LIBROS

“El pastor de masas”: la religiosidad como explicación de la popularidad de AMLO

El escritor y activista Javier Sicilia participó en la presentación del nuevo libro del periodista José Gil Olmos
jueves, 14 de septiembre de 2023 · 22:56

CIUDAD DE MÉXICO (apro).-  A cinco años de presidencia, Andrés Manuel López Obrador mantiene altos niveles de la popularidad que comenzó con el éxodo por la democracia en 1991, en un camino que recorrió desde Tabasco hasta la Ciudad de México bajo una figura asociada con la religiosidad.

“El pastor de masas”, de José Gil Olmos, ofrece una respuesta que enmarca al personaje originario de Tabasco mediante la recopilación de testimonios de su andar entre frases, actos, creencias y diversos contextos en los que el presidente de México ha llegado a comparar su labor con la de Jesús, de quien, recuerda, siempre vio por los pobres y los desposeídos.

Durante la presentación del libro, el escritor y activista Javier Sicilia definió la publicación como “una veta que quizá nadie ha explorado y no estaría tanto en el imaginario”, con la que se muestra “la capacidad pragmática para utilizar lo que Pepe Gil ha llamado la religiosidad popular”, con lo cual retrata muy bien el caso del presidente López Orador.

Es el tipo de religiosidad que en México es muy particular, que es “milagrera”, a la que le gustan los cultos y los personajes insólitos que representan a cualquier santo que cumple promesas y está pendiente de la esperanza de sus fieles. Por esa razón, afirma que el éxodo desde la tierra tabasqueña no es cualquier símbolo, “es la salida del pueblo hebreo en busca de la tierra prometida”.

El uso del sincretismo es otro de los elementos que destaca Sicilia por sumar una parte de cristianismo y otras vertientes como el catolicismo y líneas protestantes, con la mezcla de santos venerados en México.

Pero el discurso de López Obrador, dijo, encuentra sentido en otro elemento que es equipararse con los héroes patrios “y cualquiera que robe a los ricos para darle a los pobres”. En suma, añadió, “hay sincretismo en el mexicano y Andrés Manuel lo ha sabido explotar maravillosamente”.

Todos estos elementos son tomados por el presidente para integrarse también bajo una lógica de la comunión de los santos, que están en otro plano pero interceden ante Dios por los fieles, pero con una característica que no tiene ningún otro santo y se refiere a que todos ellos murieron y no llegaron al poder. López Obrador sí, y eso lo convierte en un personaje más atractivo y que genera mayor devoción.

“Además, llegó al poder como una especie de encarnación de Dios, que resucitó; que lo han matado y ha resucitado, ha caminado varias veces y llega a la presidencia y se vuelve milagrero”, que puede sacar al pueblo de pobre mediante los programas sociales, señala Sicilia.

“Andrés Manuel tiene otra virtud: se mezcla con el pueblo –como Cristo o los santos–, sube a un templete y se transforma” y además puede manejar a sus colaboradores por esa capacidad que tiene de atraer y convencer, pero con un “discurso milagroso que es ´yo les voy a dar lo que les hace falta´”.

Esta fórmula, afirma el escritor, “le ha funcionado políticamente y lo ha hecho muy bien. Andrés Manuel no cree en nada, cree en él mismo. Cuando habla del evangelio, lo utiliza pero no solo miente, no tiene idea de lo que significa el evangelio y Jesucristo”.

La religiosidad y los objetivos son símbolos que resultan todo lo contario del poder, afirma el activista; “si algo abominaba el Cristo del evangelio es el poder”, es, incluso, “un crítico terrible del poder y el evangelio es la negación del poder”. AMLO, señala, “es la antítesis del evangelio y lo utiliza para el poder”.

En algunos puntos, indica, se vive un tiempo de crisis civilizatoria, que concluye que “lo que viene después de Andrés Manuel será más doloroso”.

Sicilia consideró al libro como un retrato de López Obrador.

Otra mirada

El autor de “El pastor de masas”, José Gil Olmos, expuso durante la presentación que se trata de una descripción que no busca denostar o descalificar al personaje, sino verlo con otra mirada.

Es una respuesta a la pregunta “¿por qué Andrés Manuel sigue teniendo tantos seguidores?”, lo que no se explica solamente por la entrega de programas sociales.

El autor parte entonces del señalamiento de que en México hay una crisis estructural en diversos ámbitos, desde la religión, política, de héroes y caudillos, incluso de la familia, pero que podría significar no un fin sino “el inicio de algo” como la fe que, al contrario, es un elemento que no está en crisis y crece a la par de que otros valores se pierden.

Ante un panorama como éste, la población busca sostenerse en algún punto. “Apareció una tablita de salvación que venía caminando 30 años en el país. Un líder social que después cambia a ser un líder político y cuando llega a Palacio Nacional se convierte no solo en líder social, sino político y gobernante”.

La forma de vestir, dirigirse, incluso de hablar, cambiaron al tomar el poder.

El autor encuentra en los distintos actos de López Obrador elementos de religiosidad, como el manejo de las conferencias en Palacio Nacional similares a las misas dentro de una iglesia. “Llega Andrés Manuel y todos silencio… y comienza a hablar”, con la “característica de los sacerdotes de contar historias y le mete su estilo religioso”.

“Nada es casual con Andrés Manuel, todo es causal”, con algunas descripciones que responden al México que se levanta a las 5 de la mañana a trabajar “y que llega con el traje y los zapatos gastados, porque está representando un personaje”, que repite referencias a la Biblia como “al César lo que es del César o la mentira es del demonio”, que llevan a concluir que AMLO “ha hecho uso de la religión con fines políticos y electorales como ningún otro presidente”.

El libro ofrece los testimonios que explican el porqué del uso de lo sacro y la creencia de que su labor está relacionada con una misión religiosa.

Él mismo ubica a su movimiento al nivel de los distintos episodios importantes de México, con el mensaje de una cuarta transformación comparada con la Independencia, la Reforma y la Revolución, pero que se relaciona también con una permanencia velada en el poder, sin dejar de lado el lado religioso.

Desde ahora, dijo, “ya está preparando a sus discípulos, ya tiene a su discípula”, en referencia a Claudia Sheinbaum como la candidata a la presidencia en 2024 por Morena y con la entrega de un bastón de mando que “no se hereda, no es patrimonio de una persona. Forma parte de una ceremonia indígena, se lo da la comunidad para que en un tiempo determinado asuma la autoridad, pero cuando termina su papel se le regresa a su comunidad, no se lo da a Claudia”, quien incluso podría empezar a cambiar una vez que sienta lo que es el poder y se vea como presidenta, planteó Gil.

Bajo esta idea, el mandatario federal con su frase: “al diablo con sus instituciones” muestra que él quiere las propias y que además en la actualidad y con el cambio de dirección está ante unas autoridades electorales que “no tendrán la fortaleza para enfrentar a un presidente y el aparato del Estado para hacerle frente a la candidata. Las autoridades no van a querer ni a poder hacer algo en esta elección y es por el peso impresionante que tiene Andrés Manuel”, expuso el autor.

Para Gil Olmos, jefe de información de la revista Proceso, el objetivo ahora es realmente el plan C de López Obrador, que es la mayoría en el Congreso, “porque saben que tiene casi asegurada la presidencia por ser una elección de Estado, porque es claro que van a darlo todo”.

Aunque previó que no ganará con 30 millones de votos –podría ser la mitad–, pero ahora les hace falta asegurar la mayoría calificada del Legislativo.

La idea es, en suma, que se vea a Andrés Manuel con otros ojos, aunque “no es profeta ni mesías, es un pastor que va guiando a una congregación, el pueblo, y lo está llevando a la tierra prometida”, bajo modelos religiosos para así ganarse un lugar en la historia. Sigue un camino al héroe nacional entre el mito y lo sacro que seguirá siendo un referente político, expuso el autor.

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