CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A tres años del colapso de una trabe metálica de la Línea 12 del Metro, familiares de víctimas mortales y lesionados aseguran que la justicia no les ha llegado y que, además del dolor físico y emocional que aún padecen, siguen luchando contra autoridades locales, federales y judiciales para que los atiendan conforme a derecho.

En tanto, su abogado, Teófilo Benítez, enlistó una serie de amparos y recursos legales que están en curso contra distintas exautoridades, entre ellas, la exjefa de gobierno de la Ciudad de México y actual candidata presidencial de Morena, PT-PVEM, Claudia Sheinbaum Pardo.

Esta mañana, frente a la estructura donde la noche del 3 de mayo de 2021 se derrumbó parte de la vía y provocó la muerte de 26 personas y más de 100 lesionados, las víctimas presenciaron una misa acompañadas de dos arreglos florales en los que acusaron que los partidos Morena, PT, PVEM, PAN, PRI, PRD y MC “están muertos para las víctimas”.

Con voz entrecortada y algunas con bastón que les ayuda a caminar, recordaron las lesiones causadas cuando iban como pasajeros en los vagones aquella noche y el “desprecio” con que los han tratado las autoridades del Gobierno de la CDMX, a través de la Comisión Especial de Atención a Víctimas (CEAVI), así como del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Los testimonios… olvidados

La mañana de este viernes 3, víctimas de aquella tragedia se concentraron frente al tramo metálico, entre las estaciones Olivos y Tezonco, que hace tres años se desplomó junto con dos vagones del tren y dejó sin vida a 26 personas y más de 100 lesionados.

Al tomar el micrófono, se les iba la voz, temblaban, volteaban a ver la estructura reconstruida con dobles refuerzos, pero la imagen en su cabeza es la misma de aquella noche.

“Dolor, es dolor por recordar todo lo que pasó. Para una como madre nunca pasa el tiempo, es recordar y vivir todo como sucedió”, dijo a Proceso Marisol Tapia, madre de Brandon Giovanni, el único menor que falleció en ese hecho. Aquella noche iba de regreso a su casa, había comprado un regalo adelantado por el Día de las Madres, pero ya no se lo pudo entregar.

“No tengo las palabras correctas para decir el sentimiento de una mamá, perder un hijo es un proceso del cual va subiendo una montaña rusa de emociones, todo el tiempo, no solo esta fecha, es todo el tiempo. Es difícil vivir sin él, pero aquí andamos, echándole ganas”, dijo la mujer quien vestía una camiseta con la foto de su pequeño de 12 años.

-¿Confía en que algún día habrá justicia?

-La justicia por mi hijo ya la hice cuando lo encontré y yo con eso me quedo. Esa fue la justicia para mi hijo, el saber que hoy se dónde quedó, el saber que tengo dónde llorarle y saber que hice todo lo que estuvo en mis manos para encontrarlo, esa fue la justicia para mí, no hasta donde yo quisiera, pero con eso me quedo”.

Al preguntarle si tenía algún mensaje para las autoridades que en ese entonces gobernaban la ciudad, Marisol Tapia respondió:

-No creo que les importe. Nunca les ha importado. Entonces no veo por qué después de tres años tengan que importarles una víctima, no lo conocían. Y al final del día los muertos no fueron su familia.

“No es cierto que a todos han apoyado”

Nancy Ramírez, víctima con múltiples lesiones, denunció que no ha tenido respuesta a sus peticiones de apoyo para para tener una pensión total por discapacidad en el IMSS. Peor aún, dice que desde hace dos años ha pedido entrar al programa de apoyo para personas con discapacidad en el gobierno de la CDMX. “He hecho mi trámite como cualquier ciudadano y nunca salgo en plataforma y no me lo dan”, dijo.

Y reprochó: “No es cierto que a todos nos han dado el apoyo y que todos hemos tenido reparaciones, eso no ha sido así. Quien tenga el poder, quien pueda hacerlo, que lo hagan, a mí no me importa qué partido sea ni quién esté como jefe de gobierno ni quien esté como presidente. Sencillamente es, quien tenga que hacerlo, lo haga, y que quien sea responsable, asuma sus consecuencias y que ya no haga dilatorio, tanto la Fiscalía como el gobierno todo el proceso”.

Con lágrimas, Sergio Santiago dijo que en un principio no quiso denunciar, pero se animó porque no quiere que lo que él vivió aquella noche le vuelva a suceder a otros. “Es un calvario volverlo a revivir”, aseguró.

Al ver de frente la obra que con dos años y nueve meses de retraso entregaron el gobierno capitalino y la empresa CICSA del magnate Carlos Slim el pasado 30 de enero, agregó:

“Esto no va a pasar con poner concreto, con poner estructuras de metal, si no hay un castigo ejemplar, que espero que lo haya. Estoy consciente de que la gente que va subiendo poco a poco va a ir tapando y va a ir enterrando esto; pero nosotros vamos a estar, al menos yo, en pie, hasta que esto termine. No puede ser posible que ya tengamos tres años y simplemente nos cierren la puerta diciendo que hay que esperar y que hay que esperar”.

José Miguel Olarte, quien sufrió lesión cerebral, también ha luchado contra el IMSS, “porque por una lesión de invalidez, como víctima se me debe de gratificar con el 100%, lamentablemente el gobierno no ha hecho nada para apoyarme en ese sentido y solo me ha calificado con el 30%”.

Con lento hablar, afirmó: “Es lamentable lo que nos está pasando porque no hay humanismo con nosotros, hay pura indiferencia, creen que nosotros los estamos agraviando por agraviarlos, cuando no es así, nosotros solo pedimos por nuestra salud y por el bienestar de nuestras familias”.

Apoyada con un bastón, Diana Galván, denunció: “En el hospital del ISSSTE diagnosticaron que mis lesiones eran de 15 a 60 días a sanar. Ya tengo tres años y para mí esto ha sido algo que no quisiera que nadie pasara por todo lo que he pasado y siga pasando”.

Los golpes que sufrió en la cabeza cuando los vagones cayeron al vacío la obligaron a estar 11 meses en terapia de memoria. “Gracias a Dios voy adelante, pero no he podido quedar bien, a veces ni expresarme puedo, de repente se me olvidan las cosas”.

Un par de horas antes de que las víctimas de la tragedia narraran lo que han tenido que pasar desde hace tres años, a pocos kilómetros de distancia, en la alcaldía Xochimilco, el jefe de gobierno, Martí Batres, aseguró que “ninguna de las víctimas está ‘en el desamparo’ y que su gobierno mantiene la atención para quien lo requiera, por lo que llamó a no lucrar ‘con el dolor de las personas’”.