Política
La relación de la 4T con EU y Canadá: buscaba plan de integración; le imponen visas
Los esfuerzos de México por impulsar una integración de América del Norte que redujera la migración tuvieron poco impacto en los gobiernos de Estados Unidos y Canadá; éste último país, incluso, acaba de imponer visas a los mexicanos.CIUDAD DE MÉXICO.– La propuesta que el presidente Andrés Manuel López Obrador impulsó con Estados Unidos y Canadá, que pretendía mostrarlo como precursor de la integración de América del Norte para, entre otros temas, disminuir la migración indocumentada, devino en la imposición de visas para los mexicanos de parte del gobierno canadiense.
Además, tanto la migración como la presencia de grupos criminales terminaron siendo asuntos politizados en el proceso electoral estadunidense.
La imposición del visado canadiense, detonado por el incremento de solicitudes de asilo, producto del flujo migratorio proveniente de Centroamérica y que pasa por México, causó reacción en el gobierno de la 4T...
López Obrador estaba listo para viajar en abril próximo a Canadá, para la última de las tres cumbres que planeaban los líderes de América del Norte, pero el mandatario cambió su posición y dio por cancelado el encuentro.
El mexicano primero expuso que no asistiría porque no había una fecha concreta por cuestión de agendas de sus homólogos; desde mediados de 2023 se previó que se realizaría en noviembre de ese mismo año; López Obrador estuvo a la espera de la fecha durante varios meses. Sin embargo, cuando se fijó una nueva cita, surgió la fricción entre la 4T y Canadá; entonces el mandatario federal amagó:
“Si no hay un trato respetuoso (de Canadá) no participo; además ya me faltan nada más siete meses (en la Presidencia)”. Esta declaración después la convirtió en “un pequeño reproche fraterno, respetuoso”.
La explicación más reciente del tabasqueño sobre su rechazo a la cita con los mandatarios de EU y Canadá es que no acudirá porque no será posible por el periodo electoral que atraviesan México y Estados Unidos. En definitiva, dijo, quien lo sustituya aceptará el encuentro.
Viraje
El origen del malestar del presidente López Obrador es que sus propuestas en materia migratoria no fueron tomadas en cuenta por los gobiernos vecinos; lejos de ser asertivos, las administraciones de Justin Trudeau y Joe Biden endurecieron sus medidas.
El gobierno de Trudeau eliminó en 2016 el requisito de visa para los mexicanos, hecho que celebró el entonces presidente Enrique Peña Nieto.
Con la 4T, desde el 29 de febrero último volvió la imposición de la medida para quienes busquen asilo en ese país.
A partir de las 23:30 (hora del Este) del 29 de febrero de 2024, los ciudadanos mexicanos van a necesitar visa para entrar a Canadá, a menos que cumplan con ciertos criterios.
???? pic.twitter.com/ZHkgW9Wwk1 — Canadá en México (@EmbCanMexico) February 29, 2024
La posición del gobierno canadiense respecto de México cambió por el incremento de solicitudes de asilo, que pasaron de tres mil en 2021 a 25 mil en lo que va de 2024, lo cual genera costos para Canadá.
“Cada siete solicitantes de asilo le cuesta a Canadá 100 millones de dólares porque les dan todo y tardan dos o tres años en procesar su solicitud de asilo, y dichas personas no pueden volver a México, tienen que quedarse allá”, explicó la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena.
Rumbo al encuentro de los tres mandatarios, también conocido como La cumbre de los tres amigos, se realizaron varios contactos entre la delegación mexicana y la canadiense para delinear la agenda a tratar, llevar puntos concretos a un encuentro que no fue.
Uno de los preparativos ocurrió con el propio presidente López Obrador y el embajador canadiense, Graeme C. Clark, en junio de 2023.
En su cuenta de X publicó: “En Canadá se prepara la futura Cumbre de América del Norte con el primer ministro Justin Trudeau y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Son muy buenas las relaciones entre nuestros países”.
Para el caso de Estados Unidos, en octubre de 2023 el mandatario mexicano admitió de que “en los últimos tiempos, por el Darién, una zona muy peligrosa, llegaron a pasar por los límites de Colombia y Panamá hasta cuatro mil migrantes hacia el sur de México; ya en la frontera de Chiapas el número aumenta a seis mil diarios y la semana pasada llegó a la frontera norte a 10 mil migrantes diarios”, una cifra que comenzaba a ser incontrolable e incómoda para los vecinos del norte.
Algunos de los objetivos logrados en las diversas reuniones entre funcionarios de ambos países se centraron en la contención que México hizo sobre los flujos migratorios.
Así, en noviembre el presidente Joe Biden agradeció a México su trabajo por las “efectivas operaciones de contención y unirse a Estados Unidos para repatriar a personas que no tienen un sustento legal para permanecer en nuestros países”, de acuerdo con el comunicado de la Casa Blanca luego de la reunión entre ambos mandatarios en el contexto de la Foro de Cooperación Económica de Asia Pacífico.
Desde 2022, el jefe del Ejecutivo mexicano buscaba poner sobre la mesa sus planteamientos; afirmaba que había “condiciones inmejorables para llevar a cabo una nueva política en nuestro continente”.
La propuesta de López Obrador fue la integración económica para sustituir importaciones de otras regiones del mundo, es decir, que se produzca en todo el continente americano lo que ahí mismo se consume; aunado a una “alianza para el bienestar de los pueblos de América Latina y del Caribe”, con lo cual veía posible ordenar el flujo migratorio.
“Existen bancos de desarrollo para América Latina, como el BID (Banco Interamericano) y otros, pero no hacen nada, no ayudan, no impulsan la actividad productiva, no generan empleos en los países; son aparatos burocráticos onerosos de fachada”, afirmaba el presidente López Obrador.
Otro elemento de la agenda de la 4T fue el respeto a la soberanía de los países, sin intervenciones ni bloqueos a ninguna nación, en clara alusión de Estados Unidos y Cuba.
La irrupción del covid-19
Los acuerdos en la segunda cumbre, de la que México fue sede se quedaron en el papel, salvo el aumento de visas para migrantes. Se incluyó fortalecer el proceso de asilo, promover vías regulares, servicios de atención y asistencia en México como país de tránsito.
También se plasmó atender las causas y apoyar la cooperación para el desarrollo, pero el elemento con menos avance tuvo en Estados Unidos y Canadá, dado que el propio presidente mexicano se ha quejado de que nunca se vio la inversión solicitada.
Pese a las peticiones del presidente López Obrador, ambas naciones se enfocaron en sus inversiones, que requieren recursos de México para las cadenas de suministro de semiconductores y energías limpias.
En La cumbre de los tres amigos de 2021, la primera entre López Obrador, Trudeau y Biden, que tuvo lugar en Estados Unidos, el enfoque estuvo en la búsqueda de la salida de la crisis de salud a escala mundial por la emergencia sanitaria causada por el covid-19.
En esos acuerdos se comprometieron a adoptar medidas concretas para poner fin a la pandemia y promover la salud mundial, fomentar la competitividad, crear las condiciones para un crecimiento equitativo y coordinar una respuesta regional a la migración.
En el comunicado de la Casa Blanca, incluso, el título de este capítulo fue: “En favor de una América del Norte segura”, que desde luego excluía a los países del resto de América, de donde provienen los migrantes.
En ese contexto, no sólo se ve más lejana una tercera cumbre, también la realización del plan de López Obrador.
Una lista que no fue
Los gobiernos de México y Estados Unidos llegan a sus respectivos procesos electorales –el primero renueva la Presidencia y el segundo busca la reelección– en un contexto donde la migración y la violencia causada por los cárteles de la droga son temas politizados en ambos lados de la frontera.
En los primeros días de febrero último el presidente López Obrador leyó –vía telefónica– a su homólogo Biden un decálogo que dio a conocer la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Entre los puntos destaca la regularización de mexicanos con más de cinco años viviendo y trabajando en Estados Unidos, insistió en la aprobación de un presupuesto de 20 mil millones de dólares anuales para apoyar a países pobres de América Latina y el Caribe, la suspensión de sanciones a Venezuela y levantar el bloqueo económico a Cuba para aminorar los flujos migratorios.
También llamó a combatir el narcotráfico y el consumo de drogas químicas como el fentanilo, regular la venta de armas, aplicar un plan de desarrollo para fortalecer a América del Norte y la integración económica de todo el continente… En los hechos la respuesta fue nula.
Además, México está bajo la mira de legisladores estadunidenses que exigen que el Departamento de Seguridad Nacional cierre su frontera sur al llegar a más de cinco mil intentos de cruce diarios; los legisladores también impulsan un gasto de 20 mil millones de dólares para su seguridad fronteriza, en vez de invertirlos en la alianza de desarrollo de países pobres de América Latina y el Caribe, como propuso López Obrador.