Morena

Citlalli Hernández reconoce: en Morena hay un sector duro y uno oportunista

Quienes fundamos el partido y nos asumimos lopezobradoristas, para algunos, eso nos hace radicales, dice Citlalli Hernández, secretaria general de Morena. Sobre los oportunistas agrega: se trata de aquellos como los priistas, “los que van llegando”.
miércoles, 29 de mayo de 2024 · 20:14

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- En las horas finales de la campaña electoral la secretaria general de Morena, Citlalli Hernández, anda pegadísima a la aspirante de ese partido a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, quien casi le dobla la edad, pero con la que tiene una poderosa historia en común: ambas fraguaron sus carreras políticas desde abajo, en barrios periféricos de la capital del país.

Brugada comenzó su activismo en la Unión de Colonos de San Miguel Teotongo, en Iztapalapa, y Hernández en el Comité de Base de Morena en Iztacalco. Son hechura del movimiento social urbano que ha acompañado desde los 90 las aspiraciones políticas del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, del que las dos son incondicionales.

Citlalli no lo niega. Al contrario. En entrevista con Proceso, la hoy secretaria general de Morena y candidata plurinominal al Senado acepta incluso que en ese partido fundado por López Obrador en 2011 hay un sector “duro” del que forman parte ella, Brugada y varios incondicionales más del presidente.

¿Usted y Clara son del sector “duro” de Morena?, se le pregunta a Citlalli Hernández al término de un desayuno de Brugada con reporteros que cubren su campaña.

Citlalli, quien estaba en la mesa principal, a la izquierda de la candidata morenista, se ríe con soltura.   

“Es que se dice –se le insiste– que el presidente confía más en ustedes, en los ‘duros’, que en Claudia Sheinbaum, para defender su legado…”.

–Noooo –responde Citlalli–, yo creo que, si hay un sector “duro” en Morena, también está Claudia.

–¿Quiénes entonces serían los “duros” de Morena? –se le pregunta.

–Quienes fundamos (el partido), quienes nos asumimos obradoristas, quienes hemos acompañado prácticamente toda nuestra militancia política al presidente López Obrador, quienes somos firmes y determinantes en la concepción política del proyecto y solemos alejarnos de ciertos pragmatismos. Para algunos, eso nos hace duros, radicales, etcétera. Yo clasificaría a Claudia también en ese grupo.

–Pero Morena no es un bloque monolítico, tiene diferentes corrientes, la de ustedes, la de Claudia…

–No –dice Citlalli–, es muy plural, yo diría que hay un sector muy obradorista, comprometido con el movimiento, y hay un sector oportunista que en los últimos tiempos se ha ido acercando al movimiento.

Hernández. Denuncia contra el oportunismo político en Morena. Foto: Montserrat López


–¿El de los priistas?

–Los priistas –afirma la secretaria general del partido–, los que van llegando, los que no vienen de la lucha histórica con el presidente. Pero no, yo diría que Morena ha madurado tanto, que convivimos todas las expresiones.

Y Citlalli señala a la expanista Gaby Cuevas, que anda por ahí:

“Viene del PAN y es vocera de Clara, y ayer (la priista) Alejandra del Moral se sumó a Claudia. Claro, que hay quienes buscan que quienes somos leales con el presidente nos avergoncemos de ello y nos dicen radicales y duros”.

–Pero, digamos, ¿en Morena hay un sector más leal al presidente que otros?

–Yo creo que hay un sector más leal que otros, sí, y yo creo que ahí nosotros estamos.

–¿A quiénes se refiere con “nosotros”?

–Claudia, Clara, tu servidora, a la mayoría de los dirigentes que son fundadores (de Morena), que vienen acompañando este proyecto.

–¿A Martí Batres?

–Martí, Jesús Ramírez. O sea, a todos los que nos han clasificado en el sector “duro”. Pero la realidad es que eso significa todo y nada.

–¿Ideológicamente este sector cómo se definiría?

–Yo creo que se asume firmemente de izquierda.

–¿Pero qué tipo de izquierda?

–O sea, hay sectores socialdemócratas, hay sectores incluso que no se asumen con ideología, sino como nacionalistas o humanistas. Yo creo que ese sector “duro”, como nos han clasificado, es el que es leal al presidente, el de los que nos asumimos de izquierdas sin ningún temor y el que no pacta, digamos, con los poderes contra los que estamos luchando, el poder económico, el poder de las grandes corporaciones mediáticas, los poderes son trasnacionales. O sea, que en los momentos de mayor definición no nos quebramos.

–¿Es un sector antiempresarial?

–No, no necesariamente. Es un sector de convicciones y principios, yo diría que es el sector más congruente. Es decir, si yo hoy te digo “estoy en contra de los transgénicos”, aun si me buscan empresarios transgénicos, mi postura es firme. Hay un sector que públicamente puede decir una cosa y luego puede ser blando.

–Usted sabe que la izquierda latinoamericana es diversa. Por un lado está la de Maduro, la de Ortega, y por otro lado hay una izquierda moderna, del siglo XXI, en la que están Gustavo Petro, Gabriel Boric, Lula.  ¿Ustedes con cuál se identificarían más?

–Con la obradorista… a ver, yo creo que la mayoría tenemos distintos vínculos y aprendizajes con la izquierda latinoamericana. Pero nos asumimos obradoristas, que es una izquierda distinta, es una izquierda a la mexicana, con ciertos principios y códigos de justicia social, de lucha contra la desigualdad, antiimperialista…

–¿Pro derechos humanos?

–Pro derechos humanos. Yo diría que incluso el presidente, pese a que proviene de otra generación, ha construido como el puente a una izquierda moderna. O sea, por lo menos yo, que tengo 34 años, estoy convencida de la necesidad de romper los viejos vicios de la izquierda.
–¿Qué opina, por ejemplo, de las críticas que ha hecho Boric (el presidente chileno) a Nicolás Maduro (el presidente venezolano) por violaciones a los derechos humanos y por inhabilitar a muchos opositores?

–Para mí Boric es más socialdemócrata, yo no lo clasificaría junto con Petro. A mí Petro me parece un poco más sólido y consistente ideológicamente, Boric es un poco más socialdemócrata. Cuando estás en el ejercicio del poder, desde mi punto de vista, no puedes ser tibio frente a los grandes poderes, y yo creo que Boric no ha sido tan determinante, es un poco lo que le pasó a Alberto Fernández (el expresidente peronista argentino).

Sobre Sheinbaum, "viene de la lucha histórica". Foto: José Manuel Jiménez 

–¿No está de acuerdo con las críticas que Boric le ha hecho a Maduro?

–No, sí, por supuesto, yo pudiera tener varias críticas hacia distintos gobiernos latinoamericanos, hacia el venezolano. Yo respeto mucho la Revolución Cubana y puedo tener críticas hacia el actual gobierno cubano. Sin embargo, hay un respeto a los procesos que los pueblos han llevado adelante. Y yo te diría que estamos construyendo en México la izquierda gobernante, y tenemos que transitar y romper también viejos vicios de la izquierda, el sectarismo, el conspiracionismo excesivo.

–¿Esta izquierda mexicana es una izquierda feminista?

–Es una izquierda feminista,

–¿Medioambientalista?

–Medioambientalista.

–¿Pro derechos de las minorías sexuales?

–Pro diversidad sexual, pro derechos humanos.
–¿Y por qué al presidente López Obrador se le acusa de antifeminista, de que las políticas ambientales no le importan…?

–A ver, el presidente tiene 70 años, proviene de otra generación, una generación en la que quizás estas luchas minoritarias no eran las urgentes. Lo urgente era que dejara de morir la gente por no tener comida, combatir la desigualdad. Sin embargo, tampoco se ha opuesto. O sea, digamos, no es el principal vocero del feminismo ni del ambientalismo, pero…

–O sea, ¿la generación de Morena que usted representa es más radical en estos temas que están en la agenda progresista del siglo XXI?

–Yo diría que es una izquierda moderna, o sea, a mí me parece que la izquierda que estamos construyendo en Morena es lo mejor de las luchas de izquierda de este país, que están vinculadas a las nuevas agendas o a las agendas que la propia izquierda olvidó, pero que son naturales a nosotros: pro derechos humanos, pro diversidad, pro feminista, medioambientalistas, y el presidente es el puente con esto.

–¿El puente?

–Sí. Por eso todos los días llama a los jóvenes, y por eso se va de la vida pública. Eso nos obliga, al movimiento, a provocar más y mejores cuadros. Por eso Claudia y Clara son tan potentes, porque si bien vienen de la lucha histórica, también las dos son mujeres.

–Pero Claudia también es otra generación, ¿no?

–Pues es más o menos de la edad (cumplirá 62 años el próximo 24 de junio), pero tiene agendas un poco más modernas (que el presidente). Hay gente que vota por nosotros y que no necesariamente es pro aborto, no necesariamente tiene muy claro el respeto a la diversidad en todas las expresiones.

–¿Es un proceso?
–Yo diría que estamos en esa construcción, y que por eso va a ser muy importante lo que pase (en las elecciones de este domingo 2 de junio), porque tener una mujer presidenta y una jefa de Gobierno mujer va a hacer que se aceleren esas agendas que quedaron pendientes o que estuvieron menos visibles en el gobierno de Andrés Manuel. Ahora van a tener todavía más visibilidad, pero con la misma esencia de lo que ya hizo AMLO, ¿no? Yo pienso que estamos construyendo la izquierda gobernante.

Respecto de Boric, "no ha sido tan determinante". Foto: Especial

–¿Por eso es que el presidente confía más en este sector “duro” para mantener su legado?

–Pues yo pienso que el presidente ha dejado que la ciudadanía y el movimiento le dé rumbo a lo que viene. Y el movimiento es un movimiento activo, vivo, que abraza la esencia de la izquierda, del obradorismo, y por eso le dio su respaldo en la encuesta interna mayoritariamente a Claudia.
–Pero la encuesta aquí en la Ciudad de México la ganó Omar García Harfuch y quedó Clara como candidata. ¿Como que el presidente no confiaba mucho en él?

–No, mira, yo creo que al final eran nueve gubernaturas (en las que se eligieron candidatos), teníamos que definir mitad hombres, mitad mujeres. Aquí Clara fue de las más competitivas en la pregunta de “¿usted a quién preferiría la prefiere como candidata?”. Yo diría que nuestros procesos internos han sido hechos con base en ese cuidado, en la inclusión, en la suma, en la pluralidad, pero por supuesto: nosotros no queremos que se desdibuje lo que hemos construido y pues…
–¿García Harfuch no es de izquierda?

–Pues yo diría que Harfuch es una de esas sumas nuevas, ha sido un buen funcionario y  tendrá una labor en la próxima etapa.

–¿Es del sector de Morena que usted llama “los oportunistas”?

–Yo no lo considero oportunista, me parece más bien una persona nueva en el proyecto de transformación. Ha dado buenos resultados como funcionario, le tocará seguir teniendo otras responsabilidades.

"Yo te diría incluso que el obradorismo es esa mezcla entre quienes llevan mucho tiempo luchando por un país diferente, posicionándose desde la izquierda, y los que se han ido convenciendo a través del tiempo, a través de la palabra, a través de los hechos, y que no necesariamente su origen es de izquierda".

–Pero usted hablaba también de “los oportunistas”…

–Hay un poquito de oportunismo. Sin duda, frente al éxito que tiene Morena, pues también hay quienes ven que el otro barco se está hundiendo y vienen al nuestro. Entonces eso es el obradorismo, no es algo monolítico ni un sector único. Estamos construyendo lo que el presidente ha llamado humanismo mexicano.

 

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