes fueron los gobernadores que pidieron tropas o intervención federal, resultó en que ningún gobernador de la época había realizado una solicitud así hasta 2008, cuando lo hizo el priista sonorense Eduardo Bours y más o menos en las mismas fechas, el también priista veracruzano, Fidel Herrera. (Proceso 1871)

Aunque no hay pruebas documentales de lo que acusa Calderón, la violencia en Michoacán y descomposición política también fue notable, no sólo por la relación de políticos perredistas con el hampa, sino por el interés que la familia del entonces presidente tenía en el estado: Juan Luis Calderón estaba inmerso en el sistema de agua potable de Morelia, mientras que Luisa María, “Cocoa”, intentaba construir su candidatura a gobernadora del estado.

Cárdenas Batel concluyó su periodo en 2008, heredando a su sucesor, el también perredista Leonel Godoy, un estado en conflicto, que registraría meses después el ataque con granadas en la Plaza de Armas de Morelia, la noche del Grito, así como el llamado “Michoacanazo”, que resultó en la detención en mayo de 2009 de 11 alcaldes y 16 altos funcionarios, algunos de ellos parte del grupo cardenista del exgobernador.

Desde entonces y hasta 2018, la presencia de Cárdenas Batel en la vida pública se extinguió. Al dejar la gubernatura se fue a vivir al extranjero, donde se desempeñó como asesor de la Oficina para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) y, en su especialización internacionalista, participó en misiones de observación electoral por la Organización de Estados Americanos (OEA), entre otras actividades fuera de México.

Los Cárdenas en la 4T

En 2018, ya con el triunfo electoral legitimado a finales de agosto, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que Lázaro Cárdenas Batel sería el coordinador de Asesores de la Presidencia de la República.

El cargo empezaba a carecer del atractivo de otros tiempos, pues López Obrador anunciaba desde campaña que reduciría las oficinas de asesores hasta prácticamente extinguirlas, como lo hizo también con la Jefatura de la Oficina de la Presidencia.

La relación de López Obrador con Cuauhtémoc Cárdenas siempre fue compleja. El fundador del PRD había intentado disputarle la postulación presidencial de 2006, solía realizar críticas a los planteamientos lopezobradoristas que, entre otras cosas, se contraponían en diferentes aspectos.

Por ejemplo, el ingeniero Cárdenas defendía la idea del pluralismo democrático que permitiera consensar con los demás partidos; López Obrador, confiado siempre en sus mayorías legislativas, ni siquiera intentaba un diálogo con la oposición.

Cárdenas, discreto y sólo apareciendo en momentos concretos rechazaba los cuestionamientos al sistema electoral que López Obrador se propuso sustituir.

Las críticas del ingeniero Cárdenas a veces calaban hondo en el lopezobradorismo, pero López Obrador siempre rechazaba polemizar repitiendo en cada ocasión “al ingeniero Cárdenas lo respeto mucho” y añadía “es precursor de este movimiento”.

Sin embargo, en enero de 2023, Cárdenas fue anunciado como parte de un “Colectivo por México”, asociación de perfil plural en el que lo mismo estaba Enrique Krauze que Gibrán Ramírez, Francisco Labastida que Josefina Vázquez Mota, Beatriz Pagés que Salomón Chertorivsky.

Por primera vez, López Obrador reaccionó con aspereza el 23 de enero:

"En política sí es mi adversario político, si él asume una postura conservadora. Lo estimo mucho, lo respeto, lo considero precursor de este movimiento, pero estamos viviendo un momento de definiciones y esta ancheta está muy angosta, no hay para donde hacerse: es estar con el pueblo o con la oligarquía, no hay más”.

Cuauhtémoc Cárdenas se desmarcó. Columnistas como Salvador García Soto aseguran que desde esa fecha, Lázaro Cárdenas Batel presentó reiteradamente su renuncia hasta que, semanas después, el 17 de marzo, un día antes del aniversario de la Expropiación Petrolera que hiciera Lázaro Cárdenas del Río, hizo pública su renuncia y durante el acto conmemorativo estuvo junto a su padre en el Monumento a la Revolución.

En la campaña presidencial de Claudia Sheinbaum hubo reunión con Cuauhtémoc Cárdenas. Hoy, al anunciar a Lázaro como jefe de la Oficina de la Presidencia, ella misma recordó que estuvo en Jiquilpan, allá en Michoacán, en el rancho familiar.

El momento fue abordado también por el presidente López Obrador durante una de sus conferencias mañaneras, en la que reiteró: “Al ingeniero Cárdenas lo respeto mucho, es precursor de este movimiento”.

La designación de Cárdenas Batel, luego, no sólo rehabilita políticamente al vástago del clan, sino que se orienta a reactivar la Oficina de la Presidencia de la República que, desde diciembre de 2020, quedó acéfala cuando renunció Alfonso Romo Garza por motivos hasta ahora desconocidos, pero que dieron pie al anuncio presidencial de no designar a nadie más en ese cargo.

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